Significado de JOB, LIBRO DE Según La Biblia | Concepto y Definición

JOB, LIBRO DE Significado Bíblico

¿Qué Es JOB, LIBRO DE En La Biblia?

Aparentemente, Job vivió en la época patriarcal o prepatriarcal, ya que el libro no menciona la ley ni el éxodo sino que lo describe como un nómada acaudalado (Job 1:3; Job 42:12) que seguía ofreciendo sacrificios él mismo (Job 1:5; Job 42:8). Sin duda, Job era un hombre altamente respetado ya que no solo el profeta Ezequiel se refiere a él como uno de los grandes antepasados de Israel (Eze 14:14), sino que además Santiago lo menciona como ejemplo de paciencia y perseverancia en la fe (Stg 5:11).
El libro de Job presenta dificultades en cuanto a la persona, la época y la naturaleza de su composición. En primer lugar, no indica quién es el autor. El texto jamás menciona a Job como autor, aparte del tema en sí. De ahí que muchos deduzcan que fue escrito por Eliú, uno de los tres amigos, o por cualquier otra persona de esa época o de otra. Segundo, aunque muchos coinciden en que Job vivió en la época patriarcal, creen que el libro fue escrito muchos años después. Las fechas de tal composición pueden remontarse de la época de Abraham hasta el Imperio Griego. Tercero, para complicar aún más el tema, muchos creen que Job es una compilación de varias historias provenientes de diversas épocas. Por consiguiente, la cuestión de la fecha y la autoría es un tema sumamente complejo que no puede definirse con certeza. Sin embargo, el que uno no pueda identificar al autor humano, de ninguna manera significa que el libro no haya sido inspirado, porque es Palabra de Dios y constituye una unidad tal como lo conocemos ahora.
Job es la ilustración perfecta de la verdadera fe
A través de los años se han sugerido diversos propósitos para el libro. Quizás el mencionado con mayor frecuencia responde al interrogante de por qué sufren los justos. Con seguridad, era una pregunta en auge en la época de Job ya que la sociedad antigua creía que el sufrimiento humano era resultado del pecado o al menos de la desaprobación de un dios. Incluso el significado del nombre Job (el perseguido) pareciera apoyar esta idea, pero esto no es lo único que involucra este libro. Otra sugerencia difundida es que el material ha sido preservado para ilustrar la naturaleza de la verdadera fe, tanto desde el punto de vista de la gente como de Dios. Para los seres humanos, es confiar en Dios como Creador y Sustentador de la vida incluso cuando no todo sale bien y Él no está visiblemente presente para ayudarnos. Desde el punto de vista de Dios, la historia demuestra la fidelidad divina hacia Sus criaturas a pesar de la debilidad e incapacidad de estas para comprender lo que sucede. Otro propósito, aunque menos popular, es que se trata de una parábola del pueblo de Israel. En ese caso, Job personificaría a Israel. Si bien este enfoque sería posible, no es probable dado que la mayoría de las parábolas tienen alguna clase de cierre con una interpretación que ayuda a explicarlas. De modo que quizás sea mejor considerar el libro como ilustración de la naturaleza de Dios y Su justicia al tratar con la humanidad, justicia que con frecuencia la gente no puede reconocer y jamás comprende en plenitud.
Job es único dentro de la literatura mundial
Aunque Job manifiesta muchas similitudes con otros textos del Cercano Oriente, ninguno se asemeja a la belleza y al mensaje de Job. Como los tres amigos tienen un trasfondo edomita, algunos especulan diciendo que Job pudo haber sido edomita y que la ubicación del libro podría ser Edom. Sin embargo, hasta el presente no hay suficiente material edomita disponible como para sacar conclusiones definitivas. Otros observan similitud entre Job y los poemas egipcios “La protesta del campesino elocuente” y “Disputa acerca del suicidio”, o los poemas babilónicos “La teodicea babilónica” y “Alabaré al Señor de la sabiduría”. En cada caso, las similitudes parecen mínimas y aluden más al tema en sí que al contenido o a la forma. Incluso hay otros que afirman que Job está escrito con el formato de un juicio. Es indudable que en el libro aparecen varios términos legales, aunque todavía sabemos muy poco sobre los procedimientos legales antiguos como para llegar a tal conclusión. Es mejor considerar el libro una obra única que describe la vida de un hombre y sus esfuerzos por comprender a su Dios y su propia situación en la vida.
