Significado de INTERCESIÓN Según La Biblia | Concepto y Definición

INTERCESIÓN Significado Bíblico

¿Qué Es INTERCESIÓN En La Biblia?

Acción de intervenir o mediar entre dos partes que tienen discrepancias; en especial el acto de orar a Dios a favor de otra persona. En el AT, para dicho ruego o intercesión se emplea el verbo hebreo paga’ (Gén 23:8; Isa 53:12; Isa 59:16; Jer 7:16; Jer 15:11; Jer 27:18; Jer 36:25). Términos más generales como palal (orar) o chalah (mitigar) en ocasiones se suelen traducir “orar por” (1Sa 7:5; 1Re 13:6). En el NT, el término griego es entungkano y sus derivados (Rom 8:26-27; Rom 8:34; 1Ti 2:1; Heb 7:25).
Antiguo Testamento
Muchos personajes del AT destacados por su fe también sobresalen por su oración intercesora. Abraham le pidió a Dios que no destruyera Sodoma para así salvar a su sobrino Lot. Apeló al carácter justo de Dios al preguntarle si haría “morir al justo con el impío” (Gén 18:25). Al hacerlo, Abraham reconoció que no era digno de reclamarle tal cosa al Dios santo (v. Gén 18:27). Abraham también intercedió por Abimelec, cumpliendo así una función profética y trayendo sanidad (Gén 20:7; Gén 20:17).
Moisés intervino entre Dios y el faraón al procurar permiso para que el pueblo abandonara Egipto (por ej. Éxo 8:8). En el Sinaí, el pueblo le pidió a Moisés que los representara ante Dios porque temían aproximarse al Señor majestuoso (Éxo 20:19). Cuando el pueblo construyó el becerro de oro, Moisés imploró misericordia de Dios pidiéndole que tuviera en cuenta la reputación divina entre las naciones y las promesas que les había hecho a los patriarcas. En consecuencia, Dios escuchó (Éxo 32:11-14). Por medio de la oración intercesora, Moisés quiso hacer expiación por el pecado. Se identificó de tal manera con el pueblo que solicitó ser quitado del libro de Dios si Él no perdonaba el pecado del pueblo (Éxo 32:30-34; comp. Deu 9:25).
Para los sacerdotes la intercesión era parte de sus funciones (Joe 2:17; comp. 1Sa 2:25). La tarea del sumo sacerdote era hacer expiación por el pueblo (Lev 16:1-34). En vista de la idolatría de Israel, Samuel le pidió a Dios que los perdonara (1Sa 7:5). Aunque él no coincidía con el pueblo, Samuel presentó ante el Señor el pedido de un rey (1Sa 8:1-22; comp. cap. 1Sa 12:1-25). Cuando Dios rechazó a Saúl, Samuel oró con profundo pesar (1Sa 15:11). David intercedió toda la noche a favor de su hijo recién nacido, incluso a sabiendas de que Dios había declarado la muerte del niño por el pecado de su padre (2Sa 12:14-18). Luego de hacer un censo sin que el Señor lo ordenara, David le pidió a Dios que lo castigara a él en vez de hacerlo a personas inocentes (2Sa 24:17).
En la dedicación del templo, Salomón le pidió a Dios que escuchara las oraciones de los pecadores y los perdonara (1Re 8:1-66; comp. 1Re 3:3-14). Elías se quejó a Dios por haber ocasionado “mal a la viuda con quien estoy hospedado haciendo morir a su hijo” (1Re 17:20), y oró con excelente resultado para que el muchachito volviera a la vida (comp. 2Re 4:32-34). Ezequías llevó la carta de Senaquerib al templo y la abrió ante Dios mientras oraba pidiendo liberación de manos de los asirios (Isa 37:14-20).
La intercesión constituía una parte importante de la tarea del profeta. Amós oró para que Jehová perdonara (Amó 7:2). Jeremías respondió ante la palabra divina de juicio sobre la nación con un ruego en el cual le pedía a Él que no fuera un extraño entre quienes no podían salvarse a sí mismos (Jer 14:7-9). Lamentaciones está plagada de oraciones a favor de la nación.
El profeta Isaías ansiaba ver el día en que gente de toda nación acudiera al templo para interceder (Isa 56:7). La esperanza profética se centra en el Siervo Sufriente que cargaría con el pecado de todos los seres humanos e intercedería por los transgresores (Isa 53:6; Isa 53:12).
La intercesión no siempre fue efectiva. Dios le ordenó a Jeremías que renunciara a la obligación profética de interceder: “Tú, pues, no ores por este pueblo, ni levantes por ellos clamor ni oración, ni me ruegues; porque no te oiré” (Jer 7:16). Incluso los grandes héroes de la intercesión no habrían de tener éxito en tales situaciones (Jer 15:1; comp. Eze 14:14). En el análisis final, incluso las personas más justas necesitan un intercesor ante Dios (Job 9:32-35; Job 19:25; Job 23:1-17).
Nuevo Testamento
El NT enseña que se espera intercesión de todos los creyentes (1Ti 2:1-3). En particular, es importante la intercesión por los enfermos (Stg 5:14). Pablo en sus cartas hace continuas alusiones a los lectores, y Jesús estableció el ejemplo supremo de intercesión (Luc 22:32; Luc 23:34; Jua 17:1-26).
La Biblia revela que el Espíritu Santo, Cristo y los creyentes interceden por la humanidad. Rom 8:26-27 muestra que el Espíritu Santo obra para sustentar al creyente agobiado, para interceder, para presentar ante Dios aun las oraciones no expresadas. Rom 8:34 expresa la verdad de que el Cristo resucitado mantendrá Su intercesión por el creyente siendo el mediador entre Dios y el hombre. Dios acepta las oraciones y las alabanzas del creyente a través de la intercesión de Cristo. Su muerte asegura la remoción del pecado; Su resurrección ofrece vida a los que creen en Él; Su ascensión trajo la exaltación al poder en el cielo y en la tierra. Ahora Él intercede por nosotros ante el trono de la gracia de Dios. Heb 7:25 proclama la completa liberación que ocurre mediante la salvación conseguida por medio de Cristo, y destaca que Él está siempre presente en el cielo para interceder por aquellos que acuden a Él. Ver Oración.

J. William Thompson y Trent C. Butler

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