Marcos 13:5 Explicación | Estudio | Comentario Bíblico de Matthew Henry

Estudio Bíblico | Explicación de Marcos 13:5 | Comentario Bíblico Online

Nuestro Señor Jesucristo, en respuesta a la pregunta de Sus discípulos, no va a satisfacer la curiosidad, sino a alertar la conciencia, y les expone las precauciones que serán necesarias cuando sucedan los acontecimientos a los que va ahora a hacer referencia.

I. «Mirad que nadie os engañe» (v. Mar 13:5). Vendrán seductores y engañadores que, de una u otra manera, usurparán el nombre de Dios para hacerse escuchar e, incluso, pretenderán ser el Cristo reencarnado, como ocurre actualmente (1983). En todo caso, podemos incluir entre los falsos «Mesías» a los fundadores de las falsas religiones, los cuales han proliferado copiosamente en los siglos XIX y XX. Cuando se rechaza al Cristo, Hijo del Dios viviente, hay que forjarse otros «Cristos» o desfigurar el carácter del verdadero Cristo, y hacer de Él un libertador social, más bien que un Redentor total. Lo cierto es que, cuando tantos, hasta de los sinceros estudiosos de la Biblia, son engañados por falsos maestros, debemos estar alerta «practicando la verdad en amor y asiéndonos de la Cabeza-Cristo» (Efe 4:15-16).

II. «Cuando oigáis de guerras y de rumores de guerras, no os alarméis» (v. Mar 13:7). La guerra es un producto constante del orgullo nacional y de la ambición de los jefes de las naciones, pero guerras, mundiales o locales, y «guerrillas», nunca han proliferado tanto como en los últimos cincuenta años. Cristo vino al mundo durante la época llamada de la «paz octaviana», pero no mucho después de Su muerte comenzaron otra vez las guerras, guerras de todas las clases: religiosas, políticas, sociales, de partidos y de clases, frías y calientes, etc. A las guerras se suman los frecuentes terremotos, las erupciones volcánicas, el hambre y toda suerte de accidentes y de calamidades públicas (v. Mar 13:8). Pero los creyentes sinceros no han de turbarse por eso. En realidad, son el «principio de los dolores de alumbramiento» (v. Mar 13:8). Para los judíos esta frase expresaba las aflicciones y calamidades que precederían a la Venida del Mesías. Eso «tiene que ocurrir, pero todavía no es el fin» (v. Mar 13:7). Si del soldado romano pudo escribirse: «Aunque el orbe se desplome hecho pedazos, las ruinas le hallarán impávido», cuánto más impávido ha de estar el cristiano, al saber que «todas las cosas cooperan para el bien de quienes aman a Dios» (Rom 8:28). Ni han de tomarles por sorpresa, pues están profetizadas, ni les han de infundir terror, pues están divinamente controladas. Bismarck decía, no sabemos con qué sinceridad: «Quien teme a Dios, no teme a los hombres». Cuando Cristo va en la barca de nuestro corazón no hay tormenta que deba amilanarnos.

III. Lo único que debe preocuparles es su propia fidelidad: «Pero vosotros estad alerta sobre vosotros mismos» (v. Mar 13:9). No por eso, ha de pensar el creyente que su vida va a transcurrir en paz y prosperidad. El mundo no nos dejará en paz (Jua 15:18-21), pero si tenemos la paz de Cristo que es fruto del Espíritu (Jua 14:27; Gál 5:22), no hemos de turbarnos. «En el mundo tendréis aflicción; pero tened ánimo, yo he vencido al mundo» (Jua 16:33). Como decía el apóstol: «Es menester que pasemos por muchas tribulaciones para entrar en el reino de Dios» (Hch 14:22). Por tanto, estemos alerta sobre nosotros mismos, porque hay muchos ojos fijos en nosotros: «Hemos llegado a ser espectáculo al mundo, a los ángeles y a los hombres» (1Co 4:9), podemos decir con Pablo.

