Significado de EMPERADOR, CULTO AL Según La Biblia | Concepto y Definición

EMPERADOR, CULTO AL Significado Bíblico

¿Qué Es EMPERADOR, CULTO AL En La Biblia?

Práctica de asignar el estatus de deidad a gobernantes en ejercicio o fallecidos.
Antiguo Testamento
Aunque la expresión “culto al emperador” se aplica por lo general al culto romano, hubo creencias y prácticas similares en tiempos del AT. En Egipto, por ejemplo, el gobernante en ejercicio era considerado encarnación del dios Horus, hijo de Ra, y al morir se transformaba en Osiris. El ejemplo más obvio de culto al emperador en el AT es la bien conocida historia de Sadrac, Mesac y Abed-nego (Dan 3:1-30). El rey Nabucodonosor hizo una imagen de oro, probablemente de sí mismo, y ordenó que todos se postraran y adoraran la imagen bajo amenaza de muerte (Dan 3:5-6). Sadrac, Mesac y Abed-nego se negaron a cometer idolatría (Dan 3:16-18). Fueron arrojados en un horno pero no se quemaron (Dan 3:27), después de lo cual Nabucodonosor les dio libertad para adorar a su Dios (Dan 3:29). Ver Dioses paganos.
Nuevo Testamento
Aunque los griegos creían que los dioses podían tener apariencia de hombres (comp. Hch 14:12-13), por lo general rechazaban la deificación de gobernantes. Sin embargo, después de encontrarse con el sacerdote Amún en Egipto, Alejandro Magno comenzó a referirse a sí mismo como “hijo de Zeus”. Después de ser sepultado en Alejandría, le consagraron allí un templo y un culto que luego se difundió en Asia Menor y aun en Atenas. Los ptolomeos y los seléucidas, que se consideraban herederos de su imperio, también creyeron ser herederos de su divinidad y construyeron templos dedicados a sí mismos. El culto al gobernante también fue heredado por el Imperio Romano. En Éfeso, en el 48 a.c. , Julio César fue declarado “dios en la tierra, descendiente de Ares y Afrodita, y salvador universal de la vida humana”. Después de su muerte, el pueblo de Roma se hizo eco de esta declaración; el senado la oficializó en el 42 a.c. y construyó un templo en su honor. Octavio, el hijo adoptivo de Julio César y heredero del imperio, también recibió culto similar en las provincias orientales, y llegó a ser conocido como Augusto. Su cumpleaños se celebraba como “el comienzo de la buena noticia [euangelia]” para el mundo, y se dedicaron templos “a Roma y a Augusto”. Igual que su predecesor, cuando Augusto murió en el 14 a.c. , ocupó un lugar entre los dioses romanos.
Los emperadores Tiberio y Claudio pospusieron su deificación para después de la muerte, pero Calígula, sucesor de Tiberio, y Nerón, sucesor de Claudio, no fueron tan pacientes. Calígula se presentó como Helios, el dios sol, y Nerón reclamó para sí la designación de Apolos. El emperador Domiciano (81–86 d.c.) emitía sus mandatos como si los pronunciara un dios. Construyó un templo en Éfeso con una enorme estatua de su persona.
Domiciano estaba decidido a lograr que el imperio recuperara la religión romana tradicional y, en consecuencia, se mostró particularmente cruel con los cristianos. Estos también fueron víctimas del culto al emperador durante los reinados de Nerón y otros emperadores romanos. La persecución de los creyentes fue severa, en parte por serios malentendidos en cuanto a la práctica de la fe cristiana. Los creyentes en Cristo eran considerados indeseables y fueron erradicados violentamente. Se les prometía libertad si durante el juicio adoraban a dioses paganos y al emperador. Si no lo hacían, sufrían todo tipo de castigos y aun la muerte. Lo único que se esperaba del que se sospechaba cristiano era que arrojara algunos granos de incienso en la llama que ardía en forma continua frente a la estatua del emperador. Dado que los castigos eran terribles y el medio para escapar de ellos era sencillo, muchos cristianos cedieron. Pero muchos no lo hicieron y fueron quemados vivos, matados por los leones en el estadio o crucificados.
Un caso específico de culto al emperador en el NT es la adoración a la bestia en el libro de Apocalipsis. El cap.Apo 13:1-18 habla de una bestia que recibe autoridad para gobernar. Se construye una imagen de ella y todos reciben la orden de adorarla (Apo 13:4; Apo 13:12; Apo 13:14-15; ver también Dan 8:4; Dan 8:8-12). Ver Roma y el Imperio Romano.

Donna R. Ridge y e. Ray Clendenen

DEJA UNA RESPUESTA

Por favor ingrese su comentario!
Por favor ingrese su nombre aquí