Significado de JUAN, EPÍSTOLAS DE Según La Biblia | Concepto y Definición

JUAN, EPÍSTOLAS DE Significado Bíblico

¿Qué Es JUAN, EPÍSTOLAS DE En La Biblia?

Tres cartas en la sección de las “Epístolas generales” que, aunque técnicamente son anónimas, se atribuyen al apóstol Juan.
Autoría
La tradición adjudicó estas tres cartas al apóstol Juan, hijo de Zebedeo y hermano de Jacobo (comp. Mar 1:19-20). Muchos lo consideran autor de cinco libros del NT (entre ellos el Evangelio de Juan y Apocalipsis), si bien surgieron dudas en la iglesia primitiva en cuanto a si Juan había escrito la segunda y la tercera epístola y Apocalipsis. Las grandes similitudes entre 1 Juan y el Evangelio de Juan hablan de un mismo autor para estos libros. Se llega a la misma conclusión cuando se compara 1 Juan y las dos cartas que siguen. Es de destacar que la iglesia primitiva siempre le adjudicó la autoría de la primera epístola al apóstol Juan. No sucedió así con 2 y 3 Juan aunque él sigue siendo la opción preferida por la mayoría.
Evidencia interna
El autor de 1 Juan declara ser testigo presencial de Cristo (1Jn 1:1-3). A lo largo de todo el libro, escribe con tono de autoridad apostólica. En 2 y 3 Juan el autor se identifica como “el anciano”, título que conlleva una nota de autoridad.
La comparación entre 1 Juan y el cuarto Evangelio revela numerosas similitudes en teología, sintaxis y vocabulario. Hay contrastes como: vida y muerte; verdad y falsedad; luz y oscuridad; hijos de Dios e hijos del diablo; amor y odio.
El término parakletos aparece solo cinco veces en la Escritura, y todas ocurren en material juanino (Jua 14:16; Jua 14:26; Jua 15:26; Jua 16:7; 1Jn 2:1). La palabra monogenes como expresión de la exclusiva relación del Hijo con el Padre aparece en Jua 1:14; Jua 1:18; Jua 3:16; Jua 3:18 y 1Jn 4:9.
Evidencia externa
La iglesia primitiva fue congruente al adjudicar la autoría del cuarto Evangelio y de 1 Juan al apóstol Juan. Papías, que conoció a Juan (y nació alrededor del 60 d.C.), fue el primero en hacer referencia específica a una carta juanina como obra del apóstol Juan. Ireneo (aprox. 180 d.C.) alude específicamente a 1 y 2 Juan, y con claridad le atribuye ambas, como también el cuarto Evangelio, al apóstol Juan. Además, la tradición cristiana de los primeros tiempos adjudica de manera unánime 1 Juan a Juan, el discípulo y apóstol del Señor.
La evidencia externa para 2 y 3 Juan no es tan antigua ni tan sólida. Quizás se deba a que son cartas breves con escasa difusión. Una declaración de Papías parece sugerir que hubo dos Juanes en Éfeso, el apóstol Juan y el anciano Juan. Sin embargo, la declaración de Papías no necesita interpretarse como que existían dos Juanes, y pareciera que lo mejor es considerarlos una misma persona. El apóstol Juan es el anciano Juan. Ambas son designaciones apropiadas para el último sobreviviente de los discípulos de Jesús.
Fuera de la hipótesis del anciano Juan, nadie jamás atribuyó 2 y 3 Juan a otra persona que no fuera el apóstol Juan. A pesar de los interrogantes que ocasionalmente se formularon en la iglesia primitiva, las evidentes similitudes en vocabulario, tema y lenguaje son argumentos a favor de un mismo autor para las tres cartas.
La evidencia tanto interna como externa favorece la postura de que el apóstol Juan es el autor de las tres cartas que la tradición cristiana le atribuye.
Fecha y lugar de escritura
La tradición indica con certeza que Juan pasó sus últimos años en la ciudad de Éfeso ministrando a las iglesias de Asia Menor. Sería razonable que ese fuera el sitio desde donde se escribieron las tres cartas. La evidencia interna indicaría que Juan era un hombre de edad avanzada al momento de escribir las cartas. La tradición de la iglesia manifiesta que Juan estaba en Éfeso “y permaneció entre ellos hasta la época de Trajano”. Trajano fue emperador romano del 98–117 d.C. Esto indicaría que Juan murió hacia fines del siglo I, lo que fija una fecha límite para sus escritos. Resulta razonable adjudicarles una fecha entre 85–100 d.C.
