Significado de LLAVES DEL REINO Según La Biblia | Concepto y Definición

LLAVES DEL REINO Significado Bíblico

¿Qué Es LLAVES DEL REINO En La Biblia?

Lo que Jesús le confió a Pedro en Mat 16:19, y cuya interpretación ha sido tema de acalorados debates entre católicos y no católicos. Cualquier solución debe considerar lo siguiente:
(1) el papel de Pedro como apóstol principal;
(2) la confesión que hizo Pedro en cuanto a Jesús como el Cristo;
(3) el juego de palabras que utilizó Jesús en relación a la “roca” (petra) sobre la que Él edificaría Su iglesia;
(4) el significado de “atar” y “desatar” y
(5) las referencias paralelas sobre ambas “llaves” y los otros términos mencionados anteriormente en la literatura bíblica (comp. Mat 18:18; Jua 20:23; Rom 9:32-33; Efe 2:19-22; 1Pe 2:4-10; Apo 1:18; Apo 3:7-13).
La frase “llaves del reino” se relaciona con la autoridad conferida a Pedro para “atar” y “desatar”. Esta autoridad se le delegó a Simón Pedro, pero no se debe entender como una autoridad arbitraria o incluso individual de él para salvar o condenar. Pedro es un representante de los apóstoles, hecho que se observa en su frecuente papel como líder y vocero. En Efe 2:20, no es Pedro sino “los apóstoles y profetas” quienes constituyen el fundamento y tienen a Cristo Jesús como piedra angular. Más aún, en 1Pe 2:4-5 (que probablemente refleje la interpretación de Pedro sobre las palabras que Cristo le expresó) los mismos creyentes son “piedras” edificadas sobre Cristo, la “piedra viva”.
Además, la autoridad otorgada a Pedro y a los apóstoles no se puede separar de la perspectiva celestial y la confesión de que Jesús es el Cristo, el Hijo de Dios. Es la revelación conferida a Pedro (y confesada por él) la que pone de manifiesto la bendición del Señor. Por lo tanto, no podemos pasar por alto el componente confesional/teológico de la autoridad apostólica de Pedro. Su autoridad como apóstol estaba basada en la confesión que hizo, y se le había otorgado de manera divina. Pablo (al igual que Jesús, Mat 16:23) indudablemente sintió libertad para criticar a Pedro cuando la teología/comportamiento de este requirió corrección (Gál 2:6-14). Más aún, la autoridad para “atar” y “desatar”, el resultado de recibir “las llaves del reino”, es una mayordomía, una autoridad delegada por Cristo (comp. Mat 16:19; Jua 20:21-23; Apo 1:18; Apo 3:7-8).
Finalmente, los pasajes bíblicos sobre la “llave” sugieren que lo que se les confió/delegó a los apóstoles es la predicación del evangelio. Aunque el evangelio en sí indudablemente debe ser entregado (1Ti 6:20; 2Ti 2:2; 2Pe 1:12-16), las Escrituras nunca sugieren que el “poder de las llaves” haya sido un privilegio personal ni un oficio eclesiástico que Pedro ni ninguna otra persona pudieran entregar. Más bien, se refiere a la mayordomía del evangelio (1Co 3:10-23; 1Co 4:1) confiada a aquellos testigos oculares históricamente únicos quienes, como apóstoles de Cristo, podían proporcionar un testimonio autorizado de la salvación que solo se halla en Él, una esperanza que se podía ofrecer y prometer con confianza (“en la tierra”) como un regalo ya presente (“en el cielo”) para los que confiesan Su nombre. Ver Atar y desatar; Discípulo; Llaves.

Robert B. Sloan

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