Significado de FILIPENSES, CARTA A LOS Según La Biblia | Concepto y Definición

FILIPENSES, CARTA A LOS Significado Bíblico

¿Qué Es FILIPENSES, CARTA A LOS En La Biblia?

Undécimo libro del NT, escrito por Pablo a la iglesia de Filipos, la primera que estableció en Europa. Es una de las epístolas de la prisión (junto con Efesios, Colosenses y Filemón). Por lo general se acepta la autenticidad de la carta. La terminología y la teología son plenamente paulinas.
A pesar de las circunstancias negativas desde las que Pablo escribió, Filipenses es una carta cálida, personal y positiva (excepto el cap. Flp 3:1-21). El apóstol escribió para agradecerle a la iglesia el regalo que recientemente le había enviado a la prisión y para informarle sobre las circunstancias y los planes de viaje de Timoteo y Epafrodito. El tema subyacente en toda la epístola es un llamado a la unidad de la iglesia.
La fecha de la carta depende de cuál encarcelamiento hubiera estado atravesando Pablo. La fecha y el lugar tradicional de escritura es 61/62 d.c. desde Roma. Si Filipenses se escribió desde Cesarea, deberíamos asignarle una fecha a fines de la década del 50; si fue desde Éfeso, correspondería a la mitad de esa década. Ver más abajo.
Origen de Filipenses
¿Dónde estaba Pablo cuando escribió Filipenses? La carta en sí solo revela que se encontraba en prisión. Hechos registra encarcelamientos paulinos en Cesarea y en Roma. Ciertas evidencias indican que Pablo también estuvo preso en Éfeso (Hch 19:1-41; 2Co 11:23; 1Co 15:30-32).
Filipenses se le asigna tradicionalmente a Roma. La referencia a la casa de César (Flp 4:22), el guardia pretoriano o del palacio (Flp 1:13 NVI), como así también la posibilidad de recibir visitas (Hch 28:16; Hch 28:30-31) como la de Epafrodito, y la probabilidad de ejecución (Flp 1:20-26), parecieran coincidir con el encarcelamiento de los versículos finales de Hechos.
Un origen efesio de Filipenses también tiene mucho a su favor. Éfeso era la capital de Asia. Un guardia del gobernador provincial ocupaba un “pretorio” y la residencia del gobernador se llamaba “la casa de César”. Un encarcelamiento en Éfeso como lugar de origen de Filipenses le da sentido a la declaración de Pablo sobre su intención de visitar Filipos cuando lo liberaran (Flp 2:24; desde Roma, Pablo tenía intenciones de ir a España, Rom 15:23-24). Además, Flp 2:25-30 implica que se habían realizado varios viajes portando noticias entre el sitio donde se encontraba Pablo y Filipos. Un viaje de Roma a Filipos llevaba varias semanas; de Éfeso a Filipos se llegaba tan solo en unos días. La gran cantidad de viajes que se dejan entrever en Filipenses no encajan fácilmente en un encarcelamiento de dos años en Roma, pero esto es menos problemático en un encarcelamiento mucho más breve en Éfeso.
El origen de la carta en Cesarea ha tenido menos respaldo con el paso de los años. Sus detractores señalan la intención de Pablo de ir a Roma (no de visitar Filipos) luego de su liberación y dudan de que Pablo haya temido alguna vez que lo ejecutaran en Cesarea, tal como lo implica Filipenses, ya que siempre tenía la opción de apelar al César.
Contenido de la carta
Filipenses está estructurada en gran parte como una típica carta personal de aquellos tiempos. La introducción identifica al (a los) que la envía(n): Pablo y Timoteo, y a los receptores: los santos, los obispos y los diáconos. Sin embargo, esta forma epistolar típica está llena de rasgos cristianos. El saludo habitual secular y el deseo de buena salud se transforman en una bendición (v. Flp 1:2); una acción de gracias por la participación fiel de la iglesia de Filipos en la obra del evangelio (Flp 1:3-8), y una oración para que sean bendecidos con un amor cristiano que siempre crezca en todo conocimiento (Flp 1:9-11). Ver Carta: Formato y propósito.

 

El cuerpo de la carta comienza con la explicación de Pablo de su situación actual (Flp 1:12-26). En vv. Flp 1:12-18, él revela que su principal preocupación (la proclamación del evangelio) se estaba llevando a cabo a pesar de las circunstancias difíciles que atravesaba. Sus captores estaban recibiendo el evangelio (vv. Flp 1:12-13). Sus compatriotas habían ganado confianza mediante su ejemplo de arrojo (v. Flp 1:14). Hasta los hermanos que trabajaban con malas motivaciones compartían las buenas noticias de manera activa. (No existen indicios de que predicaran un evangelio falso; Pablo se regocijaba en la obra de ellos, vv. Flp 1:15-18.) La severidad del encarcelamiento paulino se refleja en Flp 1:19-26. Su muerte parecía una posibilidad real. La muerte lo uniría con Cristo. La vida le daría las alegrías del ministerio productivo continuo. Encontraba motivos genuinos para regocijarse en ambas posibilidades. Sin embargo, Pablo parecía tener confianza de que finalmente lo liberarían y volvería a reunirse con los filipenses.
Cuando Pablo regresó a Filipos, tenía la esperanza de encontrar una iglesia unida en Cristo. Flp 1:27-30; Flp 2:1-30; Flp 3:1-21; Flp 4:1-9 es un llamado multifacético a la unidad. La gran causa de la proclamación del evangelio requiere que estén unidos en espíritu, en trabajo y en confianza (Flp 1:27-30). Su experiencia cristiana en común (Flp 2:1) y su propósito (Flp 2:2) también debían dejar de lado una actitud egoísta e interesada (Flp 2:3-4). Los que siguen a Cristo deben seguirlo con un servicio abnegado hacia los demás (Flp 2:5-11).
Flp 2:6-11 es conocido como el pasaje de la kenosis (de la palabra griega traducida “despojó” en Flp 2:7). El lenguaje y la estructura del pasaje han convencido a la mayoría de los comentaristas de que Pablo estaba citando un himno que ya se usaba en la iglesia. El propósito del himno prepaulino era, probablemente, enseñarle al creyente sobre la naturaleza y la obra de Cristo. La preexistencia, la encarnación, la pasión, la resurrección y la exaltación se resumen de manera magistral. Sin embargo, en el contexto de Filipenses, el pasaje de la kenosis se usa para resaltar la humildad y el servicio abnegado que demostró Jesús, cuyo ejemplo debe seguir el creyente. Ver Kenosis.

