Significado de ASIRIA Según La Biblia | Concepto y Definición

ASIRIA Significado Bíblico

¿Qué Es ASIRIA En La Biblia?

Nación de la región norte de la Mesopotamia durante la época del AT, que se convirtió en un imperio extenso durante el período de los reyes israelitas. La expansión asiria hacia la región de Palestina (alrededor del 855–625 a.c.) tuvo un impacto enorme sobre los reinos hebreos de Israel y Judá.
Historia
Asiria se encuentra al norte de la región de Babilonia junto a las riberas del Río Tigris (Gén 2:14) en Mesopotamia del norte. El nombre Asiria (heb. Ashshur) proviene de Asur, su primera capital, que se fundó alrededor del 2000 a.c. La fundación de otras ciudades asirias, en especial Cala y Nínive, aparecen en Gén 10:11-12. La historia de Asiria se encuentra bien documentada en los anales reales asirios, en las inscripciones en edificios, en las listas de reyes, en la correspondencia y otras evidencias arqueológicas. Para el año 1900 a.c. , estas ciudades mantenían un comercio vigoroso y llegaban hasta lugares distantes como Capadocia al este de Asia Menor. Una Asiria expandida le hizo guerra al famoso rey Hammurabi de Babilonia poco antes de dividirse en ciudades estado más pequeñas alrededor del 1700 a.c. Cerca del 1330 a.c. , la Asiria reconstituida experimentó un rápido avance territorial y pronto se convirtió en una potencia internacional. Tiglat-pileser I (1115–1077 a.c.) se expandió hacia el oeste, convirtiéndose así en el primer monarca asirio en dirigir su ejército hacia las costas del Mediterráneo. No obstante, cuando fue asesinado, Asiria entró en un período de decadencia que duró 166 años.
Asiria se despertó de sus años oscuros bajo el reinado de Adad-nirari II (911–891 a.c.), quien restableció la nación y la convirtió en una potencia digna de atención en la Mesopotamia. Su nieto Asurbanipal II (883–859 a.c.) llevó a Asiria a la condición de imperio. Este gobernante gozaba de una bien merecida reputación por su crueldad, al exigir tributo e impuestos de parte de los estados que caían en sus manos, tras las campañas depredadoras de su ejército. También reedificó la ciudad de Cala y la convirtió en la nueva capital militar y administrativa. Paneles de piedra esculpida del palacio de Asurbanipal muestran escenas violentas de las crueles campañas del rey contra los enemigos insurrectos.
El hijo de Asurbanipal, Salmanasar III (858–824 a.c.), continuó la política de expansión asiria con sus campañas anuales en todas direcciones. Ya no consistían en ataques depredadores sino que mostraban una explotación económica sistemática de los estados subyugados. Como de costumbre, el no someterse a Asiria daba como resultado una acción militar desenfrenada. Sin embargo, los resultados no siempre constituían una victoria completa para esa potencia. En ese contexto, los reinos hebreos de la Biblia fueron los primeros con los que se enfrentó Asiria. En el 853 a.c. , Salmanasar peleó en Qarqar, al norte de Siria, contra una coalición de doce reyes que incluía a Adad-ezer (Ben-adad, 1Re 20:26; 1Re 20:34) de Siria-Damasco y a Acab de Israel. Este enfrentamiento no se menciona en la Biblia pero tal vez haya tenido lugar durante los tres años de paz entre las dos naciones (1Re 22:1). En las inscripciones oficiales, Salmanasar declara haber vencido aunque la batalla no fue decisiva. En el 814 a.c. finalmente derrotó a Hazael de Damasco y en el Monte Carmelo recibió tributo de parte de Tiro, Sidón y el rey Jehú de Israel. Una escena esculpida en bajorrelieve en el Obelisco Negro de Salmanasar, desenterrado en Cala, muestra a Jehú postrado ante él, la única descripción conocida de un rey israelita.
Con la muerte de Salmanasar, Asiria entró en otro período de decadencia durante el cual fue ocupada por el reino vecino de Urartu. Solo un rey asirio afectó seriamente los asuntos de Palestina durante el siglo siguiente. Adad-nirari III (810–783 a.c.) entró en Damasco y así obtuvo un tributo importante de parte de Ben-adad III. Es probable que sea el “salvador” de 2Re 13:5 que permitió que Israel escapara del dominio de Siria-Damasco. Sin embargo, Adad-nirari también recibió tributo de Joás de Israel.
La preocupación de Asiria en cuanto a Urartu concluyó con el reinado de Tiglat-pileser III (744-727 a.c.). Verdadero fundador del Imperio Asirio, realizó cambios en la administración de los territorios conquistados. Las naciones cercanas a la tierra asiria fueron incorporadas como provincias. A otras se las dejó bajo el gobierno de un nativo del lugar pero sujeto a un supervisor asirio. Tiglat-pileser también instituyó una política de deportaciones masivas a fin de reducir los sentimientos nacionalistas de los habitantes locales. Enviaba al exilio a los pueblos conquistados y los hacía vivir en tierras abandonadas por otros pueblos también conquistados y exiliados (comp. 2Re 17:24).