Ocasión de 1 Juan
Primera Juan fue escrita a una iglesia o grupo de iglesias en crisis que estaban sufriendo el ataque de falsas enseñanzas (comp. 1Jn 2:18-28; 1Jn 4:1-6; 1Jn 5:6-7). Algunos que habían estado relacionados con la comunidad cristiana habían adoptado doctrinas heréticas, en particular en la cristología, y habían abandonado la iglesia (1Jn 2:19). Luego siguieron propagando sus enseñanzas entre aquellos que permanecían en las iglesias juaninas. Llegaron tan lejos como para organizar y enviar a maestros itinerantes o misioneros que trabajaban dentro de las iglesias con el objetivo de convertir a esos cristianos a sus creencias (comp. 1Jn 2:26; 1Jn 4:1-3; 2Jn 1:7). Este ataque teológico creó confusión y crisis dentro de la comunidad de la fe. Como respuesta, el autor escribió 1 Juan con dos objetivos principales:
Atacar la propaganda de los falsos maestros y reafirmar a los creyentes. Para conseguir el primer objetivo Juan argumenta que estas personas no son creyentes verdaderos pues carecen de las marcas del cristianismo auténtico al menos en tres áreas.
(1) Doctrinalmente, transigieron en cuanto a la persona y la obra de Jesucristo. No confesaban a Jesús de Nazaret como el Cristo (1Jn 2:22) y negaban que Jesús hubiera venido en la carne (1Jn 4:2-3). Lo más probable es que estos falsos maestros hayan estado influenciados por las primeras ideas gnósticas, una herejía que enfatizaba la bondad esencial del espíritu y la consiguiente maldad o inferioridad de la materia. Estos falsos maestros seguramente veían a Cristo como una especie de espíritu, quizás un espíritu que descendió sobre Jesús hombre durante parte de Su ministerio (desde el bautismo hasta la crucifixión, comp. 1Jn 5:6-8). Sin embargo, se negaban a asociar en forma directa “al Cristo” con el Jesús humano; esta negativa los condujo a rechazar a Jesús de Nazaret como el Mesías, el único Dios-hombre. Junto con esta errónea perspectiva de la persona de Cristo tenían una visión deficiente de Su muerte. Primera Juan incluye declaraciones específicas que enfatizan los resultados expiatorios de la muerte de Jesús (1Jn 2:2; 1Jn 4:10). Juan destaca la importancia de la encarnación y hace énfasis en la naturaleza distintiva de la obra expiatoria de Cristo.
(2) Moralmente, los falsos maestros minimizaron la gravedad del pecado (1Jn 1:6-10). Proclamaban que era posible tener comunión con Dios a pesar de la conducta que uno tuviera (1Jn 1:6). En contraste, Juan insiste en que la relación personal con Dios tiene serias implicancias éticas (comp. 1Jn 2:3-4). Un genuino conocimiento de Dios y amor hacia Él exigen obediencia (1Jn 2:3-6; 1Jn 5:3).
(3) Socialmente, estos herejes fallaron porque su orgullo espiritual resultó en falta de amor fraternal (1Jn 2:9; 1Jn 2:11). Juan argumentará que el amor por los otros creyentes es una manifestación de cristianismo auténtico (1Jn 3:14; 1Jn 4:7-21).
El segundo objetivo de Juan era fortalecer a los creyentes en la seguridad de su salvación. Debido al ataque de estas falsas enseñanzas, habían surgido dudas y confusión. ¿A qué o a quién debían creerle? ¿A las enseñanzas tradicionales del apóstol o a las doctrinas de estos líderes falsos? Juan les recuerda a las iglesias la verdad del cristianismo que habían recibido en forma inicial. Él quería que ellos comprendieran la realidad de su fe para entonces saber que tenían vida eterna (1Jn 5:13). Juan brinda a sus lectores criterios por los cuales evaluar las afirmaciones de aquellos que habían abandonado la comunión y con los que podían reasegurarse de que estaban en la verdad (1Jn 1:5-10; 1Jn 2:1-2; 1Jn 2:3-11; 1Jn 3:7-10; 1Jn 3:14-15; 1Jn 4:4-8; 1Jn 4:13-15; 1Jn 5:13; 1Jn 5:18-20).
