POSESIÓN DEMONÍACA Significado Bíblico
¿Qué Es POSESIÓN DEMONÍACA En La Biblia?
Los demonios son identificados en la Escritura como ángeles caídos que se unieron a Satanás en su rebelión. Siguen a Satanás haciendo el mal y causando estragos. Tienen poder limitado y al igual que Satanás ya están derrotados (Col 2:15).
Antiguo Testamento
El AT no menciona a ningún individuo como poseído, pero habla de seres demoníacos. Dos de los seres demoníacos más prominentes son Sedim y Se’irim. Los Sedim se mencionan dos veces (Deu 32:17; Sal 106:37) al igual que los Se’irim (Lev 17:7; 2Cr 11:15). Estos seres reciben la calificación de “demonios” y son los receptores de sacrificios prohibidos. Se les presentaban sacrificios de adultos, niños o animales impuros. Lilit y Azazel también se consideran representación de lo demoníaco. Lilit es representada como una hembra asociada con animales impuros y lugares solitarios (Isa 34:14). Azazel se menciona en conexión con el chivo expiatorio enviado al desierto (Lev 16:8; Lev 16:10; Lev 16:26). En tres ocasiones se menciona un espíritu malvado (1Sa 16:15-16; 1Sa 18:10). Este espíritu fue enviado para atormentar al rey Saúl.
Nuevo Testamento
El NT les atribuye a los demonios diferentes clases de actividades. En la posesión demoníaca, un individuo es afectado de tal manera que sus acciones son controladas por ese espíritu. Para identificar a los demonios en el NT se utilizan términos como “espíritu malvado”, “espíritus engañadores”, y “espíritus inmundos”. La posesión demoníaca tiene varias manifestaciones que incluyen: mudez (Mat 9:32; Mat 12:22; Mar 9:17; Mar 9:25; Luc 11:14), sordera (Mar 9:25), ceguera (Mat 12:22; Jua 10:21), convulsiones (Mar 1:26; Mar 9:26), fuerza sobrehumana (Mar 5:4) y comportamiento autodestructivo (Mat 17:15). El NT no distingue las acciones de la persona de las del demonio. Los cambios físicos tales como el masoquismo (Mar 5:5) y una voz antinatural (Mar 5:7) se interpretan como efectos del control del demonio sobre el individuo. Pablo considera que los demonios son ídolos a los cuales los hombres adoran y ofrecen sacrificios (1Co 10:20-22).
El NT diferencia entre la posesión demoníaca y la enfermedad física. Mat 4:24 indica que Jesús sanó a “todos los que tenían dolencias, los afligidos por diversas enfermedades y tormentos, los endemoniados, lunáticos y paralíticos.” Por lo tanto, resulta débil la teoría de que la posesión demoníaca se debe equiparar a la epilepsia o a cualquier otra enfermedad neurótica. Aunque los discípulos todavía no habían reconocido la divinidad de Cristo, algunos de los demonios la confirmaron. La enfermedad mental o física no podría impartir este tipo de conocimiento (Mar 5:13; Luc 4:33-35; Luc 8:29-33).
La cura para la posesión demoníaca era la fe en el poder de Cristo. En ningún caso se usaron magia ni rituales para liberar a la persona endemoniada. Los exorcismos de Jesús demuestran Su poder sobre Satanás y sus demonios. Los pasajes que mencionan a Beelzebú (Mat 12:25-29; Mar 3:23-27; Luc 11:17-22) demuestran la presencia del reino de Dios en el sistema mundial actual (Luc 11:20). Jesús realizó Sus exorcismos por el poder de Su palabra. Expresaba simples órdenes como, por ejemplo, “¡Cállate, y sal de él!” (Mar 1:25), o “Espíritu mudo y sordo, yo te mando, sal de él, y no entres más en él” (Mar 9:25). Los discípulos recibieron la autoridad de Cristo y echaron fuera demonios (Luc 10:17-20; Hch 16:18). Su éxito condujo a los exorcistas judíos a incluir los nombres de Jesús y Pablo en sus rituales (Hch 19:13). A pesar de la autoridad de Cristo sobre los demonios, los Evangelios describen una batalla que continúa en la época actual (Mat 13:36-49). El resultado final de la lucha no está en duda. Se nos dice claramente cuál será el destino de Satanás y sus huestes (Apo 20:10).
Joe Cathey
