Significado de EVANGELIO Según La Biblia | Concepto y Definición

EVANGELIO Significado Bíblico

¿Qué Es EVANGELIO En La Biblia?

El término “evangelio” aparece con frecuencia en el NT como sustantivo y como verbo, y literalmente significa “buenas nuevas” o “proclamar las buenas nuevas”. El sustantivo euangelion, aparece 75 veces y el verbo euangelizomai 56.
Trasfondo
Hay dos puntos de vista sobre el trasfondo del uso neotestamentario de los términos euangelion y euangelizomai. Uno hace referencia a que provienen del contexto judío que es la base sobre la que se estableció la iglesia, particularmente por la forma en que se utilizan en la Septuaginta (LXX). El segundo estipula que los términos provienen de la cultura helenística (pagana). Estos puntos de vista se han erosionado mutuamente de tal manera que los intérpretes no entienden en forma total a qué alude la Biblia cuando utiliza el término “evangelio”.
La LXX podría establecer el significado de estos vocablos, pero no aparece el uso singular de euangelion. Por esta razón, algunos argumentan que la influencia primaria, tal vez única y externa sobre el uso del NT del término euangelion proviene de la cultura pagana. Sin embargo, el papel importante que tiene euangelizomai en pasajes del AT (LXX) que se mencionan en el NT, hace difícil sostener una posición contra antecedentes judíos del término. En Isa 40:9; Isa 52:7-10; Isa 60:6; Isa 61:1 el heraldo de las buenas nuevas anuncia que Jehová, Dios de Israel, derrotó a los enemigos paganos, terminó con el exilio de Su pueblo y estableció Su reino. Esto se adecúa perfectamente al contexto del NT.
Originalmente, el sustantivo euangelion significaba el anuncio de victoria luego de la batalla, y posteriormente el contenido de ese mensaje. El término también llegó a describir el nacimiento o arribo al poder de un nuevo rey. Una inscripción de Priano en Asia Menor, que probablemente data de aprox. el 9 a.c. , describe la asunción de Augusto como nuevo emperador romano. Augusto recibe honores como el salvador que traerá la paz, y proclama su nacimiento como “el comienzo de las buenas nuevas (euangelion) que han llegado a los hombres a través de él”. Esto ilustra el contenido religioso del término que se relaciona con el culto al emperador.
Cuando se compara el uso pagano de euangelion con la forma en que la LXX usa euangelizomai, se manifiesta un paralelo asombroso con un rey a quien el pueblo adora. El evangelio y su confesión en cuanto a que Jesús es el Señor confronta la proclamación de que César es el señor y declara que, en la cruz y en la resurrección, Jesús sube al trono como Rey de reyes. El César o cualquier otra cosa creada que reclama señorío doblará su rodilla ante el Cristo crucificado y resucitado.
Pablo y el evangelio
El evangelio fue el centro de la prédica de Pablo y la regla por la que vivió para gloria de Dios. El apóstol utiliza euangelion 60 de las 75 veces que aparece en el NT. Las congregaciones a las que se dirigía conocían el contenido del evangelio. Esto se puede observar en que Pablo empleó el término 28 veces sin calificadores. También califica el término como: el “evangelio de Cristo”, el “evangelio de Dios”, el “evangelio de la paz”, el “evangelio de nuestra salvación”, etc. Cuando emplea el vocablo euangelizomai, tiene el mismo significado que kerusso; ambos describen la acción de predicar el evangelio. En 1Co 15:1-58 y Rom 1:1-32, Pablo explica el contenido del evangelio que predicó.
Primera Corintios 15 (1Co 15:1-58)
Pablo comienza a analizar la certeza de la resurrección y asegura que el evangelio que ellos recibieron los sostiene y es el medio por el cual son salvos. Pablo define el contenido de ese evangelio como el mensaje que recibió de Jesucristo. La muerte de Jesús el Mesías en la cruz y la resurrección de entre los muertos conforme a las Escrituras son las dos características centrales. La base escritural de Pablo para su evangelio proviene de textos seleccionados del AT, pero también brota de su fe en que en toda la Escritura se menciona la muerte y la resurrección de Jesús el Mesías. Por medio de la cruz y la resurrección, Dios destruyó el pecado de Adán y la maldición que vino sobre toda la creación. Jesús en Su muerte tomó nuestro pecado y lo venció. La resurrección destruye el poder de la muerte y esta ya no posee ningún aguijón. El sepulcro ya no tiene la victoria.