Aunque 1 Juan trata problemas específicos causados por los separatistas que ahora evangelizaban para su propia causa, no indica un destinatario específico (como sí sucede en 2 y 3 Juan). Es probable que fuera una carta circular a las iglesias vecinas de Éfeso, provincia de Asia Menor.
El propósito de 1 Juan
Primera Juan nos brinda varias claves para descubrir el o los propósitos específicos de la epístola. En cuatro oportunidades Juan explica por qué escribe:
(1) Para promover el verdadero gozo en el hijo de Dios. “Les escribimos estas cosas para que nuestra alegría sea completa” (1Jn 1:4 NVI).
(2) Para evitar que el hijo de Dios cometa pecado. “Les escribo estas cosas para que no pequen” (1Jn 2:1 NVI).
(3) Para proteger al hijo de Dios de los falsos maestros. “Estas cosas les escribo acerca de los que procuran engañarlos” (1Jn 2:26 NVI)
(4) Para darle seguridad de salvación al hijo de Dios. “Les escribo estas cosas a ustedes que creen en el nombre del Hijo de Dios, para que sepan que tienen vida eterna” (1Jn 5:13 NVI)
Teología de las Epístolas
 
La doctrina de Dios
Juan destaca dos características importantes de Dios. Primero: Dios es luz (1Jn 1:5). Segundo: Dios es amor (1Jn 4:8). Ambas cualidades son atributos divinos esenciales. Caminar en la luz es caminar en la vida de Dios. Poner en práctica el amor es demostrar el carácter de Dios.
La doctrina del pecado
En 1Jn 3:8 se declara que el diablo es la fuente del pecado, porque “el diablo peca desde el principio”. El pecado en el individuo es resultado del obrar del diablo en esa persona, y la victoria sobre el pecado es en realidad victoria sobre Satanás. Juan describe el pecado como oscuridad (1Jn 1:5-7), anarquía o rebelión (1Jn 3:4) e injusticia (1Jn 5:17). El pecado es universal e integral, de modo que toda persona es pecadora y comete pecado (1Jn 1:8; 1Jn 1:10).
La doctrina de la cristología
Se presenta a Jesús como Hijo de Dios y se resalta la realidad de la encarnación del Verbo preexistente. A Jesús se lo menciona como Hijo 21 veces en 1 Juan y 2 veces en 2 Juan. El apóstol declara que el Hijo “estaba con el Padre” y Él mismo es “vida” de Dios (1Jn 1:1-3; comp. Jua 1:1-5). Jesús es “el verdadero Dios, y la vida eterna” (1Jn 5:20), una directa afirmación de la deidad del Hijo. Él era sin pecado (1Jn 3:5), y Él expió los pecados de todo el mundo (1Jn 2:2; 1Jn 4:10). Él destruyó la obra del diablo (1Jn 3:8), y lo consiguió por medio de Su muerte (1Jn 5:6). Esta fue una manifestación del amor del Padre (1Jn 4:9-11) por una humanidad pecadora. Pudo hacerlo porque tenía en sí sangre humana, real y tangible (1Jn 1:1-3). La encarnación fue una verdadera y genuina unión de perfecta deidad y humanidad sin pecado.
La doctrina del Espíritu Santo
El Espíritu da testimonio al creyente sobre la verdad de Jesús el Cristo (1Jn 2:27; 1Jn 5:7-8), y es un don de unción. Ha sido dado al creyente (1Jn 3:24) y le permite vencer al mundo (1Jn 4:4). Como Espíritu de verdad (1Jn 4:6), Él ayuda al creyente a reconocer a los falsos profetas que hablan y enseñan erróneamente sobre Jesús.
