Significado de FAMILIA Según La Biblia | Concepto y Definición

FAMILIA Significado Bíblico

¿Qué Es FAMILIA En La Biblia?

Grupo de personas unidas por lazos de matrimonio, sangre o adopción, que permite la interacción entre los integrantes de la casa en sus diferentes roles sociales. Dios ha ordenado que la familia sea la institución básica de la sociedad humana.
Terminología
Dentro del “pueblo” (am) étnico de Israel, que descendía de Jacob, había tres niveles de relaciones familiares. Uno era la tribu (shevet o mateh), que comprendía los descendientes de uno de los hijos de Jacob. Dentro de las tribus estaban los “clanes” (mishpachah), y dentro del clan estaban las unidades familiares, que eran las unidades básicas de la estructura social de Israel. Se hacía referencia a ellas como “la casa del padre” (bet-’av; Jos 7:16-18). Esta unidad sería similar a lo que llamamos “familia”, pero generalmente era más grande que nuestro “núcleo familiar”, ya que incluía tres o cuatro generaciones de hijos con sus esposas y niños, que vivían en la misma tierra bajo el liderazgo del patriarca familiar o “cabeza”. El grupo de ancianos que juzgaba a la puertas de una ciudad (por ej., Deu 21:19) probablemente comprendiera a todas las “cabezas” locales. La percepción y el valor del “núcleo familiar” de dos generaciones se puede inferir de las repetidas referencias a la relación entre padre e hijo.
Los términos “padre” y “madre” podían referirse a cualquier antecesor masculino o femenino, de una o más generaciones anteriores, ya sea vivo o muerto. De la misma manera, “hijo” o “hija” aludía a cualquier descendiente masculino o femenino. De modo similar, los términos “hermano” y “hermana” podían referirse a cualquier familiar del mismo clan (comp. Gén 12:5 con Gén 14:16).
El término que se usa con mayor frecuencia en el NT es oikos y su equivalente, oikia, “casa, familia”. Sinónimo de la expresión hebrea “la casa del padre”, se usaba para referirse a los habitantes de una casa, incluyendo a los sirvientes y cualquier otro dependiente.
Antiguo Testamento
La importancia de la unidad familiar en Israel se percibe en que por lo menos la mitad de los delitos capitales estaban vinculados con la familia, entre ellos el adulterio, la homosexualidad, el incesto, la desobediencia persistente o la violencia contra los propios padres, y la violación (Lev 20:1-27, Deu 21:1-23; Deu 22:1-30). La base de la unidad familiar era la pareja casada (Gén 2:4-25; Gén 3:1-24; Gén 4:1-26; Gén 5:1). A partir de la unión del esposo y la esposa, la familia se extendía e incluía a los hijos y también a familiares como abuelos y demás.
Junto con la autoridad paterna sobre la familia estaba la responsabilidad de proveer para ella y protegerla. El padre era responsable de la instrucción religiosa y moral de los hijos (Deu 6:7; Deu 6:20-25; Éxo 12:26-27; Jos 4:6-7), y ante la ley actuaba como sacerdote familiar (Gén 12:7-8; Job 1:2-5). Después del establecimiento del sacerdocio levítico, el padre guiaba a la familia a los sitios de adoración designados por Dios, y los sacerdotes realizaban los sacrificios (1Sa 1:1-28). La pureza moral se les recalcaba a los hombres y las mujeres de Israel al aplicar castigos severos a ambas partes cuando había pecado (Lev 18:1-30; Pro 5:1-23). El padre solo debía entregar a su hija en matrimonio (Deu 22:16; 1Sa 17:25; Jer 29:6) a un hombre israelita, generalmente de su propia tribu. Si se descubría que una hija había sido promiscua antes del matrimonio, debía ser apedreada en la puerta de la casa de su padre (Deu 22:21).
A diferencia de las prácticas de naciones vecinas, las esposas no se consideraban una propiedad. Aunque la mayoría de los matrimonios en el AT eran convenidos, no significa que carecían de amor. El Cantar de los Cantares ensalza el gozo del amor físico entre el esposo y la esposa. A Dios se lo ve como ejemplo del esposo perfecto que ama a Su “esposa” Israel (Ose 1:1-11; Ose 2:1-23) y se complace en cuidarla y hacerla feliz.
Las madres daban a luz y criaban a sus hijos, llevaban adelante el hogar bajo la autoridad del esposo, y generalmente eran sus asistentes (Gén 2:18; Pro 31:10-31).
La importancia de los hijos en la antigua Israel se puede deducir en la ley del matrimonio por levirato, que aseguraba la continuidad de la línea familiar (Deu 25:5-10; Sal 127:3-5). Ellos también constituían el instrumento por el que se transmitían las tradiciones antiguas (Éxo 13:8-9; Éxo 13:14; Deu 4:9; Deu 6:7). A Dios le complacen las alabanzas de los niños (Sal 8:2) y a estos se les enseñaba a respetar a la madre y al padre (Éxo 20:12; Deu 5:16; Deu 21:13; Deu 27:16; Pro 15:20; Pro 23:22; Pro 23:25; Pro 30:17), y a obedecer sus instrucciones (Pro 1:8; Pro 6:20). La disciplina era una manera de demostrar amor a los hijos (Pro 3:11-12; Pro 13:24).