 

A Pablo le interesaba que los filipenses demostraran en acción la realidad de su profesión cristiana. Ni las quejas tan características de Israel en el desierto ni la perversidad de un mundo que no conoce a Dios deben caracterizar a la iglesia. Pablo se sacrificó a sí mismo para engendrar verdadera fe en los filipenses. Su deseo para ellos y para sí mismo era poder regocijarse en que su sacrificio no fuera en vano (Flp 2:12-18).
Flp 2:25-30 explica a la iglesia por qué Epafrodito regresaba a Filipos. Los hermanos lo habían enviado para llevarle un regalo a Pablo (Flp 4:10-20) y para servirlo durante su encarcelamiento. Es probable que Pablo temiera que alguno criticara a Epafrodito por regresar antes de lo planeado.
El tono de la carta cambia en el capítulo Flp 3:1-21. El aliento a regocijarse (Flp 3:1) se convierte inesperadamente en una severa advertencia (Flp 3:2). (El cambio es tan marcado que algunos eruditos creen que el capítulo se agregó a la carta posteriormente.) La iglesia de Filipos se veía amenazada por un problema con el potencial de destruir el fundamento de la unidad y la base del gozo.
La naturaleza exacta del problema no es clara. Se ataca el legalismo judío (Flp 3:2-11), el perfeccionismo cristiano o gnóstico (Flp 3:12-16) y el libertinaje pagano (Flp 3:17-21). Lo que queda claro, sin embargo, es que Pablo rebate las enseñanzas heréticas con verdades cristianas: Jesucristo es el único camino para la rectitud (Flp 3:2-11); la estatura de Cristo es la meta de la madurez cristiana (Flp 3:12-16), y la naturaleza de Cristo y de Su reino son la norma conforme a la cual debe vivir el creyente (Flp 3:17-21).
El capítulo Flp 4:1-23 regresa a una instrucción más positiva y a la afirmación de la iglesia. A dos mujeres, Evodia y Síntique (Flp 4:2-3), se las exhorta a terminar con el conflicto que tenían porque los desacuerdos personales pueden ser tan dañinos para la unidad de la iglesia como las falsas doctrinas.
Las exhortaciones generales a regocijarse y a permanecer fieles (Flp 4:4-9) llevan a que Pablo exprese su gratitud por el apoyo fiel que los filipenses le brindan a él y a su ministerio (Flp 4:10-20). La carta cierra con el típico estilo paulino, con un intercambio de saludos y una oración pidiendo gracia divina.
Bosquejo

I. Saludo (Flp 1:1-2)

II. Introducción (Flp 1:3-26)
A. Oración de acción de gracias (Flp 1:3-11)
B. Las circunstancias personales adversas pueden hacer avanzar el evangelio (Flp 1:12-26)
III. Amonestaciones pastorales (Flp 1:27-30; Flp 2:1-18)
A. Amonestación a la coherencia (Flp 1:27)
B. Amonestación al valor (Flp 1:28-30)
C. Amonestación a la unidad (Flp 2:1-11)
D. Amonestación a la responsabilidad y la obediencia (Flp 2:12-13)
E. Amonestación a una vida de regocijo e irreprensible (Flp 2:14-18)
IV. Preocupaciones pastorales (Flp 2:19-30)
A. Preocupación pastoral para el bienestar de la iglesia (Flp 2:19-24)
B. Preocupación pastoral por un ministro afligido (Flp 2:25-30)
V. Advertencia pastoral e incentivo (Flp 3:1-21; Flp 4:1)
A. Advertencia contra los zelotes legalistas: Gloriarse solo en Cristo (Flp 3:1-3)
B. Advertencia contra confiar en la carne: Poner la confianza solo en Cristo y en la esperanza de la resurrección (Flp 3:4-11)
C. Advertencia contra la satisfacción con el pasado: Correr en pos de la recompensa celestial (Flp 3:12-16)
D. Advertencia contra los enemigos de la cruz: Permanecer firmes como ciudadanos del cielo (Flp 3:17-21; Flp 4:1)
VI. Exhortación final (Flp 4:2-9)
A. A la reconciliación personal (Flp 4:2-3)
B. Al gozo y la gentileza (Flp 4:4-5)
C. A la serenidad (Flp 4:6-7)
D. A los pensamientos nobles (Flp 4:8-9)
VII. Conclusión (Flp 4:10-23)
A. El contentamiento del apóstol en la fortaleza de Cristo (Flp 4:10-13)
B. La valoración del apóstol por la mayordomía de la iglesia (Flp 4:14-20)
C. Los saludos finales del apóstol y su bendición (Flp 4:21-23)

Michael Martin

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