La doctrina de la salvación
La obra redentora de Jesucristo ha hecho posible nuestra salvación (1Jn 2:2; 1Jn 3:16; 1Jn 4:10). Al creer y recibir al Hijo (1Jn 5:10-13), la persona nace de nuevo (1Jn 5:1), se convierte en hijo de Dios (1Jn 3:1-2) y recibe el regalo de la vida eterna. A través del nuevo nacimiento somos capaces de practicar “la justicia” (1Jn 2:29). Podemos cometer pecado (1Jn 1:8; 1Jn 1:10; 1Jn 2:1), pero no viviremos en el pecado (1Jn 3:6-9). En la salvación, Dios ha venido a vivir en nosotros y nosotros en Dios (1Jn 4:15-16).
La doctrina de la escatología
Juan vivía con la expectativa de que la parousia era inminente. Él dijo: “Esta es la hora final” (1Jn 2:18 NVI). La evidencia incluía la presencia de “muchos anticristos” (RVR1960). Juan también consideró la venida escatológica del anticristo (1Jn 2:18; 1Jn 4:3). Juan ve al mundo como acabado (1Jn 2:17), e indica que la victoria de Cristo en la cruz está en camino aunque aguarda un clímax de consumación final. El día del juicio se acerca (1Jn 4:17). Los que habitan en Dios y Él en ellos tendrán confianza en aquel día y no tendrán temor (1Jn 4:18). Cuando Él venga, nuestra transformación será completa porque “sabemos que cuando él se manifieste, seremos semejantes a él, porque le veremos tal como él es” (1Jn 3:2 RVR1960). Seguros de estar firmes ante Dios por medio de la fe en Su Hijo que nos proveyó expiación de los pecados, amamos a Dios y a los demás, y con esta esperanza en nosotros nos purificamos así como Él es puro (1Jn 3:3).
Canonicidad
La canonicidad de 1 de Juan jamás fue cuestionada. Por otra parte, 2 y 3 Juan fueron vistas como antilegomena o controversiales. Pareciera que los libros no se hubieran difundido ampliamente debido a su naturaleza privada y a su brevedad y, en consecuencia, no eran muy conocidos en las iglesias. Atanasio los incluyó en su Carta Pascual Nº 39 (367 d.C.) y el Concilio de Cartago (397 d.C.) los aceptó como canónicos.
Estructura y estilo de 1 Juan
El género literario de 1 Juan resulta un enigma. Es la epístola que menos parece una carta en ausencia de la identificación del remitente y del destinatario excepto por el inespecífico “hermanos, hijitos, padres”. Se parece más a un tratado que procura referirse a una situación en particular. Los temas dominantes se reiteran y no se cuenta con un análisis definido de su estructura ni de su forma. Los temas de la “luz” y el “amor” son centrales. El libro en sí es una exhortación ya que Juan desafía a los lectores a seguir sus enseñanzas.
Bosquejo de 1 de Juan
I. Prólogo: La Palabra de Vida (1Jn 1:1-4)
II. Dios es Luz (1Jn 1:5-10; 1Jn 2:1-29; 1Jn 3:1-10)
A.  Caminar en la luz (1Jn 1:5-10; 1Jn 2:1-2)
1. Dios es Luz (1Jn 1:5-7)
2. Resistir el pecado (1Jn 1:8-10; 1Jn 2:1-2)
B.  Obedecer la orden de amar (1Jn 2:3-11)
1. Reconocer a Dios y guardar Sus mandamientos (1Jn 2:3-6)
2. Aprender el nuevo mandamiento y amar a los demás (1Jn 2:7-11)
C.  Conocer la situación espiritual propia (1Jn 2:12-14)
D. Ser conciente de los enemigos de la fe (1Jn 2:15-27)
1. Cuidarse del mundo (1Jn 2:15-17)
2. Cuidarse de los anticristos (1Jn 2:18-27)
E. Vivir como hijo de Dios (1Jn 2:28-29; 1Jn 3:1-10)
1. Estar seguro y listo para Su venida (1Jn 2:28-29; 1Jn 3:1-3)
2. Ser justo y no pecar (1Jn 3:4-10)
III. Dios es amor (1Jn 3:11-24; 1Jn 4:1-21; 1Jn 5:1-12)
A.  Amarse unos a otros: parte uno (1Jn 3:11-24)
