Significado de LIBERTAD Según La Biblia | Concepto y Definición

LIBERTAD Significado Bíblico

¿Qué Es LIBERTAD En La Biblia?

Tema bíblico clave que se expresa tanto en el aspecto espiritual como social de la salvación en Cristo. La Biblia describe la libertad de manera multifacética y compleja. Trata temas relacionados con libertad política, libertad de la esclavitud, libertad de los juramentos y las obligaciones, libertad de la culpa y el castigo, y libertad de los hábitos pecaminosos y destructivos. Naturalmente, estas categorías no son herméticas; hay bastante superposición, pero constituyen las categorías básicas para entender el concepto bíblico de libertad.
Libertad política
El acontecimiento redentor central del AT, el éxodo, produjo la libertad de los israelitas de la dominación egipcia. Aunque es cierto que el éxodo incluyó libertad de la esclavitud, el resultado más significativo fue el cumplimiento de la promesa divina que aseguraba el establecimiento de la descendencia de Abraham como entidad política independiente con tierra propia (Gén 12:1-3; Gén 15:18). No obstante, la libertad política de Israel no se convirtió en democracia. Dios hizo un pacto con Su pueblo en el cual Él gobernaría la nación como rey, y la nación lo adoraría y serviría como súbdito devoto; una forma de gobierno que se conoce como “teocracia” (Éxo 19:5-6) La libertad de Israel consistía en independencia de otros reinos humanos, no en independencia de su rey divino.
Libertad de la esclavitud
En muchos contextos bíblicos, la libertad es una categoría social que se presenta en contraste con la categoría social de esclavitud. Aunque en la estructura social de la antigua Israel existía la institución de la esclavitud, estaba regulada por estrictas leyes que aseguraban el trato benigno hacia los esclavos. La Torá, por ejemplo, le prohibía a cualquier hebreo tener un esclavo por más de seis años, a menos que este accediera voluntariamente a permanecer al servicio de su señor (Éxo 21:2-5; Deu 15:12-18). En realidad, la ley mandaba que cualquier hebreo que se empobreciera y tuviera que venderse como esclavo no debía ser tratado como tal sino como obrero contratado. Además, debía ser liberado en el año del jubileo (Lev 25:39-43). Todo esclavo que sufriera daño físico a manos de su amo debía ser liberado (Éxo 21:26). Como se observa, la intención de Dios era que Su pueblo elegido disfrutara de libertad social dentro de la economía de la antigua Israel. No debían vivir en la Tierra Prometida como lo habían hecho en Egipto antes de su liberación.
En el NT, Pablo aconsejó a los esclavos que, si era posible, obtuvieran la libertad, pero de lo contrario, que sirvieran fielmente a Cristo como esclavos. La posición social era irrelevante para la condición en el reino de Cristo y el llamado al ministerio (1Co 7:21-22). Aunque un creyente pueda ser esclavo en la sociedad, es libre en Cristo y, en consecuencia, puede vivir con libertad espiritual mientras soporta esclavitud social. En su carta a Filemón, Pablo parece particularmente interesado en la liberación de Onésimo, un esclavo de Filemón que había huido. Por lo tanto, la Biblia reconoce que, en términos sociales, la libertad es preferible a la esclavitud, pero que no es esencial para disfrutar la libertad espiritual que ofrece el evangelio.
Libertad de la obligación y la culpa
La Biblia también relaciona el concepto de libertad con conceptos de obligación, juramento y culpa. En el AT, las personas normalmente estaban sujetas a juramentos o eran liberadas de ellos (por ej., Gén 24:8; Gén 24:41). Las dos tribus y media que vivían del lado este del Jordán tenían obligación de ayudar a los demás israelitas a conquistar la tierra de Canaán. Dios había dicho que una vez que el territorio estuviera sometido, quedarían libres de esa obligación (Núm 32:22). Del mismo modo, Pablo habla de la libertad de los cónyuges en el matrimonio en caso de la muerte de uno de ellos o que el incrédulo abandone el vínculo (1Co 7:15; 1Co 7:39).
Este concepto luego se amplía para incluir la libertad del castigo que acarrea la culpa. Por ejemplo, una mujer sospechada de infidelidad conyugal era sometida a un ritual de aguas amargas para determinar su inocencia o culpabilidad. Antes de administrar la prueba, el sacerdote debía decir: “Si ninguno ha dormido contigo, y si no te has apartado de tu marido a inmundicia, libre seas de estas aguas amargas que traen maldición” (Núm 5:19-22). Pablo usa la palabra libertad de modo similar en Rom 8:1-2 cuando dice: “Ahora, pues, ninguna condenación hay para los que están en Cristo Jesús, los que no andan conforme a la carne, sino conforme al Espíritu. Porque la ley del Espíritu de vida en Cristo Jesús me ha librado de la ley del pecado y de la muerte”.
Libertad del confinamiento y la angustia
Frecuentemente la Biblia describe a Dios como quien “da libertad a los cautivos” (Sal 102:20; Sal 146:7; Isa 45:13; Isa 58:6; Isa 61:1; Luc 4:18). En esos contextos, Dios libera del confinamiento tanto en sentido literal como metafórico. El concepto se amplía con frecuencia para incluir la angustia o las circunstancias funestas (Sal 118:5; Zac 9:11; 1Co 7:32).
Libertad del pecado
La obra de Cristo imprimió nueva profundidad y relevancia al concepto bíblico de libertad. Pablo en particular proclama una nueva libertad en Cristo, la libertad del pecado. Más allá de la libertad del castigo por el pecado, el apóstol habla de la libertad del poder del pecado, la capacidad otorgada por el Espíritu para resistir la desobediencia habitual (Rom 6:7-22; Gál 4:1-7). Estrechamente relacionada está la declaración de Pablo sobre la libertad respecto a la ley; no una libertad respecto al modelo de justicia de Dios sino de la frustración por la incapacidad de guardar la ley de Dios en vista de nuestra naturaleza caída (Rom 7:7-20). Jesús no solo cumplió las exigencias de la ley en Su propia vida y muerte sacrificial, sino que continúa cumpliéndola, por medio del Espíritu Santo, en la vida de los creyentes transformados.
Así que, en oposición a la opinión popular, la libertad no consiste en la capacidad de hacer cualquier cosa que uno desea. Esto conduce inevitablemente a ser esclavos de nuestras propias pasiones. Más bien, la Biblia define la libertad como la capacidad para negarse a uno mismo, negar los deseos personales a fin de agradar y glorificar a Dios. Ver Elección; Esclavo, siervo.

Kevin J. Youngblood

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