El encuentro de Job con la vida lo puso cara a cara con Dios
El libro de Job se describe como un drama con un prólogo (caps. Job 1:1-22; Job 2:1-13) y un epílogo (Job 42:7-17) que engloba tres ciclos de discursos poéticos entre Job y sus tres amigos (3–27), un bello y sabio poema de Job (Job 28:1-28), las conclusiones de Job (Job 29:1-25; Job 30:1-31; Job 31:1-40), los misteriosos discursos de Eliú (Job 32:1-22; Job 33:1-33; Job 34:1-37; Job 35:1-16; Job 36:1-33; Job 37:1-24), los discursos de Dios desde un torbellino (Job 38:1-41; Job 39:1-30; Job 40:1-24; Job 41:1-34) y la respuesta de Job (Job 42:1-6).
El prólogo describe el escenario del drama que se desarrollaría. Job era un hombre sumamente rico y religioso que parecía tener su vida bajo control (Job 1:1-5). No obstante, sin que él lo supiera, Satanás puso a prueba la rectitud del hombre. Dios permitió el desafío pero limitó el poder de Satanás a las posesiones de Job (Job 1:6-12). Seguidamente, el diablo destruyó todas las posesiones de Job incluso sus hijos. Sin embargo, Job no maldijo a Dios ni cuestionó la integridad divina (Job 1:13-22). Satanás entonces desafió a Dios a que le permitiera atacar la salud de Job. Dios accedió pero le advirtió que no lo matara (Job 2:1-6). Sin advertencia, una terrible enfermedad aquejó a Job, pero él se negó a maldecir a Dios (Job 2:7-10). Sus amigos estaban impactados y consternados pero jamás se acercaron a animarlo ni a ofrecer su ayuda (Job 2:11-13). A esta altura Job manifestaba una fe tradicional, aceptaba el sufrimiento como inevitable, y lo soportaba con paciencia.
Luego del tiempo tradicional de duelo, Job clamó cuestionando por qué había nacido y alcanzado la madurez (Job 3:1-26). Su fe se convirtió en fe cuestionadora y anhelante que confrontaba a Dios y exigía una salida y una explicación. Durante todo el amargo cuestionamiento, la fe se mantenía viva porque siempre Job acudía solo a Dios en busca de respuestas. Llegado a este punto, los amigos de Job no pudieron permanecer en silencio y comenzaron a hablar. El primero fue Elifaz, que le dijo a Job que seguramente había pecado y que Dios lo estaba castigando. No obstante, todavía había esperanza para Job si él confesaba su pecado y se volvía a Dios (Job 4:1-21; Job 5:1-27). El sufrimiento no tenía por qué durar para siempre. Job estaba asombrado y aseguraba a sus amigos que estaba listo para encontrarse con Dios y saldar cualquier cuenta pendiente (Job 6:1-30; Job 7:1-21). Bildad agregó que si Job no había pecado, quizás hubieran pecado sus hijos ya que resultaba evidente que Dios lo estaba castigando por algo malo. Sin embargo, él también albergaba esperanzas si Job confesaba su maldad (Job 8:1-22). Job estaba profundamente herido y cuestionaba en voz alta si podría o no ser escuchado por Dios (Job 9:1-35; Job 10:1-22). Zofar, el amigo con más desparpajo, clamó a Dios y le pidió que se reuniera con Job porque estaba seguro de que cuando se encontraran, Job vería el error y se arrepentiría (Job 11:1-20). Job insistía en su integridad y siguió buscando un encuentro con Dios para comprender qué sucedía y por qué (Job 12:1-25; Job 13:1-28; Job 14:1-22).
Los amigos de Job no estaban satisfechos, y Elifaz volvió a hablar para recordarle que toda la gente (incluso Job) había pecado y necesitaba arrepentirse. Si él se arrepentía, Dios lo perdonaría (Job 15:1-35). Ante la frustración con sus amigos, Job apeló a la creación entera como testigo de su integridad (Job 16:1-22; Job 17:1-16). Bildad le recordó a Job los muchos proverbios sobre el destino de los malvados, con lo cual implicaba que lo que le había sucedido a Job era consecuencia de su pecado (Job 18:1-21). Job se frustraba cada vez más ya que sentía que su familia y amigos lo habían abandonado. No obstante, no estaba dispuesto a darse por vencido respecto de Dios. De manera maravillosa, afirmó que sería reivindicado, si no en esta vida, en la venidera (Job 19:1-29). Zofar se sintió herido al ver que Job lo ignoraba a él y a sus amigos, o bien, discrepaba totalmente con ellos. Así declaró que los malvados sufrirían gran dolor y angustia y que todas las fuerzas de la naturaleza se volverían contra ellos. Sin dudas, Zofar incluía a Job en dicho grupo (Job 20:1-29). Job se dirigió a él y con dureza le contestó que no, porque según sus observaciones, a veces los malvados prosperaban. Sin embargo, eso no quería decir que Dios no mantuviera el control ni que algún día no traería verdadera justicia (Job 21:1-34).