Cuando Tiglat-pileser, también llamado Pul, arribó a la costa de Fenicia, Manahem de Israel (2Re 15:19) y Rezín de Siria-Damasco le llevaron tributo y se convirtieron en sus vasallos. Rápidamente se formó una alianza antiasiria. Israel y Aram-Damasco atacaron Jerusalén alrededor del 735 a.c. en un intento de remplazar al rey Acaz de Judá por un hombre leal a la nueva alianza (2Re 16:2-6; Isa 7:1-6) y forzar de este modo la participación de Judá. Contra las protestas de Isaías (Isa 7:4; Isa 7:16-17; Isa 8:4-8), Acaz apeló a Tiglat-pileser en busca de ayuda (2Re 16:7-9). Como respuesta, este emprendió una campaña contra los filisteos (734 a.c.), redujo a Israel a la región que rodeaba inmediatamente a Samaria (2Re 15:29; 733 a.c.) y anexó Siria-Damasco (732 a.c.), por lo que deportó a sus pobladores. Acaz, por su parte, se convirtió en súbdito asirio (2Re 16:10; 2Cr 28:16; 2Cr 28:20-22).
Poco se sabe del reinado del sucesor de Tiglat-pileser, Salmanasar V (726–722 a.c.), excepto que sitió Samaria durante tres años como respuesta a la negativa de Oseas en cuanto a pagar tributo (2Re 17:3-5). La ciudad finalmente cayó en manos de Salmanasar (2Re 17:6; 2Re 18:9-12), quien aparentemente murió ese mismo año. Su sucesor, Sargón II (722–705 a.c.), se atribuyó en las inscripciones reales asirias la deportación de 27.290 habitantes de Samaria.
Sargón realizó una campaña en la región para contrarrestar las rebeliones en Gaza en el 720 a.c. y en Asdod en el 712 a.c. (Isa 20:1). Ezequías de Judá fue tentado a unirse a la rebelión de Asdod pero Isaías le advirtió contra tal acción (Isa 18:1-7). Mientras tanto, en otros lugares del imperio ardían los disturbios. Un rey rebelde de Babilonia, Merodac-baladán, halló el respaldo de Elam, enemigo oriental de Asiria. Aunque Merodac-baladán había sido forzado a huir de Babilonia en el 710 a.c. , regresó unos años después para reclamar el trono. Envió emisarios para ver a Ezequías en Jerusalén (2Re 20:12-19; Isa 39:1-8), aparentemente como parte de los preparativos para una revolución concertada antiasiria.
Las noticias de la muerte de Sargón en el campo de batalla sirvieron como señal para las fuerzas antiasirias. Senaquerib (704–681 a.c.) ascendió al trono en medio de una amplia rebelión. Merodac-baladán de Babilonia, respaldado por los elamitas, había estimulado el levantamiento de toda la región sur de la Mesopotamia. Una gran cantidad de estados de Fenicia y Palestina también estaban incluidos en la rebelión bajo el liderazgo de Ezequías de Judá. Senaquerib, después de sojuzgar Babilonia, dirigió su atención hacia el oeste. En el 701 a.c. reafirmó su dominio sobre las ciudades estado de Fenicia, saqueó Jope y Ascalón e invadió Judá, lugar donde Ezequías había efectuado importantes preparativos militares (2Re 20:20; 2Cr 32:1-8; 2Cr 32:30; Isa 22:8 b – Isa 22:11). El relato que hace el propio Senaquerib acerca de la invasión proporciona un notable complemento a la versión bíblica (2Re 18:13-37; 2Re 19:1-36). Declaró haber destruido 46 ciudades amuralladas (2Re 18:13) y haber tomado cautivas a 200.150 personas. La conquista de Laquis en manos de Senaquerib se muestra detalladamente graficada en los paneles esculpidos de su palacio de Nínive. Durante el sitio de Laquis enviaron un ejército asirio en contra de Jerusalén donde Ezequías fue “hecho prisionero […] como un ave en una jaula”. Tres de los dignatarios de Senaquerib intentaron negociar la rendición de Jerusalén (2Re 18:17-37) pero Ezequías continuó aferrándose a las palabras de aliento de Isaías (2Re 19:1-7; 2Re 19:20-35). El ejército asirio finalmente se retiró y Ezequías pagó un tributo enorme (2Re 18:14-16). El relato asirio declara una victoria sobre el ejército egipcio y menciona el tributo de Ezequías pero es un tanto impreciso en cuanto a la conclusión de la campaña. La Biblia menciona el acercamiento del ejército egipcio (2Re 19:9) y cuenta acerca de una derrota milagrosa de los asirios en manos del ángel de Jehová (2Re 19:35-36). Herodoto, historiador griego del siglo V a.c. , relata que los asirios sufrieron la derrota debido a que una plaga de ratones de campo destruyó su equipamiento. No hay certeza en cuanto a si se pueden combinar estos relatos a fin de deducir la forma en que se desencadenó la plaga. Indudablemente, Senaquerib experimentó un revés importante ya que de todos los que habían participado de la rebelión, Ezequías fue el único gobernante que mantuvo su trono.