La poligamia (más específicamente la “poliginia”) era una de las formas anormales de la familia en el AT, y el primero en practicarla fue Lamec, un descendiente de Caín. En las Escrituras nunca se la ve bajo una luz positiva sino que es fuente de rivalidad y discusiones, tal como se observa en la vida de Abraham y Jacob (Gén 16:1-16; Gén 29:1-35; Gén 30:1-43). Los harenes de los reyes de Israel se presentan como excesos desaprobados en la monarquía (Deu 17:17). A causa de la poligamia, los reyes de Israel fueron persuadidos a adorar a dioses falsos (1Re 11:1-10). La unidad de la familia normal en Israel nunca era polígama, ni tampoco se practicaba mucho fuera del ámbito de la monarquía.
Los parientes entre quienes se prohibía el matrimonio (por considerarse incestuoso, ver Lev 18:6-18; Lev 20:11-14; Lev 20:19-21) parecen haber sido aquellos que normalmente se consideraban miembros de la “casa paterna”. Esto incluía a los padres, los hijos (de cualquier generación), los hermanos, los tíos, los hermanastros, los hijastros, los padrastros, o los parientes políticos, es decir, los padres, los hijos, los hermanos, los tíos por parte del esposo o la esposa. La excepción era el caso del “matrimonio por levirato”, es decir, el matrimonio de un hombre soltero con la viuda sin hijos del hermano fallecido.
Nuevo Testamento
Así como la familia fue la unidad básica de la sociedad y de Israel en el AT, también fue esencial para la vida y el crecimiento de la iglesia primitiva. Los misioneros apostólicos enviados por Jesús debían dirigirse especialmente a las casas de familia (Mat 10:11-14); el culto primitivo consistía en cierta medida en “partir el pan en las casas” (Hch 2:46; ver también Hch 5:42; Hch 12:12; Hch 20:20); y las iglesias posteriores se reunían regularmente en casas (Rom 16:23; 1Co 16:19; Col 4:15). Incluso las conversiones a veces se producían en toda la casa (Hch 10:24; Hch 10:33; Hch 10:44; Hch 16:15; Hch 16:31-34; Hch 18:8; 1Co 1:16). Las familias servían como campo de prueba para los líderes de la iglesia, quienes debían mostrar fidelidad en el matrimonio, hospitalidad, administración competente del hogar, lo que incluía una sabia aptitud como padre, y mantener a las esposas “fieles en todo” (1Ti 3:2-13; Tit 1:6-9).
En el NT, la estructura familiar no se trata tanto como las funciones y las responsabilidades de quienes la integran. La unidad familiar más común era una relación monógama que incluía el círculo familiar más amplio. En el siglo I ya existía un mayor grado de independencia en la familia, basada en la cultura romana y en la vida urbana. En Israel, por lo común, existían lazos estrechos entre los miembros de la familia.
Durante Su ministerio, Jesús reafirmó la centralidad de la familia monógama y censuró la inmoralidad y el divorcio. Habló de la indisolubilidad de la familia y dijo que ni siquiera las cortes civiles podían romper los vínculos familiares (Mar 10:1-12). La responsabilidad de cuidar a los integrantes de la familia se puede ver en la cruz donde Jesús, aunque estaba en agonía, le dio al apóstol Juan la responsabilidad de cuidar a Su madre (Jua 19:26-27).
En los escritos paulinos hay muchas enseñanzas sobre la familia. La ética del hogar se describe en Efe 5:1-33; Efe 6:1-24 y Col 3:1-25; Col 4:1-18. En estos pasajes, el esposo es responsable de la salud física, emocional, religiosa y psicológica de la esposa. La sumisión de la esposa tiene lugar en el contexto del matrimonio.
Las esposas son llamadas a ser administradoras de la casa. Como tales, las esposas son responsables de darle consejos y orientación a la familia. Pablo afirma que al cumplir con estas tareas no participarán de habladurías ni de otras distracciones inútiles (1Ti 5:14). Por eso, es imprudente tomar cualquier decisión dentro de la familia sin el consejo y la guía de la esposa.
Las funciones familiares en el NT también incluyen a los hijos, a quienes se les manda que obedezcan a los padres. Cada miembro de la familia tiene responsabilidades. En Mat 18:2-14; Mat 19:13-14; Mar 10:14-16, Jesús afirma la importancia de los niños y la relevancia que tienen para Él.
La familia como metáfora
El AT usa a menudo términos familiares para describir la relación de Dios con el pueblo de Israel. A veces se dice que el pueblo es Su “hijo” o “hijos”, y otras que es Su “esposa”. (Sal 103:13). Desafortunadamente, a causa de su rebelión contra Dios, se describe muchas veces a Israel como esposa caprichosa o hijo rebelde (Jer 2:32; Jer 3:14).
La iglesia de Jesucristo se podría describir como la “casa de Dios”, de la que eran miembros tanto los creyentes judíos como los gentiles (Efe 2:19, ver Mar 10:29-30; 1Ti 3:15). El resultado es que nuestra responsabilidad hacia la familia espiritual es similar a la que le corresponde a la familia física (Gál 6:10; 1Pe 3:8), aunque uno no debería depender de la iglesia para satisfacer las necesidades de su casa (1Ti 5:3-8). Ver Casa paterna; Educación; Huérfano; Incesto; Levirato (ley), Matrimonio por; Madre; Matrimonio; Mujer.

 

Brent R. Kelly y e. Ray Clendenen

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