Aunque lo escuchaban con paciencia, en los amigos de Job había cada vez más frustración. Fue entonces cuando Elifaz volvió a insistir en que el sufrimiento de Job era resultado de su propia pecaminosidad e hizo una lista de diversos pecados de los que pensaba que Job era culpable. Luego le pidió a Job que se arrepintiera (Job 22:1-30). En ese momento Job sentía tanto dolor que no prestó atención a los comentarios de Elifaz y clamó por alivio (Job 23:1-17; Job 24:1-25). Para no ser menos, Bildad le recordó una vez más a Job que considerara la naturaleza y el carácter de Dios, porque como Él no era injusto, Job debía de haber pecado (Job 25:1-6). Con tono sarcástico, Job preguntó a sus amigos de dónde habían obtenido tanta sabiduría, y les suplicó que alzaran los ojos a Dios en busca de entendimiento y fe (Job 26:1-14; Job 27:1-23). Aparentemente los tres amigos, habiendo agotado los argumentos, quedaron en silencio.
Job entonces reflexiona sobre la verdadera naturaleza de la sabiduría y sobre su lugar en el mundo. En una de las más bellas descripciones de la sabiduría que hallamos en la Biblia, Job llegó a la conclusión de que la verdadera sabiduría (o sentido de la vida) solo puede hallarse en una adecuada relación de fe con Dios (“el temor del Señor”) (Job 28:1-28). Como sabía que esa era la realidad, y que él procuraba vivir una vida recta, seguía sufriendo sin comprender el porqué. Entonces, en un magnífico soliloquio clama a Dios y le recuerda cómo ha vivido con fidelidad en el pasado y ha sido respetado por ello (Job 29:1-25), pero ahora que sufría, todos se ponían en su contra y la muerte parecía cercana (Job 30:1-31). Job hace un ruego final a Dios: solicita ser reivindicado (Job 31:1-40). Con esto, las cartas estaban echadas, y hace una pausa para esperar la respuesta de Dios.
Fue ahí cuando empezó a hablar un joven llamado Eliú. Aunque la mayor parte de lo que tenía para decir ya había sido dicho, dio cuatro discursos y en todos procuró justificar el accionar de Dios. Primero, Eliú argumentó que Dios hablaba a todas las personas y que entonces, aunque él era un joven, tenía el derecho de hablar e incluso tenía el entendimiento para hacerlo (32:1–33:33). Segundo, reiteró la postura de que Dios era justo y lo que le sucedía a Job era merecido (Job 34:1-37). Tercero, procuró demostrar que Dios honraba a los rectos y condenaba a los orgullosos, como lo había hecho con Job (Job 35:1-16). Cuarto, le rogó a Job que aceptara lo que le había sucedido como una manifestación de disciplina divina y que se arrepintiera con humildad y procurara el perdón de Dios (Job 36:1-33; Job 37:1-24). Por último, Eliú se dio cuenta de que Job no escuchaba, por eso dejó de hablar.
De pronto, Dios comenzó a hablar desde un torbellino. En esencia, dijo dos cosas. Primero, describió las maravillas de la creación y preguntó a Job si él podría haber hecho algo mejor (Job 38:1-41; Job 39:1-30; Job 40:1-2). Job respondió con rapidez que no porque él mismo era un ser creado (Job 40:3-5). Segundo, Dios describió cómo Él controlaba el mundo y todo lo que ocurría, y preguntó a Job si él podría hacerlo mejor (Job 40:6-24; Job 41:1-34). Job reconoció que no, ni tampoco necesitaba hacerlo porque ahora había visto a Dios y se había dado perfecta cuenta de que Él tiene todo bajo Su control (Job 42:1-6).
Al parecer Dios se agradó de Job y sus respuestas. No obstante, reprendió a los tres amigos ordenándoles que pidieran a Job que intercediera por ellos (Job 42:7-9). Dios entonces restituyó a Job toda su fortuna e incluso le dio más hijos (Job 42:10-17). Al final, Job halló significado a su vida, no en la búsqueda intelectual ni en sí mismo sino en su experiencia con Dios y su relación de fe con Él.
