Significado de MUNDO Según La Biblia | Concepto y Definición

MUNDO Significado Bíblico

¿Qué Es MUNDO En La Biblia?

Generalmente se refiere a lo que actualmente denominaríamos “la tierra”, aunque en algunos casos su significado parece incluir también los cuerpos celestes. En otras ocasiones se utiliza para hacer referencia a las cosas de este “mundo”, e incluso a la época en que vivimos, o sea, en esta “era del mundo”.
Antiguo Testamento
De una manera u otra varias palabras hebreas hablan acerca del mundo. Erets (tierra) se utiliza en Isa 23:17 y Jer 25:26 para hablar de la tierra en que vivimos y se traduce “mundo”. Olam también se traduce “mundo” en Sal 73:12, aunque traducciones más modernas lo expresan como “edad”. La palabra hebrea principal que se traduce “mundo” es tebel, un término poético que habla del lugar de morada de los seres humanos en toda su productividad (Job 18:18; Job 34:13; Job 37:12; 1Sa 2:8; Sal 9:8).
Los escritores del AT no tenían acceso a la clase de conocimiento científico del mundo que nosotros tenemos disponible, pero esto no quiere decir que las Escrituras hebreas presenten un punto de vista mitológico acerca del mundo. ¿Qué dice el AT sobre la estructura del mundo en que vivimos?
Eze 38:12 habla de que Israel es el centro del mundo o “la parte central de la tierra”. Algunos eruditos declaran que esto significa que el mundo es como un disco cuyo punto medio es el templo. Esto podría deberse a que Homero creía que el mundo tenía un punto medio que se podía encontrar en el mar (La Odisea 1.50), o a que algunas leyendas griegas veían el Oráculo de Delfos (o en algunos casos, Atenas) como “el ombligo del mundo”. Sin embargo, esto es ir demasiado lejos. La clave para esta interpretación es la idea de que la palabra hebrea tabbur se debería traducir “ombligo”. El término se utiliza de este modo en el hebreo del Talmud, pero no existe evidencia de que se use de esta manera en el AT. En realidad, el mismo Ezequiel utiliza una palabra para “ombligo”, la palabra sor, en Eze 16:4. No es probable, pues, que en este texto esté empleando la palabra de este modo. Una de las grandes transgresiones de la erudición bíblica del siglo XIX, especialmente de los eruditos liberales, ha sido la tendencia a leer la Biblia a la luz de los mitos griegos o del talmudismo posterior. Esto es descontextualizar y tornar anacrónicas las enseñanzas bíblicas. Los lexicógrafos hebreos han rechazado la traducción de “ombligo de la tierra” y han propuesto, a cambio, “cima del mundo” o “centro de la tierra”.
Eze 5:5 declara que Israel ha sido colocado por Dios “en medio de las naciones y de las tierras alrededor de ella”. Se ubica en medio de los propósitos de Dios en el mundo o, por lo menos, en relación con sus vecinos. Sin embargo, la palabra de Eze 38:12 es mucho más limitada. El contexto inmediato, que diferencia a Israel de los pueblos circundantes que “habitan sin muros”, indica algo así como un “lugar seguro y a salvo”.
Algunos citan Jue 9:37 para respaldar la idea de que los escritores del AT veían la tierra como un “disco, cuyo punto medio es el santuario central”, pero esta interpretación es insostenible. El versículo dice: “He allí gente que desciende de en medio de la tierra, y una tropa viene por el camino de la encina de los adivinos”. La frase clave aquí es “medio de la tierra”. En su contexto, el pasaje solo significa que algunas personas venían de lo que probablemente fuera “un lugar prominente, posiblemente un monte”, tal como lo señala Arthur Cundall en su comentario sobre este texto. La versión LBLA dice: “Gente que baja de la parte más alta de la tierra”. Además, dejando de lado la traducción apropiada de Jue 9:37, a esa frase no la expresa un profeta ni un orador inspirado, sino alguien que no se presenta en absoluto como un hombre santo, o sea, Gaal. Por lo tanto, no se reclama la condición de declaración inspirada de la verdad; es solo un informe de lo que dijo alguien.