1. Cuál es la tribulación que les espera: «Seréis aborrecidos de todos por causa de mi nombre» (v. Mar 13:13). ¡Ya es bastante aflicción esa! El pensamiento de ser aborrecido es muy penoso para los espíritus sensibles e inocentes, pero es un título de honor y de gloria ser odiados por nuestra identificación con Cristo. Los mismos parientes los odiarán a muerte; los jefes religiosos los excomulgarán y los azotarán, no sólo en los lugares públicos, sino «en las sinagogas» (v. Mar 13:9). Más aún, «quien os mate, pensará que rinde culto a Dios» (Jua 16:2). La Iglesia oficial y el Estado, como Caifás y Pilato, se coligarán para perseguir a los verdaderos creyentes como a «herejes» y «sediciosos».

2. Cuál es la consolación que les confortará: Saber que:

(A) La tarea a que son llamados ha de tener éxito final: «Pero primero debe ser proclamado el evangelio a todas las naciones» (v. Mar 13:10). Es un gran consuelo para los que sufren por causa del Evangelio saber que, aunque a ellos los persigan y martiricen, el Evangelio no ha de sucumbir, sino que ha de ir ganando terreno.

(B) Los padecimientos que han de soportar, en lugar de ser un obstáculo para la obra, servirán para garantizarla y hacerla triunfar: «Os harán comparecer ante gobernadores y reyes por causa de mí, para testimonio a ellos» (v. Mar 13:9); es decir, testimonio para ellos, pues habrá así oportunidades para predicar el Evangelio a reyes y gobernadores; y testimonio contra ellos, porque no tendrán excusa ante un testimonio sellado con sangre. Este fue el caso frecuente en la vida del apóstol Pablo, como vemos por el libro de Hechos. El Evangelio es un testimonio acerca de Cristo y del Cielo. Si lo recibimos, es un testimonio para nosotros, pues por él seremos salvos (Rom 1:16); pero si lo rechazamos, será un testimonio contra nosotros en el gran día (Jua 12:48).

(C) Cuando sean presentados ante reyes y gobernadores por causa de Cristo, recibirán del Cielo una asistencia especial: «Y cuando os conduzcan para entregaros no os preocupéis de antemano por lo que vais a hablar, sino hablad lo que se os comunique en aquel momento; porque no sois vosotros los que estáis hablando, sino el Espíritu Santo» (v. Mar 13:11). Esta promesa tiene cumplimiento en una situación muy concreta: cuando un creyente es llevado por causa del Evangelio, ante los tribunales. Hay predicadores ignorantes que citan este pasaje como excusa para no preparar los mensajes y esperan que les venga en el púlpito la «inspiración» de Dios; eso no es confianza humilde en la asistencia divina, sino ignorancia o frescura, que equivale a tentar a Dios.

(D) La constancia en el sufrimiento tendrá la bendición más grande, pues asegurará la corona en la cabeza del vencedor (v. Apo 3:11; Apo 4:4): «el que persevere hasta el final, éste será salvo» (v. Mar 13:13). Este versículo y sus paralelos son mal interpretados por lectores ligeros. Dice D. W. Burdick: «Puesto que las condiciones descritas en Mar 13:5-13 están en términos de vida personal, el final no se refiere aquí hasta el fin del siglo, sino hasta el fin de la vida o de la persecución. Será salvo. En este contexto, no puede tratarse de salvar la vida física. La promesa es que el que persevere será salvo espiritualmente. Sin embargo, la perseverancia no es la base de la salvación. Conforme a la enseñanza general del Nuevo Testamento la perseverancia ha de considerarse como el resultado del nuevo nacimiento (cf. Rom 8:29-39; 1Jn 2:19). Una persona que ha nacido de nuevo y, por eso, persevera, experimentará con toda certeza la consumación de todo el ciclo de la salvación».

Marcos 13:5 explicación
Marcos 13:5 reflexión para meditar
Marcos 13:5 resumen corto para entender
Marcos 13:5 explicación teológica para estudiar
Marcos 13:5 resumen para niños
Marcos 13:5 interpretación bíblica del texto

DEJA UNA RESPUESTA

Por favor ingrese su comentario!
Por favor ingrese su nombre aquí