En 1Co 15:3-8, Pablo demuestra que el mensaje que proclamó tiene el mismo contenido que el de Pedro y de los otros apóstoles. Enfatiza la unidad del mensaje porque tanto él como los otros discípulos tienen el mismo Señor resucitado. A pesar de que en una época había perseguido a la iglesia, el encuentro que Pablo tuvo con Cristo lo ubica al mismo nivel de aquellos que vieron al Señor. Esta descripción del evangelio abre la discusión que sigue acerca de la resurrección, porque si Jesús había resucitado, entonces todos los que creen en Él también resucitarán. Si Jesús no resucitó, el evangelio no tiene poder y Jesús solo puede ser definido como un falso Mesías.
Rom 1:1-17 En el saludo, Pablo nuevamente establece el contenido de su evangelio, cuya autoría es de Dios el Padre y presenta a Su Hijo Jesucristo. Pablo les recuerda a sus lectores que el evangelio ya había sido prometido en las Escrituras. Fortaleció este argumento al reconocer que Jesús es la simiente de David, tal como los profetas habían declarado sobre el Mesías. Jesús fue designado Hijo de Dios en virtud de Su resurrección de entre los muertos. La cruz y la resurrección son el corazón del evangelio. Toda la historia se basa en esto y si se minimiza la importancia de la muerte de Jesús en la cruz, se perjudica el evangelio. La consecuencia es la confesión de que Jesús, el Mesías, es el Señor. En Su muerte y resurrección, Jesús recibe el reconocimiento como el Mesías de Jehová y el Señor, ante quien se doblará toda rodilla y toda lengua jurará fidelidad para gloria de Dios el Padre (Flp 2:10-11). El resumen de Rom 1:4-5 es prácticamente idéntico a lo que Pablo llama “mi evangelio” en 2Ti 2:8. En 2Co 4:3-5, Pablo describe el evangelio con un enfoque en la gloria de Cristo, y la confesión de que Jesucristo es Señor se equipara con el evangelio que predicó. En la conclusión de esta sección (Rom 1:16-17), Pablo afirma que el evangelio no es solo un corpus de información sino además poder de Dios para salvación. Por medio de la cruz y la resurrección, la salvación del pecado se hizo posible para todos los que creen, tanto judíos como griegos.
Otros pasajes paulinos
En Rom 10:8 c – Rom 10:9-13, la fe que Pablo predica y el mensaje que se debe creer para salvación es que Jesús es el Señor y que Dios lo levantó de entre los muertos. En Rom 10:15, la enseñanza de Pablo se refiere a la relación entre el que anuncia el retorno victorioso de Jehová y el siervo sufriente de Jehová (Isa 52:13-15; Isa 53:1-11). En Rom 10:8 c – Rom 10:9-13, el mensajero que proclama esta palabra acerca de Jesús se asemeja al que anuncia el retorno de Jehová a Sión. Pablo entiende que el evangelio es la proclamación de que Jehová Dios venció a todos Sus enemigos y estableció Su reino.
