Santiago 3:13 Explicación | Estudio | Comentario Bíblico de Matthew Henry

Estudio Bíblico | Explicación de Santiago 3:13 | Comentario Bíblico Online

En estos versículos, Santiago describe dos clases de sabiduría: Una, falsa, que no procede del cielo, sino del infierno, pues es diabólica (v. Stg 3:15, al final; comp. con la mala lengua v. Stg 3:6, al final ); otra, que es verdadera sabiduría, del cielo, de lo alto (v. Stg 3:15; así es como frena su lengua el «varón perfecto», del v. Stg 3:2). El empalme de esta porción con la anterior se hace, con la mayor probabilidad, al conectar el versículo Stg 3:13 con el versículo Stg 3:1, como insinúa atinadamente Salguero, quien dice: «En la segunda parte del capítulo Stg 3:1-18, el autor sagrado expone las cualidades que debe tener la sabiduría del maestro. Es difícil cumplir la misión de maestro, a causa de la facilidad con que la lengua desbarra. Sin embargo, este mal connatural puede ser superado por una conveniente preparación del alma por medio de la verdadera sabiduría. Ésta es la razón de que el autor sagrado pase del abuso de la lengua a hablar de los peligros de la falsa sabiduría».

1. En los versículos Stg 3:1 y Stg 3:2, Santiago expuso el peligro de hacerse maestro, sin tener en cuenta el severo juicio que le espera. En el versículo Stg 3:13 hace una pregunta que pone a prueba la responsabilidad del que aspira a ser sabio maestro de los demás: «¿Quién hay entre vosotros sabio y experto? Que lo demuestre por medio de una conducta buena, por obras hechas con la humildad (lit. mansedumbre) que la sabiduría confiere» (NVI). Así que la pregunta con que se abre esta sección podría contestarse de la manera siguiente: «Sabio y experto es el que tiene conciencia de su grave responsabilidad». En esto, como en toda la epístola, Santiago pone de relieve lo que, para él, es la clave de toda la conducta cristiana: El talante espiritual del cristiano ha de manifestarse en la forma como se conduce; su fe ha de mostrarse en las obras, «del mismo modo que los árboles manifiestan su naturaleza por medio de sus frutos (v. Stg 3:12)» (Salguero). Sí, es cierto que los frutos no causan la vida del árbol (v. el comentario a Efe 2:8-10), pero la manifiestan.

2. En los versículos Stg 3:14-16, Santiago muestra, con base en los frutos amargos, la diabólica catadura de la falsa sabiduría: «Pero, si abrigáis en vuestros corazones envidias amargas y ambiciones egoístas, no os jactéis de ello ni faltéis a la verdad. Esa clase de sabiduría no procede del cielo, sino que es terrena, meramente natural, demoníaca. Porque donde hay envidias y ambiciones egoístas, allí hay turbulencias y toda clase de malas acciones» (NVI).

(A) La lógica de Santiago es perfecta: «Donde hay celos amargos y rivalidad rencillosa (lit.) no puede haber verdadera sabiduría, la cual es mansa (o confiere mansedumbre, según el sentido que se le de al genitivo semítico «mansedumbre de sabiduría», que es lo que dice literalmente el texto), pues nada hay tan contrario a la mansedumbre como las envidias amargas y las rivalidades rencillosas que muestran una ambición egoísta. Que no se jacte, pues, nadie de ser sabio en esas condiciones, pues está faltando a la verdad de la forma más descarada.

(B) En efecto, esa clase de «sabiduría» no puede ser genuina, pues la verdadera desciende del cielo (comp. con Stg 1:5, Stg 1:17; Stg 3:17); en cambio, esa otra es terrena, es decir, es una planta que crece en el suelo de este mundo malvado; meramente natural (gr. psukhiké; el mismo vocablo de 1Co 2:14), esto es, propia de los inconversos, que piensan según los criterios que imperan entre los humanos (comp. con Mat 16:23, al final); finalmente, es demoníaca (lit.), por estar teñida de envidia y de mentira, que son las características de Satanás (v. Jua 8:44).