El mensaje de Job sigue teniendo vigencia para nosotros
El libro de Job aborda temas que todos enfrentamos alguna vez. Son temas difíciles de encarar. Diversos oradores lo hacen desde perspectivas distintas, y eso nos obliga a reconocer la complejidad del tema antes de aceptar respuestas simplistas. Dos temas importantes son la causa y el efecto del sufrimiento, y la justicia y el cuidado de Dios. Job comienza por aceptar el sufrimiento como parte de la vida humana que se puede soportar con confianza en Dios tanto en buenos tiempos como en malos. Comienza su cuestionamiento y encara de inmediato los temas teológicos. Ejemplifica la frustración humana con problemas para los que no podemos hallar respuestas. Se niega a aceptar la perspectiva de su esposa de dejar de lado a Dios y a la vida. En cambio, de continuo confronta a Dios con pedidos de ayuda y respuestas. Demuestra que la fe puede ser más que simple aceptación. La fe puede ser luchar en la oscuridad en busca de respuestas, pero es luchar con Dios, no con los demás. Elifaz destaca que el sufrimiento no durará para siempre, en especial para los inocentes. Bildad señala que el castigo de Job no es tan malo como podría haber sido; después de todo, los que murieron fueron sus hijos. Estar vivo significaba que el pecado de Job no era imperdonable y que su sufrimiento se podía soportar.
Zofar enfatiza el pecado de Job pero señala que podría sufrir más aún. Él debía darle a Dios crédito por la misericordia de no hacerle padecer todo el dolor que su pecado merecía. Eliú le ruega a Job que preste atención a la palabra del Señor en esa experiencia, porque su sufrimiento podía ser un medio para descubrir la voluntad divina y el camino de Dios en la situación. Eso debía llevar a Job a confesar su pecado y alabar a Dios. El reclamo de Job es que no podía hallar a Dios. Deseaba presentar su caso ante el Señor pero no podía hacerlo, por no estar a la altura de Dios. No podía presentar su inocencia, de modo de salvaguardar su nombre y recuperar su salud.
Que Dios haya aparecido demuestra el interés divino por sus criaturas, el control sobre todas las cosas, incluso en un mundo con sufrimientos inexplicables, y Sus acciones en la creación y las criaturas misteriosas que hizo prueban que los seres humanos deben vivir bajo control divino. La mentalidad del hombre no puede controlar todo el conocimiento ni comprender todas las situaciones. La gente debe contentarse con un Dios que les habla. No pueden exigir que Dios les dé todas las respuestas que desean. Se puede confiar en Dios en la peor circunstancia así como en la mejor. Ver Fe; Sabiduría; Sufrimiento.
Bosquejo
I. Prólogo: Un hombre justo puede padecer injusticia sin haber pecado (Job 1:1-22; Job 2:1-10)
II. Primera ronda: ¿Responderá un Dios justo las preguntas de un justo que sufre? (Job 2:11-13; Job 3:1-26; Job 4:1-21; Job 5:1-27; Job 6:1-30; Job 7:1-21; Job 8:1-22; Job 9:1-35; Job 10:1-22; Job 11:1-20; Job 12:1-25; Job 13:1-28; Job 14:1-22)
A.  Job: ¿Por qué una persona debe nacer a una vida de sufrimiento? (Job 2:11-13; Job 3:1-26)
B.  Elifaz: No declares ser justo sino busca la disciplina de Dios, que es justo (Job 4:1-21; Job 5:1-27)
C.  Job: La muerte es el único alivio para un justo perseguido por Dios (Job 6:1-30; Job 7:1-21)
D. Bildad: Un Dios justo no castiga al inocente (Job 8:1-22)
E. Job: Los humanos no pueden ganar una discusión en la corte en contra del Creador (Job 9:1-35; Job 10:1-22)
F. Zofar: Los seres humanos, débiles e ignorantes, deben confesar los pecados (Job 11:1-20)
G.  Job: Una persona inteligente exige una respuesta por parte de un Dios todopoderoso y omnisciente, no de parte de otros seres humanos (Job 12:1-25; Job 13:1-28; Job 14:1-22)