1. Amor en acción (1Jn 3:11-18)
2. Vivir con seguridad (1Jn 3:19-24)
B.  Probar los espíritus (1Jn 4:1-6)
C.  Amarse unos a otros: parte dos (1Jn 4:7-21)
1. Amar a los demás porque Dios nos ama (1Jn 4:7-10)
2. Amar a los demás porque Dios vive en nosotros (1Jn 4:11-21)
D. Obedecer a Dios y experimentar la victoria de la fe (1Jn 5:1-5)
E. Creer en el Hijo y disfrutar de la vida eterna (1Jn 5:6-12)
IV. Conclusión: Seguridad y características del hijo de Dios (1Jn 5:13-21)
A.  Saber que tenemos vida eterna (1Jn 5:13)
B.  Confiar en la oración (1Jn 5:14-17)
C.  No perseverar en el pecado (1Jn 5:18-20)
D. Guardarse de los ídolos (1Jn 5:21)
Segunda Juan
Segunda Juan es el segundo libro más breve del NT. Solo tiene 245 palabras en el texto griego y cabía con facilidad en una sola pieza de papiro. Hoy lo llamaríamos (al igual que a 3 Juan) “epístola tarjeta postal”. Es un excelente ejemplo de discurso de exhortación. La señora elegida, probablemente en referencia a una iglesia local, debe continuar en la verdad, amándose unos a otros, y estar alerta contra los falsos maestros (el engañador y el anticristo del v. 2Jn 1:7). No deben ser hospitalarios con aquellos que “no confiesan que Jesucristo ha venido en carne” (v. 2Jn 1:7).
La carta sigue el modelo epistolar común de la época del NT con introducción (la salutación), cuerpo de la carta y final. Hay solo dos imperativos en esta epístola: “mirad” (blepete) en el v. 2Jn 1:8 y “no lo recibáis” (lambanete) en el v. 2Jn 1:10. Sin embargo, “que nos amemos unos a otros” (v. 2Jn 1:5) tiene la fuerza de un imperativo.
Juan construye esta epístola basándose en palabras clave que hacen que la carta tenga cohesión. En los 2Jn 1:13 versículos, Juan usa en varias ocasiones “verdad” (5 veces), “amor” (4 veces), “mandamiento” (4 veces), “caminar” (3 veces), “enseñanza” (3 veces) e “hijos” (3 veces). Incluso emplea una palabra extraña, “anticristo”, que aparece en la Escritura solo en 1 y 2 Juan (1Jn 2:18; 1Jn 2:22; 1Jn 4:3; 2Jn 1:7), como término que describe a los falsos maestros.
Juan le dice a sus hijos que
(1) vivan en la verdad,
(2) obedezcan los mandamientos,
(3) se amen unos a otros y
(4) guarden las enseñanzas de Cristo para no ser engañados por el anticristo (v. 2Jn 1:7). Se afirma con confianza la seguridad espiritual de la comunidad de la fe, ya que Juan inicia y termina su carta con una referencia a la posición escogida de los destinatarios (vv. 2Jn 1:1; 2Jn 1:13).
Bosquejo de 2 Juan
I. Amen la verdad (2Jn 1:1-3)
A.  Abracen la verdad (2Jn 1:1-2)
B.  Disfruten la verdad (2Jn 1:3)
II. Vivan la verdad (2Jn 1:4-6)
A.  Preocúpense de lo que creen (el credo) (2Jn 1:4)
B.  Preocúpense de cómo actúan (la conducta) (2Jn 1:5-6)
III. Busquen la verdad (2Jn 1:7-11)
A.  Reconozcan al engañador (2Jn 1:7)
B.  Resistan al destructor (2Jn 1:8)
C.  Reprueben a los inconstantes (2Jn 1:9)
D. Rechacen al peligroso (2Jn 1:10-11)
IV. Ansíen la verdad (2Jn 1:12-13)
A.  Experimenten la plenitud de gozo (2Jn 1:12)
B.  Experimenten la comunión de la familia (2Jn 1:13)
Tercera Juan
Es el libro más breve del NT y de toda la Biblia. Cuenta con solo 219 palabras en el texto griego. Tanto 2 como 3 Juan son “las epístolas mellizas” porque se las ve similares aunque no idénticas. Vale la pena destacar las similitudes:
(1) El autor se describe a sí mismo como “el anciano” (2Jn 1:1; 3Jn 1:1)
