Significado de GOZO Según La Biblia | Concepto y Definición

GOZO Significado Bíblico

¿Qué Es GOZO En La Biblia?

Estado de deleite y bienestar que resulta de conocer y servir a Dios. Para transmitir las ideas de gozo y regocijo se utilizan una cantidad de palabras griegas y hebreas. En español ocurre lo mismo con los términos casi sinónimos de gozo, felicidad, placer, deleite, alegría y disfrute. Las palabras “gozo” y “regocijo” son las que se utilizan con más frecuencia para traducir los términos griegos y hebreos. Gozo se encuentra aprox. 150 veces en la Biblia. Si se incluyen palabras tales como “gozoso” y “gozar”, el número asciende a más de 200. Los verbos “regocijar” y “alegrar” aparecen mucho más de 200 veces. El gozo es el fruto de una relación correcta con Dios. No es algo que la gente pueda crear por esfuerzo propio. La Biblia distingue el gozo del placer. La palabra griega para placer es el término a partir del cual obtenemos la palabra “hedonismo”, es decir, la filosofía de procurar placer egoísta. Pablo se refirió a los falsos maestros como “amadores de los placeres en vez de amadores de Dios” (2Ti 3:4 LBLA).
La Biblia advierte que la búsqueda del placer autoindulgente no conduce ni a felicidad ni a satisfacción. Ecl 2:1-11 registra el triste testimonio de alguien que buscó construir su vida en base a la búsqueda del placer, búsqueda que lo dejó vacío y desilusionado. Pro 14:13 proporciona una idea de lo que constituye este estilo de vida: “Aun en la risa, el corazón puede tener dolor” (LBLA). Los intereses, las riquezas y los placeres le pueden quitar a la gente la posibilidad de una vida fructífera (Luc 8:14). A menudo, la búsqueda de placer esclaviza en un círculo vicioso de adicción (Tit 3:3). Según 1Ti 5:6, el indulgente está muerto aunque parezca estar vivo.
Mucha gente piensa que Dios se opone al gozo. Eso no puede estar mas lejos de la verdad. Dios mismo conoce el gozo, y desea que Su pueblo también tenga esa experiencia. El Sal 104:31 declara que Dios se regocija en Sus obras creadoras. Isa 65:18 menciona que Dios se regocija en Su pueblo redimido, que es un gozo para Él.
Luc 15:1-32 es la referencia bíblica más famosa sobre el gozo de Dios. Fariseos y escribas habían criticado a Jesús porque recibía a los pecadores y comía con ellos. Jesús entonces les narró tres parábolas: la oveja perdida, la moneda perdida y el hijo perdido. El tema explícito de cada parábola es el gozo por un pecador que se arrepiente. El gozo de Dios se centró en la historia humana en Jesucristo. La nota de gozo y regocijo está impregnada en todo el relato bíblico sobre la venida de Cristo (Luc 1:14; Luc 1:44; Mat 2:10). El pasaje más conocido es el anuncio del ángel sobre las “nuevas de gran gozo, que será para todo el pueblo” (Luc 2:10). Jesús habló sobre Su propio gozo y el gozo pleno que había venido a traerles a los demás (Jua 15:11; Jua 17:13). Presentó una ilustración sobre el reino de los cielos al narrar el gozo de un hombre que encontró un tesoro (Mat 13:44). Zaqueo estaba subido a un árbol cuando Jesús lo llamó, pero descendió rápidamente y recibió a Jesús con gozo (Luc 19:6). Él había hallado en Cristo el tesoro pleno de la vida.
A medida que se acercaba la muerte de Jesús, Él les dijo a Sus seguidores que pronto serían como una mujer a punto de dar a luz, cuya tristeza sería convertida en gozo (Jua 16:20-22). Lo entendieron posteriormente, cuando la profunda tristeza de la cruz dio paso al gozo de la resurrección (Luc 24:41). Visto desde esta perspectiva, finalmente comprendieron que la cruz era necesaria para que el gozo se hiciera realidad (Heb 12:2). Debido a Su victoria y a la promesa de Su presencia permanente, los discípulos se podrían regocijar aun después de la ascensión del Señor (Luc 24:52).
El libro de Hechos relata cómo el gozo continuaba siendo característica de los que seguían a Jesús. Después de la predicación de Felipe en Samaria, la gente creyó y “había gran gozo en aquella ciudad” (Hch 8:8). Luego de la obra de Pablo y Bernabé en Antioquía de Pisidia, “los discípulos estaban llenos de gozo y del Espíritu Santo” (Hch 13:52). Pablo y Bernabé informaron a otros creyentes sobre estas conversiones y “causaban gran gozo a todos los hermanos” (Hch 15:3). Tras la conversión del carcelero de Filipos, este “se regocijó con toda su casa de haber creído a Dios” (Hch 16:34).
El gozo en la vida cristiana está en proporción directa al andar de los creyentes con el Señor. Se pueden regocijar porque están en el Señor (Flp 4:4). El gozo es fruto de la vida guiada por el Espíritu (Gál 5:22). El pecado en la vida del creyente le roba el gozo a la persona (Sal 51:7-8; Sal 51:12).
Cuando alguien camina con el Señor, puede seguir regocijándose aun cuando aparezcan problemas. Jesús habló sobre los que podían regocijarse aun cuando los perseguían y los mataban (Mat 5:12). Pablo escribió sobre regocijarse en el sufrimiento debido al fruto final que daría como resultado (Rom 5:3-5). Tanto Pedro como Santiago también hicieron eco de las enseñanzas del Señor en cuanto a regocijarse en las tribulaciones (1Pe 1:6-8; Stg 1:2).
El gozo en el Señor capacita a las personas para disfrutar de todo lo que Dios ha dado. Se regocijan en la familia (Pro 5:18), en la comida (1Ti 4:3-5), en las celebraciones (Deu 16:13-15), en la comunión (Flp 4:1). Comparten con los otros creyentes las alegrías y tristezas de la vida: “Gozaos con los que se gozan; llorad con los que lloran” (Rom 12:15).

Robert J. Dean

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