III. Segunda ronda: ¿Acaso el destino de los malvados prueba la misericordia y la justicia de Dios? (Job 15:1-35; Job 16:1-22; Job 17:1-16; Job 18:1-21; Job 19:1-29; Job 20:1-29; Job 21:1-34)
A.  Elifaz: Cálmate, reconoce tu culpa y acepta tu castigo (Job 15:1-35)
B.  Job: Que algún inocente presente mi caso ante Dios, que es inmisericorde (Job 16:1-22; Job 17:1-16)
C.  Bildad: Reacciona y reconoce que padeces el castigo justo para los malvados (Job 18:1-21)
D. Job: En un mundo sin justicia ni amigos, el justo debe esperar la acción del Redentor (Job 19:1-29)
E. Zofar: Tu breve prosperidad muestra que eres un malvado opresor (Job 20:1-29)
F. Job: Los consoladores mentirosos no me ayudan en mi lucha contra la injusticia de Dios (Job 21:1-34)
IV. Tercera ronda: ¿Puede acaso el inocente que sufre conocer los caminos y la voluntad de Dios? (Job 22:1-30; Job 23:1-17; Job 24:1-25; Job 25:1-6; Job 26:1-14; Job 27:1-23; Job 28:1-28)
A.  Elifaz: Tú, pecador malvado, regresa al Dios todopoderoso y sé restaurado (Job 22:1-30)
B.  Job: No puedo hallar a Dios, pero la evidencia indica que Él se ocupa de mí mientras que no atiende a los malvados (Job 23:1-17; Job 24:1-25)
C.  Bildad: Nadie puede ser justo delante del Dios admirable (Job 25:1-6)
D. Job: Ni tu consuelo sin sentido ni la casi imperceptible voz de Dios son de ayuda al inocente que sufre (Job 26:1-14; Job 27:1-23)
E. Job: Los seres humanos no pueden conocer la sabiduría; solo Dios la revela: Teman a Jehová (Job 28:1-28)
V. Resumen de Job: Que Dios restaure los viejos tiempos, que eran buenos, o responda a mi reclamo (Job 29:1-25; Job 30:1-31; Job 31:1-40)
A.  En mi pasado, que fue bueno, tuve respeto e integridad (Job 29:1-25)
B.  Ahora los hombres y Dios son crueles conmigo (Job 30:1-31)
C.  En mi inocencia, clamo para que Dios me escuche (Job 31:1-40)
1. No miré con lujuria a las vírgenes (Job 31:1-4)
2. No soy culpable de mentira ni de engaño (Job 31:5-8)
3. No cometí adulterio (Job 31:9-12)
4. Traté a mis siervos con equidad (Job 31:13-15)
5. Fui generoso y amable con los pobres y los menesterosos (Job 31:16-23)
6. No adoré las riquezas ni los cuerpos celestes (Job 31:24-28)
7. No me regocijé en el fracaso de los demás (Job 31:29-30)
8. No le negué a nadie hospitalidad (Job 31:31-32)
9. No tengo nada que ocultar pero quisiera que Dios presentara las acusaciones (Job 31:33-37)
10. No retuve el pago de los obreros en mi tierra (Job 31:38-40)
VI. Eliú: Un joven enojado defiende a Dios (Job 32:1-22; Job 33:1-33; Job 34:1-37; Job 35:1-16; Job 36:1-33; Job 37:1-24)
A.  Eliú está enojado con Job y con los amigos (Job 32:1-22)
B.  Eliú le habla a Job como hombre; Dios habla por medio de sueños, de visiones, del sufrimiento y de la liberación (Job 33:1-33)
C.  Dios es justo; Job habla sin conocimiento (Job 34:1-37)
D. ¿Hay algún beneficio en servir a Dios? El pecado del hombre no es amenaza para Dios; la rectitud del hombre no beneficia a Dios (Job 35:1-16)
E. Dios es justo, omnisciente, misterioso y soberano sobre el hombre y la naturaleza (Job 36:1-33; Job 37:1-24)
VII. Diálogo: Probar tu sabiduría es suficiente para argüir con el Creador eterno (Job 38:1-41; Job 39:1-30; Job 40:1-24; Job 41:1-34; Job 42:1-6)
A.  Dios: ¿Puedes controlar la creación animada e inanimada? (Job 38:1-41; Job 39:1-30)
B.  Job: Estoy agobiado y sin fuerzas para responder (Job 40:1-5)
C.  Dios: ¿Condenarás a Dios para justificarte? (Job 40:6-9)
D. Dios: Ocúpate del universo (Job 40:10-14)
E. Dos criaturas inexplicables demuestran los insondables caminos de Dios (Job 40:15-24; Job 41:1-34)
F. Job: Al ver a Dios, confieso Su poder y me arrepiento del pecado (Job 42:1-6)
VIII. Epílogo: La oración produce reconciliación, perdón y restauración (Job 42:7-17)

Harry Hunt

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