El evangelio se refiere a que Jesús de Nazaret, el Mesías, fue crucificado por nuestros pecados, se levantó de entre los muertos y es también Señor de toda la creación. Este mensaje es poder de Dios para salvación y trae consigo todos los aspectos que forman parte de la salvación (por ej., fe, regeneración, justificación, etc.). El evangelio es el mensaje de Pablo (1Co 9:14-18; Flp 1:5; Flp 2:22) y la razón de su encarcelamiento y sufrimiento (Flp 1:7; 2Ti 1:8; 2Ti 2:8-9). Dios llamó a Pablo para proclamar las buenas nuevas, y este llamado lo anima a predicar el mensaje de salvación a los gentiles (Rom 15:16-20; 1Co 9:19-23; 2Co 10:12-18; Gál 1:15-23; 1Ts 2:2; 1Ts 2:8-9; 2Ti 2:11-12). El evangelio también hace un llamado a vivir una vida ética (Flp 1:27; 1Ts 2:12; 2Ts 1:11). Pablo relaciona el evangelio con el juicio final donde todos serán juzgados según la respuesta ante el Salvador proclamado en las buenas nuevas (Rom 2:16; Col 1:23; 2Ts 1:8; 2Ti 4:1).
El evangelio en los Evangelios y en Hechos
Marcos
utiliza el término euangelion en más oportunidades que los otros evangelistas (ocho veces que incluyen Mar 16:15). Empieza con la declaración programática de que el libro es “el comienzo del evangelio de Jesucristo, el Hijo de Dios”. El uso sorprendente del término euangelion refleja el sentido que tenía tanto para los paganos como para el AT en lo referente a la llegada de un nuevo rey y la promesa del AT de que Jehová retornaría a Sión y derrotaría a los enemigos de Su pueblo. Todo lo que Marcos describe sobre la vida y el ministerio de Jesús manifiesta que Él es el Mesías que Dios envió para liberar a Su pueblo. A través de Sus milagros, Jesús demuestra que es el Mesías, el Hijo de Dios, que tiene poder sobre la naturaleza, los demonios, las enfermedades e incluso la muerte. Por medio de las parábolas, el lector puede aprender acerca del reino que Jesús vino a establecer. El propósito final de la vida del Mesías fue morir para rescate de muchos. A través de la resurrección, Jesús se vindica como Mesías y manifiesta que Su condición de Hijo de Dios es incuestionable. Marcos también emplea el término euangelion para describir el ministerio que Jesús comenzó luego del encarcelamiento de Juan el Bautista (Mar 1:14-15). Jesús comenzó a predicar el evangelio, la proclamación de que el tiempo se había cumplido y que el reino de Dios estaba cerca. El Dios de Israel actúa para restaurar a Su pueblo a través del ministerio de Jesús. El corolario de esta proclamación es el llamado a arrepentirse y a creer en el evangelio. La prédica de Jesús hace eco a la de Juan el Bautista y le da cumplimiento porque Jesús era el Mesías, el Hijo de Dios, quien establecería el reino de Yahvéh. Para Marcos, el evangelio trata esencialmente del establecimiento del reino de Dios. También utiliza euangelion con el sentido de kerusso cuando Jesús anuncia que la mujer que lo había ungido para la sepultura sería recordada en todo lugar donde se predicara el evangelio (Mar 14:3-9).
La importancia del reino también se puede observar en el uso del término euangelion en Mar 8:35 y Mar 10:29-30. En Mar 8:35, luego del anuncio de Su muerte, Jesús describe el costo de seguirlo y explica que quien quiere ser Su discípulo debe estar dispuesto a perder su vida por amor a Él y al evangelio.
Mateo
Mateo utiliza cuatro veces euangelion (Mat 4:23; Mat 9:35; Mat 24:14; Mat 26:13) y una vez euangelizomai (Mat 11:5; comp. Luc 7:18-23). Mateo califica tres veces euangelion como el euangelion tou basileias, el evangelio del reino. En Mat 4:23, Mateo resume el ministerio de Jesús en Galilea diciendo que Él enseñaba en sinagogas, predicaba el evangelio del reino y sanaba enfermedades y dolencias. Para Mateo, el evangelio se centra en el reino que Jesús vino a establecer a través de Su vida y muerte. Esta buena nueva encaja muy bien en la esperanza judía de que Jehová/Yahvéh restauraría a Su pueblo mediante la obra del Mesías, y apoya el argumento de Mateo en cuanto a que Jesús vino para dar cumplimiento a las Escrituras.
