Mateo 2:9 Explicación | Estudio | Comentario Bíblico de Matthew Henry

Estudio Bíblico | Explicación de Mateo 2:9 | Comentario Bíblico Online

En esta porción, vemos a los magos que adoran humildemente al recién nacido Rey de los judíos, y le ofrecen sus presentes. Desde Jerusalén habían llegado a Belén, resueltos a buscar hasta que hallasen; pero es muy extraño que fuesen solos. Vinieron desde un país lejano, para adorar a Cristo, mientras que los judíos los suyos, no se tomaron la molestia de dar un paso, ni de acudir a la ciudad cercana, para darle la bienvenida. También nosotros aun cuando marchemos solos, hemos de continuar y seguir los pasos de Jesús; hagan otros lo que hagan, nosotros hemos de servir al Señor.

I. Véase cómo encontraron a Cristo por medio de la misma estrella que habían visto en su país (vv. Mat 2:9-10). Obsérvese, 1. Cuán benévolamente los condujo Dios. Con la primera aparición de la estrella, se les dio a entender dónde podrían preguntar por este Rey; después desapareció la estrella, para que empleasen los métodos normales para una investigación de esta clase. Se nos enseña así que no hemos de esperar ayudas extraordinarias cuando están al alcance de la mano los medios ordinarios. Bien, hasta ahora el camino era claro; se acercan a Belén; pero, ¿en qué parte de Belén le podrán encontrar? Aquí se habrían visto perdidos, si se hubiesen guiado por su propia sabiduría, pero les sostuvo la fe; sabían que Dios no les iba a dejar allí. Y no les dejó, porque «he aquí que la estrella que habían visto en el oriente iba delante de ellos». Si, en el camino del deber, vamos tan lejos como podemos Dios nos guiará y nos capacitará para que podamos hacer lo que por nuestras propias fuerzas no podríamos. La estrella les había dejado por algún tiempo, pero ahora volvía. Quienes siguen a Dios en la oscuridad, hallarán que la luz está sembrada, reservada, para ellos. Esta luz era la señal de la presencia de Dios con ellos porque Él es luz, y va delante de su pueblo como Guía. 2. Obsérvese cuán gozosamente siguieron la dirección de Dios (v. Mat 2:10). Al ver la estrella, se regocijaron con enorme gozo. Ahora veían que no habían sido engañados, y que no habían emprendido en vano tan largo viaje. Ahora estaban seguros de que Dios iba con ellos, y las señales de su presencia y de su gracia les llenaban de gozo el corazón, una vez que habían comenzado a estimar en su justo valor los favores divinos, que sobrepasan con mucho a nuestras esperanzas. Podemos vislumbrar los transportes de alegría de estos hombres al ver de nuevo la estrella. Ahora tenían suma razón en esperar un pronto encuentro con Jesús, el Sol de justicia. Así deberíamos alegrarnos de todo cuanto nos muestra el camino hacia el Señor. Esta estrella fue ya creada con el propósito de ser enviada para conducir a los magos a la presencia del gran Rey. Dios cumple así su promesa de salir al encuentro de los que con alegría hacen justicia (Isa 64:5-7). Dios se complace, a veces, en favorecer a los recién convertidos con señales sensibles de su amor, de modo que se animen a correr con paciencia la carrera que tienen por delante (Heb 12:1), para así contrarrestar las dificultades que salen al encuentro cuando una persona da la espalda al mundo para encaminarse hacia Dios.

II. Véase cómo se comportan con Jesús, una vez que le han encontrado (v. Mat 2:11). Podemos imaginarnos su decepción cuando encontraron una pobre morada en vez de un palacio, y unos pobres artesanos por toda escolta. Sin embargo, estos magos fueron lo bastante sabios para ver a través del velo. No se creyeron frustrados en su búsqueda, sino que, al haber encontrado al Rey a quien buscaban, se presentaron a sí mismos a Él, y luego le ofrecieron sus presentes.

1. Se presentaron a Él: Postrándose, le adoraron. No leemos que dieran tal honor a Herodes, aunque se hallaba en la cima de su regio esplendor; pero a este bebé le dieron tal honor, no sólo como a rey, sino como a Dios. Todos los que han encontrado a Cristo no se contentan con inclinarse ante Él, como se inclina uno ante la grandeza, la bondad, el genio o el heroísmo; a Cristo no se le puede clasificar como a otro ser humano cualquiera; ante Él es preciso caer de rodillas y someterse a su imperio. Es el Señor.

2. Le ofrecieron sus presentes. Entre los orientales, al prestar homenaje a sus reyes, les ofrecían presentes. Nosotros no hemos de contentarnos con ofrecer presentes a Jesucristo, sino que hemos de darle todo cuanto somos y poseemos. Y no serán aceptados nuestros presentes, a menos que antes nos presentemos nosotros como sacrificios vivos (Rom 12:1). Los presentes que los magos ofrecieron a Jesús fueron: oro, incienso y mirra. La Providencia envió así a José y a María unos recursos muy oportunos no sólo en su presente condición de pobreza, sino también en vistas al futuro viaje a Egipto donde el incienso y la mirra, abundantes en Arabia, tendrían un valor considerable. Desde la antigüedad, se ha visto en estos presentes un simbolismo muy en consonancia con la Palabra de Dios: el oro es símbolo, entre otras cosas, de realeza; el incienso es bien conocido como símbolo de la oración que se dirige a Dios; y la mirra es símbolo de sufrimiento. Así, pues, le ofrecieron oro como a Rey; incienso, como a Dios; mirra, como a hombre que había de morir, pues la mirra se usaba para embalsamar los cadáveres.

III. Véase ahora de qué forma se marcharon, luego de haberle presentado sus respetos (v. Mat 2:12). Herodes les había mandado que a su vuelta le informasen. Y así lo habrían hecho, si no se les hubiese dado contraorden del Cielo, sin sospechar que Herodes los quería como instrumentos de sus malvados designios. Quienes proceden con honestidad están inclinados a pensar que todas las demás personas proceden de la misma manera, sin imaginarse que el mundo es tan malo como es en realidad. Dios salió al paso de la maldad que Herodes pensaba cometer contra el Niño Jesús. Fueron avisados en sueños que no volviesen a Herodes, ni a Jerusalén. Quienes tenían ojos para ver, y no percibían, eran indignos de recibir informes acerca de Cristo. Regresaron a su tierra por otro camino, para llevar las noticias a sus compatriotas. Aunque parezca extraño, ya no se vuelve a hablar de ellos en las Escrituras. Lo cierto es que ya estaban bien encaminados. Volverse por otro camino tiene una clara aplicación espiritual para todo el que ha encontrado a Cristo: el que de veras se ha convertido a Dios, no puede, como suele decirse, «volver a las andadas».

Mateo 2:9 explicación
Mateo 2:9 reflexión para meditar
Mateo 2:9 resumen corto para entender
Mateo 2:9 explicación teológica para estudiar
Mateo 2:9 resumen para niños
Mateo 2:9 interpretación bíblica del texto

DEJA UNA RESPUESTA

Por favor ingrese su comentario!
Por favor ingrese su nombre aquí