Estudio Bíblico | Explicación de Jonás 4:4 | Comentario Bíblico Online
1. Dios es todavía paciente con Jonás y le dirige (v. Jon 4:4) una sola pregunta: «¿Haces tú bien en enojarte tanto?» Lo mismo que en el versículo Jon 4:1, el verbo hebreo para «enojarse» significa «ponerse al rojo vivo» de tan caliente. Jonás (v. Jon 4:5) no responde a la pregunta de Dios y se marcha fuera de la ciudad. Es muy probable, por el contexto posterior, que Jonás interpretase la pregunta de Dios como diciéndole: «¡No te enojes así, Jonás! Aún no sabes lo que yo voy a hacer».
2. Dios, en su misericordia hacia Jonás (vv. Jon 4:6-9), prepara un árbol de ricino (más probable que «una calabacera»). El hebreo quiqayón designa una planta que crece rápidamente hasta llegar a la altura de tres metros. Tiene anchas hojas que pueden dar sombra; pero su tierno tallo puede ser dañado fácilmente. Por única vez en todo el libro, Jonás está muy alegre (v. Jon 4:6, al final); se advierte su satisfacción egoísta. Allí podrá esperar cuarenta días hasta que Jehová destruya a Nínive, pues tal vez ha interpretado en este probable sentido la pregunta de Dios (v. Jon 4:4). Sin embargo, como hace notar Feinberg, la reprensión de Dios tiene más fuerza si los cuarenta días han pasado ya. Como alguien ha dicho, «la Biblia no canoniza a sus héroes».
3. Dios prepara el ánimo de Jonás para la gran lección. Y prepara también, en forma audiovisual, el objeto adecuado para que Jonás aprenda bien dicha lección (v. Jon 4:7): hace surgir un gusano que hiere al ricino y lo seca. Esto último no es un milagro: es un hecho avalado por las autoridades en la materia. Para colmo de males, sale el sol (v. Jon 4:8) y le produce insolación a Jonás, que ya estaba bastante incomodado por el ardor del enojo y el del recio viento solano, abrasador. Todo esto causa una tremenda pesadumbre a Jonás. A la nueva pregunta de Jehová en el versículo Jon 4:9, Jonás responde recalcando de nuevo su mortal pesadumbre y enojo.
