Estudio Bíblico | Explicación de Miqueas 7:1 | Comentario Bíblico Online
1. De la misma manera que Diógenes con la linterna, buscaba en pleno día un hombre entre la multitud de la plaza pública, así también Miqueas busca un solo justo en el país, pero no lo halla (v. Miq 7:2): «no hay ninguno recto entre los hombres» (comp. con Rom 3:10-23). «Faltó el piadoso (hebr. jasid) de la tierra» (v. Miq 7:2) porque faltaba la jésed de Miq 6:8 en el pueblo.
2. ¿Qué piedad va a existir en el pueblo, cuando (v. Miq 7:3) tanto el príncipe como el juez piden, no sólo reciben, regalo de soborno? En otras palabras, ambos hacen extorsión, y el potentado manifiesta lo que su alma ambiciona (éste es el sentido de la frase «el grande habla el antojo la concupiscencia de su alma»): lo que ese magnate ambiciona es prosperar a costa de los demás, y juntos urden sus maquinaciones (RV 1977), porque todos sirven al mismo dios: Mamón.
3. Para poner de relieve la maldad del pueblo, el profeta dice (v. Miq 7:4) que el mejor de ellos hiere como un espino, y el más recto es tan «torcido» como un seto de espinas (hebr. mesukáh, vocablo que no sale en ningún otro lugar de la Biblia). Pero (v. Miq 7:4) vendrá el castigo; el que anunciaron tus atalayas, es decir, los profetas (comp. con Isa 21:6; Eze 33:2), ahora será su consternación (vocablo más claro que confusión).
4. La corrupción, efecto de la desbocada ambición que hemos visto en el versículo Miq 7:3, ha producido tan nefastos resultados en la sociedad, que «han quedado rotos todos los vínculos de naturaleza, amistad, parentesco y gratitud» (Feinberg). El Señor citó el versículo Miq 7:6 (v. Mat 10:35, Mat 10:36; Luc 12:53), pero en un contexto diferente: En Miqueas, la situación es resultado de la caótica corrupción del pueblo, mientras que en Mateo y en Lucas comportan «la total adhesión a Cristo (que) se le exigirá al discípulo cristiano, no obstante las tensiones sociales que un seguimiento tal pueda provocar» (Buck).
5. Miqueas no desespera por eso. Aprendió aquello de que «uno solo con Dios, ya es mayoría», y tanto Miqueas como el remanente han hallado uno en quien confiar. El versículo Miq 7:7 es una maravilla de fe y esperanza (comp. con Jer 17:5-8). ¡Qué consuelo para los creyentes es tener un Dios y Padre en quien se puede confiar totalmente!