Lucas-Hechos
Lucas no utiliza euangelion en su evangelio pero emplea diez veces el verbo que se refiere al acto de proclamar las buenas nuevas. En Hechos, Lucas utiliza quince veces euangelizomai y solo dos veces euangelion. En las narrativas sobre Jesús y Juan el Bautista, Lucas emplea euangelizomai en la proclamación de Gabriel a Zacarías (Luc 1:19) y del ángel a los pastores la noche del nacimiento de Jesús (Luc 2:10). Cuando Jesús habla en la sinagoga en Nazaret (Luc 4:16-21), lee en Isaías sobre la restauración de los pecados y el exilio del pueblo de Jehová (Isa 61:1; Isa 58:6). El Mesías proclamará buenas nuevas a los pobres, declarará libertad de los cautivos, dará vista a ciegos, libertará a oprimidos y proclamará el año aceptable del Señor. Luego de leer este texto, Jesús le explica a la multitud que esta profecía se cumple en Él. Este texto bosqueja el enfoque central del relato de Lucas sobre la vida y el ministerio de Jesús. Lucas emplea nuevamente este texto para comunicarle el mensaje a Juan el Bautista cuando este buscaba confirmación de que Jesús era el que vendría después de él (Luc 7:22). La proclamación de las buenas nuevas se centra en el reino de Dios y en el cumplimiento de la ley y los profetas (Luc 8:1; Luc 16:16).
En Hechos, Lucas utiliza euangelizomai para enfatizar la proclamación sobre la vida y ministerio de Jesús. Utiliza ocho veces esta proclamación para referirse a Jesús el Mesías que es Señor de todos (Hch 5:42; Hch 8:4-6; Hch 8:12; Hch 8:35; Hch 10:36-44; Hch 11:20; Hch 13:16-41; Hch 17:18). Estas buenas nuevas acerca de Jesús componen el centro de la prédica de los misioneros de la iglesia primitiva (Hch 8:12; Hch 8:25; Hch 8:40; Hch 14:7; Hch 14:15; Hch 14:21; Hch 15:35; Hch 16:10). Las buenas nuevas que predicaban se relacionaban íntimamente con las promesas del AT y se centraban en la vida y ministerio de Jesús, particularmente en la cruz y la resurrección (Hch 8:26-39; Hch 10:36-44; Hch 13:16-41).
Juan
Juan no emplea euangelion ni euangelizomai en su Evangelio y prefiere los términos que significan “testigo” y “verdad”. También enfatiza la acción de creer que Jesús es el Mesías, el Hijo de Dios, y la vida que se imparte como resultado de la fe (Jua 20:20-31).
El evangelio en otros lugares del NT
En 1Pe 1:3-12, el apóstol define el evangelio como el mensaje que prometieron los profetas y se cumplió en el sufrimiento y la gloria de Jesucristo. La resurrección de Jesús ha provisto esperanza viva y herencia eterna. Este evangelio revela algo tan importante que incluso los ángeles anhelan tener una visión de él. En 1Pe 1:23, Pedro llama al evangelio Palabra de Dios viva y perdurable. En 1Pe 4:1-19, para disipar las dudas de los que argumentan sobre el tiempo del juicio venidero y del castigo final, Pedro explica que a los que rechazan el evangelio les espera un final terrible. En Heb 4:2; Heb 4:6 se utiliza el término euangelizomai para aludir al mensaje acerca de Jesús el Mesías de manera similar a 1Pe 1:1-4. Apo 14:6 describe el evangelio eterno que se utiliza en el juicio.
Conclusión
El evangelio en el NT se puede resumir como el mensaje sobre el reino de Dios que se instauró por medio de la vida, muerte y resurrección de Jesús el Mesías, a quien Dios exaltó como Señor de todo. Estas buenas nuevas describen sucesos que se profetizan en toda la Escritura y declaran que Jesús, el Mesías, derrotó de una vez y para siempre a todos los principados y poderes. Finalmente, Dios juzgará a los seres humanos según hayan recibido o rechazado estas buenas nuevas.

Donny Mathis

DEJA UNA RESPUESTA

Por favor ingrese su comentario!
Por favor ingrese su nombre aquí