Significado de INMUTABILIDAD DE DIOS Según La Biblia | Concepto y Definición

INMUTABILIDAD DE DIOS Significado Bíblico

¿Qué Es INMUTABILIDAD DE DIOS En La Biblia?

La condición divina de ser inmutable. En la teología bíblica se describe a Dios como inmutable en naturaleza y en carácter. Esto incluye el ser (la esencia), los propósitos y las promesas de Dios.
El Sal 102:25-27 contrasta la naturaleza inmutable de Dios con la del orden creado. Núm 23:19 y 1Sa 15:29 indican que Dios no cambia ni sus planes ni sus acciones porque esto se basa en Su naturaleza inmutable. Santiago está convencido de las bendiciones futuras de Dios porque en Él “no hay mudanza ni sombra de variación” (Stg 1:17). Luego de referirse a Su paciencia constante, a Su prolongado sufrimiento y a Su misericordia, Dios finaliza con una declaración general sobre Su inmutabilidad: “Porque yo, el Señor, no cambio” (Mal 3:6 LBLA).
No permitir que la Biblia defina con precisión en qué sentido cambia Dios, conduce a una visión distorsionada de Él. Algunos teólogos clásicos, más influidos por la filosofía griega que por la Biblia, interpretaron la inmutabilidad de Dios como que Él es incapaz de actuar y es indiferente e insensible para con el orden creado. Una reacción exagerada respecto de este error de considerar a Dios estático resultará en una visión igualmente distorsionada de Dios. Algunos pensadores de la actualidad rechazaron por completo la enseñanza bíblica sobre la inmutabilidad de Dios. Más influidos por el pensamiento existencial o procesal, creen que Dios es como el orden creado: experimenta cambios, madura en el conocimiento y en el desarrollo personal, y no tiene un conocimiento preciso acerca del futuro. Ni la visión estática de Dios ni un Dios en constante cambio reflejan la imagen bíblica de Dios. La teología bíblica lo describe como inmutable aunque actúa, tiene emociones y reacciona de forma distinta ante diversas situaciones. En todas esas acciones, sentimientos y respuestas Dios es constante y consecuente.
Aparentemente, algunos pasajes bíblicos presentan a Dios como cambiante. Por ejemplo: se arrepiente (Gén 6:6; 1Sa 15:11; Joe 2:13; Amó 7:3; Amó 7:6; Jon 3:9; Jon 4:2); cambia Sus propósitos (Éxo 32:9-14; Jon 3:10); se enoja (Núm 11:1; Núm 11:10; Sal 106:40; Zac 10:3) y abandona el enojo (Deu 13:17; 2Cr 12:12; Jer 18:8; Jer 26:3). Si se analiza en detalle cada versículo, el aparente problema desaparece. Estos versículos describen a Dios que cambia en Sus relaciones y a veces a los seres humanos les parece que alterara Sus propósitos divinos, pero Él nunca vacila ni cambia en cuanto a Su naturaleza, propósitos ni promesas.
La inmutabilidad divina es una gran fuente de consuelo para el creyente. Así como Dios es constante en Su odio hacia el pecado, es también constante al perdonar en respuesta a la fe y al arrepentimiento.
La inmutabilidad de Dios garantiza que “el que comenzó en vosotros la buena obra, la perfeccionará hasta el día de Jesucristo” (Flp 1:6). En un mundo en constante cambio, el creyente halla paz en un Dios que no cambia, y sabe que la verdad y los valores están cimentados en la naturaleza y el carácter de un Dios inmutable.

Walter Johnson

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