Dentro de un aspecto más pacífico, Senaquerib llevó a cabo algunos proyectos edilicios importantes en Asiria. La antigua ciudad de Nínive fue reedificada para convertirse en la nueva residencia real y la capital asiria. No obstante, la guerra con Elam continuó y esto influyó sobre Babilonia para que se volviera a rebelar. Un Senaquerib airado arrasó con la ciudad sagrada en el 689 a.c. Los babilonios interpretaron que su asesinato, llevado a cabo por sus propios hijos (2Re 19:37) en el 681 a.c. , había sido un juicio divino por haber destruido la ciudad.
Esar-adón (681–669 a.c.) surgió como el nuevo rey e inmediatamente comenzó a reedificar Babilonia, una acción que le concedió la lealtad del populacho local. Hizo guerra contra las tribus nómadas del norte y sofocó una rebelión en Fenicia, mientras Manasés de Judá continuó siendo su leal vasallo. No obstante, su aventura militar más grandiosa fue una invasión a Egipto en el 671 a.c. El faraón Taharqa huyó hacia el sur en tanto que Menfis caía en manos de los asirios, pero dos años más tarde regresó y fomentó una rebelión. Esar-adón murió en el 669 a.c. mientras regresaba para subyugar Egipto.
Después de una breve expedición contra las tribus del oriente, Asurbanipal, el hijo de Esar-adón (668–627 a.c.), se lanzó a reconquistar Egipto. Con la colaboración de 22 Reyes súbditos, incluido Manasés de Judá, la invadió en el 667 a.c. Derrotó al faraón Taharqa y tomó la antigua capital de Tebas. Al encontrarse a unos 2100 km (1300 millas) de su tierra, Asurbanipal no tuvo más opción que restituir a los gobernantes locales que su padre había designado en Egipto y esperar que no sucediera nada malo. Los planes para una rebelión comenzaron de inmediato pero los oficiales asirios se enteraron del complot, capturaron a los rebeldes y los enviaron a Nínive. Egipto volvió a rebelarse en el 665 a.c. En esta ocasión, Asurbanipal destruyó Tebas, denominada también No-Amón (Nah 3:8, NVI y LBLA nota al pie de página). También se desbarataron intentos fenicios de una rebelión.
Asurbanipal gobernó durante el clímax de Asiria pero también fue testigo del comienzo de su vertiginoso colapso. Egipto se rebeló nuevamente diez años después de la destrucción de Tebas. Asiria no pudo hacer nada debido a una guerra que sostenía contra Elam. El rey Samas Son Ukín de Babilonia, hermano de Asurbanipal, organizó una amplia sedición en el 651 a.c. Después de tres años de batallas continuadas, Babilonia fue subyugada pero continuó repleta de semillas de odio contra Asiria. Las acciones contra las tribus árabes se mantuvieron y la guerra contra Elam continuó hasta que los asirios alcanzaron una victoria definitiva en el 639 a.c. Ese mismo año los anales oficiales de Asurbanipal llegaron abruptamente a su fin. La desazón aumentó con la muerte del rey en el 627 a.c. Para el año 626, Babilonia había caído en manos del caldeo Nabopolasar. Algunos estados distantes, como el de Judá bajo el reinado de Josías, tuvieron libertad para rebelarse sin temor. La guerra continuó entre Asiria y Babilonia hasta que, en el 614 a.c. , la antigua capital asiria de Asur fue saqueada por los medos. Luego, en el 612 a.c. , Cala fue destruida. Los ejércitos combinados de los babilonios y los medos sitiaron Nínive. La ciudad cayó después de dos meses.
Un general asirio reclamó el trono y reunió en Harán lo que quedaba del ejército asirio. Una alianza con Egipto hizo que enviaran algunas tropas de ayuda, pero los babilonios se dirigieron hacia allí en el 610 a.c. y Harán fue abandonada. En el 605 a.c. , los últimos remanentes del estropeado Imperio Asirio, junto con sus recientes aliados egipcios, fueron sometidos en la batalla de Carquemis. Asiria dejó de existir.
Religión
La religión asiria era politeísta, como también la mayoría de las naciones del Cercano Oriente. En esencia era similar a la religión babilónica. La religión asiria oficial reconocía miles de deidades pero en la práctica solo unas 20 eran importantes.
Los dioses más jóvenes generalmente estaban relacionados con una ciudad más nueva o tal vez con ninguna. Adad (también Hadad) era el dios de las tormentas y, en consecuencia, beneficioso y destructivo. Ninurta, el dios de la guerra y la caza, se convirtió en un patrono apropiado para la capital asiria de Cala. Lo más notable es la figura singular de Asur. En su condición de deidad patrona y del origen del nombre de la capital asiria de Asur y también del estado, este dios se elevó en importancia hasta ser considerado señor del universo y dios supremo. Debido a que el dios Asur estaba por encima de todos los demás, el rey asirio estaba obligado a demostrar ese dominio sobre la tierra entera. La mayoría de las campañas militares asirias se iniciaron “bajo el mandato de Asur”. Ver Babilonia.

Daniel C. Browning (h)

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