Significado de COMUNIDAD DE BIENES Según La Biblia | Concepto y Definición

COMUNIDAD DE BIENES Significado Bíblico

¿Qué Es COMUNIDAD DE BIENES En La Biblia?

Práctica de la iglesia de Jerusalén de tener “en común todas las cosas” (Hch 2:41-47; Hch 4:32-37) presentaba paralelos contemporáneos: el ideal utópico griego de la propiedad común entre amigos, la comunidad obligatoria de la secta judía de Qumrán, e incluso el precedente de Jesús y los Doce (Luc 8:3; Jua 13:29). El contexto inmediato de ambas referencias de los Hechos (Hch 2:1-40; Hch 4:31) indica que la comunidad de bienes no era un ideal al que aspiraba la iglesia sino que constituía una evidencia de la naturaleza comunitaria: que el Espíritu Santo determinaba y dirigía la totalidad de sus vidas.
“Común” (koina) en Hch 2:44 y Hch 4:32 tiene la misma raíz que koinonia (“comunión” en Hch 2:42). Por lo tanto, el tema no era una teoría económica sino la vida juntos en común (“cada día” en Hch 2:46) sin ninguna separación entre las necesidades físicas y las espirituales. (Ver Hch 6:1-6 donde se describe la preocupación en el cuidado de los necesitados.) El paralelo entre Hch 4:34 y Deu 15:4 señala que la iglesia primitiva cumplía con la intención divina de que Israel fuera generosa.
La iglesia de Jerusalén escogió practicar la generosidad sin egoísmo de manera similar al estilo de vida de Jesús y los Doce. Otras iglesias primitivas practicaron la generosidad con sacrificio de diferentes maneras (Hch 11:27-30; 1Co 16:1-4; Rom 12:13; 1Jn 3:17) ya que el llamado de Jesús a dejar de lado las posesiones abarcaba más de una forma de expresión (comp. Mat 19:16-22 con Luc 19:1-10). Estos incidentes tienen en común un énfasis en el dar sacrificial (Luc 21:1-4), lo que requiere un cambio completo del corazón a fin de servir a Dios y no a las posesiones (Mat 6:24), con un claro reconocimiento del peligro que implican las riquezas (Mar 10:23-31; Luc 6:24; Luc 12:13-31).
Dicho peligro se manifestó en el contexto de la comunidad de bienes (Hch 4:36-37; Hch 5:1-11). En contraste con Bernabé, quien vendió una propiedad y les dio la ganancia a los apóstoles, Ananías y Safira se guardaron parte de los beneficios de la venta. La muerte que sufrieron dio testimonio de la gravedad que implicaba abandonar la vida comunitaria por intereses egoístas. El egoísmo llevaba a mentirle al Espíritu (Hch 5:3; Hch 5:9) y, en consecuencia, a rechazar los lazos (“de un corazón y un alma”, Hch 4:32) creados por el Espíritu. La naturaleza voluntaria de esta comunidad de bienes no era, por lo tanto, una cuestión de que los individuos escogieran independientemente cuánto dar y si lo hacían, sino una generosidad espontánea y continuada de una comunidad unificada y dirigida por el Espíritu. El uso de la forma verbal en Hch 2:45 y Hch 4:34 b (“vendían”) identifica la naturaleza continuada de la generosidad. Ver Ananías; Comunión; Dádiva, Regalo; Esenios; Espíritu Santo; Mamón; Prestar, tomar prestado; Qumrán.

David Nelson Duke

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