(2) Los destinatarios son aquellos que él ama “en verdad” (2Jn 1:1; 3Jn 1:1)
(3) Los destinatarios son causa de gran gozo: “mucho me regocijé” (2Jn 1:4; 3Jn 1:3)
(4) Los destinatarios están “andando en la verdad” (2Jn 1:4; 3Jn 1:3)
(5) El anciano ha recibido buenos informes de ambos (2Jn 1:4; 3Jn 1:3; 3Jn 1:5)
(6) Ambas cartas contienen una advertencia (2Jn 1:8; 3Jn 1:9-11)
(7) El anciano desea verlos a ambos cara a cara (2Jn 1:12; 3Jn 1:14)
(8) Otros envían sus saludos (2Jn 1:13; 3Jn 1:14)
Tercera Juan es una carta personal que gira en torno a tres personas: Gayo (el destinatario), Diótrefes (el conflictivo) y Demetrio (quien tal vez entregó la carta). Así como 2 Juan, sigue de cerca el antiguo modelo epistolar. Contiene una palabra de exhortación a Gayo para animarlo a no imitar el mal ejemplo de Diótrefes sino a continuar la buena obra que está haciendo de recibir y apoyar a los maestros-misioneros itinerantes. La carta sigue el modelo epistolar básico con una introducción (vv. 3Jn 1:1-4), el cuerpo principal (vv. 3Jn 1:5-12) y una conclusión (vv. 3Jn 1:13-14).
Aunque los vv. 3Jn 1:1-4 son una clara salutación, para propósitos de enseñanza es posible bosquejar la carta en torno a los cuatro (si contamos al anciano) personajes del libro. Los vv. 3Jn 1:1-8 contienen una mención de honor múltiple para Gayo. Los vv. 3Jn 1:9-10 condenan la arbitraria y maliciosa autocracia de Diótrefes. Los vv. 3Jn 1:11-12, tomados como unidad, elogian al piadoso Demetrio. Los vv. 3Jn 1:13-14 culminan con una breve mirada al corazón del anciano. Cuatro hombres y su reputación (manifestada en la conducta) son el resumen y la sustancia de 3 Juan. Una vez más Juan construye esta carta con palabras clave que se repiten: “amado” (4 veces; vv. 3Jn 1:1-2; 3Jn 1:5; 3Jn 1:11; “querido” NVI); “verdad” o “verdadero” (7 veces; vv. 3Jn 1:1; 3Jn 1:3 [2 veces]; 3Jn 1:4; 3Jn 1:8; 3Jn 1:12 [2 veces]). Es comprensible que el anciano se preocupe porque su autoridad esté siendo cuestionada. Teme que la lucha de poderes de Diótrefes pueda tener éxito y que otros puedan ser influenciados por él. De ser necesario, está dispuesto a acudir a un encuentro cara a cara en el que personalmente se haría cargo de la situación. Mientras tanto, Juan procura conseguir el apoyo de Gayo. Lo elogia por su actividad y lo anima a seguir adelante. Demetrio visita a Gayo como portador de la carta y para apoyarlo en medio de la crisis. Tercera Juan ahonda en un conflicto de personalidad que surge a fines del siglo I y la estrategia que adoptó el anciano para resolverlo.
Bosquejo de 3 Juan
I. Gayo es un cristiano digno de elogio (3Jn 1:1-8)
A.  Vive espiritualmente (3Jn 1:1-2)
B.  Anda confiadamente (3Jn 1:3-4)
C.  Sirve fielmente (3Jn 1:5-6)
D. Ministra generosamente (3Jn 1:7-8)
II. Diótrefes es un cristiano presuntuoso (3Jn 1:9-10)
A.  Es llevado por ambición y orgullo (3Jn 1:9 a)
B.  Manifiesta arrogancia (3Jn 1:9 b)
C.  Difunde acusaciones perversas (3Jn 1:10 a)
D. Planea actividades profanas (3Jn 1:10 b)
III. Demetrio es un cristiano consecuente (3Jn 1:11-12)
A.  Imita buenos ejemplos (3Jn 1:11)
B.  Tiene buen testimonio (3Jn 1:12)
IV. Juan es un cristiano bondadoso (3Jn 1:13-14)
A.  Desea la presencia de otros creyentes (3Jn 1:13)
B.  Desea paz para los otros creyentes (3Jn 1:14)

Daniel Akin

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