(C) No es, pues, extraño (v. Stg 3:16) que donde reinan los celos y la rivalidad ambiciosa, haya agitación (gr. akatastasía, cuya raíz hemos visto en el v. Stg 3:8 y en Stg 1:8) y toda acción ruin (lit. Para ruin hallamos el gr. phaúlon, el mismo vocablo de 2Co 5:10, al final). Este cuadro de agitación perturbadora y de toda clase de ruindad nos dice que no estamos cerca del Dios de orden (comp. con 1Co 14:33), sino del padre de la mentira.

3. A continuación, Santiago describe los caracteres de la verdadera sabiduría (vv. Stg 3:17, Stg 3:18): «Pero la sabiduría que procede del cielo (lit. de lo alto o, de arriba ; el mismo vocablo griego de Stg 1:17; Jua 3:3, Jua 3:7) es, ante todo, pura y, además, amiga de la paz, comprensiva, complaciente, llena de misericordia y de buenos frutos, imparcial y sincera. Los que trabajan por la paz están echando una semilla de paz que producirá frutos de virtud» (NVI).

(A) Vemos primero que la verdadera sabiduría procede del cielo, como ya hemos hecho ver anteriormente. Al ser un don perfecto (v. Pro 4:7, en la NVI), ha de bajar de allí (Stg 1:17), del Padre de las luces, pues la sabiduría verdadera es la gran luminaria espiritual del hombre.

(B) Es pura (gr. agné, el mismo vocablo de 1Jn 3:3, al final), es decir, «libre de todo movimiento pasional y de todo principio de error y de pecado» (Salguero). Es una luz sin mezcla de tinieblas, como el Dios de quien procede (comp. con 1Jn 1:5).

(C) Es pacífica (lit.), esto es, amiga de la paz, pues contribuye a establecer la paz, del mismo modo que la falsa sabiduría es una fuente continua de envidias y rivalidades (vv. Stg 3:14, Stg 3:16).

(D) Es comprensiva, indulgente (sin faltar a la justicia. Gr. epieikés que, con el sustantivo epieíkeia, sale además en Hch 24:4; 2Co 10:1; Flp 4:5; 1Ti 3:3; Tit 3:2 y 1Pe 2:18), especialmente con aquellos a quienes enseña.

(E) Es complaciente (lit. bien dispuesta a ser persuadida, dócil; gr. eupeithés), esto es, atiende a las razones de los demás, sin dejarse llevar de la soberbia propia de los que piensan que lo saben todo.

(F) Llena de misericordia es una característica que refleja la sinceridad de la persona en el culto que tributa a Dios (comp. con Stg 1:27), al preocuparse de los pobres y de los afligidos.

(G) Es imparcial (gr. adiákritos, que no discrimina); esto es, no hace distinción ni acepción de personas, tema que el autor sagrado ha puesto de relieve en Stg 2:1-9, para atacarlo en una situación concreta, con lo que la presente mención adquiere mayor relevancia.

(H) Es sincera (gr. anupókritos; lit. sin hipocresía), «porque obra con sinceridad, no para complacer a los hombres, sino a Dios» (Salguero). J. Alonso hace notar que «las manifestaciones de la verdadera sabiduría recuerdan las manifestaciones de la caridad referidas por Pablo en 1Co 13:1-13».

(I) A esta lista de manifestaciones virtuosas de la sabiduría verdadera añade Santiago (v. Stg 3:18) una especie de resumen de todo lo bueno que en ella se encierra. La traducción literal del versículo se halla, entre otras versiones, en nuestra Reina-Valera, que dice así: «Y (el) fruto de justicia se siembra en paz para aquellos que hacen (la) paz». Es decir, los que buscan y procuran la paz, echan en el surco una semilla que ha de producir excelentes frutos de justicia. Hacen, pues, una labor opuesta a la de los falsos sabios, quienes, con sus envidias y rivalidades, provocan la agitación y el desorden, con lo que la justicia es violada y quebrantada.

Santiago 3:13 explicación
Santiago 3:13 reflexión para meditar
Santiago 3:13 resumen corto para entender
Santiago 3:13 explicación teológica para estudiar
Santiago 3:13 resumen para niños
Santiago 3:13 interpretación bíblica del texto

DEJA UNA RESPUESTA

Por favor ingrese su comentario!
Por favor ingrese su nombre aquí