Job 9:6 habla de las columnas de la tierra. Sal 104:5 y 1Sa 2:8 también hablan en este sentido, aunque esos pasajes solo se refieren a los “cimientos” de la tierra. Esta idea no es específica y no parece incluir ninguna clase de afirmación cosmológica especial ni evidente. No obstante, ante la referencia de las “columnas”, algunos eruditos señalan que en ciertas cosmologías primitivas se creía que la tierra estaba asentada sobre columnas, tal como sucede en algunas versiones del mito griego según el cual la tierra estaba apoyada sobre los hombros de Atlas. No hay manera de saber qué pensaba Job ya que solo tenemos acceso a sus escritos, y la referencia es parte de un texto sumamente poético, no uno de prosa discursiva. Además, es una referencia incidental y no esencial para la verdad que se está enseñando, es decir que Dios es soberano.
Nuevo Testamento
La palabra más común para “mundo” en el NT griego es kosmos. A menudo incluye la idea de un mundo ordenado y reglamentado que está abierto a la observación y al saber (Mat 4:8; Mar 8:36; Jua 1:9; Jua 8:12; Hch 17:24; Rom 1:20). La palabra aion también se utiliza con frecuencia para hablar del “mundo”, aunque literalmente significa “edad”, y en consecuencia, “este mundo” o “este siglo” (Mat 12:32; Mat 13:22; Rom 12:2; Heb 1:2). Ocasionalmente, la idea de “toda la creación” se indica mediante el término “todas las cosas” (panta), como en Jua 1:3, o la frase “toda la creación” (pasa he ktisis) en Rom 8:22.
A menudo las Escrituras aluden a la humanidad como el “mundo” o la “tierra”. Esto se debe a que la raza humana es la parte más importante de la creación de Dios, tal como se ve en que “de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna” (Jua 3:16). El mundo que ha caído bajo el juicio de Dios está constituido por aquellos que no lo conocen (Jua 1:10), que lo rechazaron (Jua 12:48), y que no creen en Él (Jua 3:18-19). Juan el Bautista se refirió a Jesús como “el Cordero de Dios, que quita el pecado del mundo” (Jua 1:29). Satanás fue capaz de ofrecerle a Jesús “todos los reinos del mundo” (Mat 4:8-9; Luc 4:5) porque él es “el príncipe de este mundo” (Jua 12:31; Jua 14:30; Jua 16:11), el “dios de este mundo” (2Co 4:4), y “el cual engaña al mundo entero” (Apo 12:9). La muerte de Cristo produjo la caída del “príncipe de este mundo” (Jua 12:31). Jesús profetizó que el evangelio iba a ser predicado por Sus discípulos a todo el mundo (Mat 24:14; Mat 26:13; Rom 10:18), y se dijo que los cristianos del primer siglo “trastornan el mundo entero” (Hch 17:7) con su proclamación.
El mundo moral se superpone con el mundo humano porque hay muchas personas hostiles a Dios y, en consecuencia, las Escrituras utilizan “mundo” para describir ese medio ambiente o espíritu maligno y de enemistad hacia Dios y las cosas que son de Dios. Sobre todo en el Evangelio de Juan, “mundo” adopta este significado siniestro.
El mundo no fue originariamente malo, sin embargo, “el mundo entero” desde la caída “está bajo el maligno” (1Jn 5:19). La cruz es una locura y una ofensa para el mundo. En contraste con la corrupción moral y la oscuridad del mundo, Jesús vino como la “luz del mundo” (Jua 8:12; Jua 9:5; Jua 12:46) para impedir que los hombres tropezaran en las tinieblas (Jua 11:9-12).
Mundanalidad es la adoración idólatra de las cosas que uno codicia y que pertenecen a este mundo. “Haced morir, pues, lo terrenal en vosotros” (Col 3:5). Las cosas de este mundo no se pueden considerar inherentemente malas o incorrectas, pero se pueden tornar así cuando no se emplean conforme a la palabra de Dios y/o cuando se las eleva a una posición que le pertenece solo a Dios. Por esta razón, el mundo se presenta como un cuadro de la corrupción (2Pe 1:4). Santiago denomina adúltera a la persona mundana y advierte que estar aliado con el mundo es estar en guerra contra Dios (Stg 4:4). Juan disuade a los creyentes de amar al mundo y las cosas que están en él (1Jn 2:15), en tanto que Pablo proclama que “el mundo me es crucificado a mí, y yo al mundo” (Gál 6:14). Cuando uno ha “muerto en Cristo” y ha nacido de Dios, esa persona ya no pertenece al mundo (Col 2:20) sino que ha conquistado al mundo por medio de su fe en Jesucristo (1Jn 5:4-5), y se la ha instruido mediante la gracia para negar los deseos mundanos (Tit 2:11-12). Cristo advierte sobre el peligro de perder el alma como resultado de procurar ganarse el mundo (Mat 16:26).

Chad Brand

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