Significado de PREEXISTENCIA DEL ALMA Según La Biblia | Concepto y Definición

PREEXISTENCIA DEL ALMA Significado Bíblico

¿Qué Es PREEXISTENCIA DEL ALMA En La Biblia?

La idea de que el alma humana inmaterial existe antes que el cuerpo. Como la Biblia enseña que la muerte física no es el fin de la existencia humana, algunos han sugerido que la concepción no es el comienzo.
Platón sostenía que los sucesos históricos son la ejecución de realidades preexistentes dentro de un mundo ideal de la mente divina. Enseñó que el alma existe antes de su encarnación corporal en este mundo ideal. Otros pensadores tienen explicaciones similares.
Las ideas paganas de la preexistencia del alma se introdujeron en el pensamiento cristiano en ciertos momentos de la historia de la iglesia. Los razonamientos del antiguo teólogo cristiano Orígenes (aprox. 185–254 d.C.) sugerían que los cuerpos humanos están habitados por almas que pecaron durante algún estado incorpóreo anterior y que como castigo han sido consignadas al reino material. Sin embargo, el cristianismo ortodoxo ha repudiado con uniformidad semejante doctrina. Por el contrario, Dios crea directamente el alma y la une con el cuerpo en la concepción o en el nacimiento (creacionismo), o el alma es engendrada junto con el cuerpo mediante el proceso reproductivo (traducianismo).
El concepto de la preexistencia del alma es ajeno a la Biblia. Desde el momento en que Dios “sopló en su nariz [la de Adán] aliento de vida” (Gén 2:7), la Escritura nunca separa la creación de la parte material y espiritual de un individuo. La Biblia no admite ningún concepto de existencia fuera del cuerpo, excepto aquel estado intermedio entre la muerte y la resurrección del cuerpo (Flp 1:21-23).
David da a entender que el comienzo de su vida tuvo lugar en el vientre de su madre (Sal 51:5-6; Sal 139:13-16). Dios declara que Él conocía a Jeremías antes de que hubiera sido formado en el vientre (Jer 1:5), pero esto no apunta a la antigüedad espiritual sino a la soberana omnisciencia y presciencia de Dios. El NT declara que Dios conoce a los creyentes antes de la fundación del mundo, pero siempre dentro del contexto de Su amorosa intención de salvarlos en Cristo (Rom 8:29).
La preexistencia de Jesús (Jua 1:1-2) no es de ninguna manera un argumento a favor de la preexistencia del alma humana. La Escritura no relaciona la preexistencia de Jesús con la experiencia humana sino con Su identidad como el Dios eterno, no creado y que existe por sí mismo (Jua 8:58), que se vistió de naturaleza humana para servir como mediador entre Dios y los pecadores.
La Biblia, a diferencia de la filosofía y el misticismo, no menosprecia el cuerpo como receptáculo del alma. En su lugar, habla de la creación y la redención de toda la persona, cuerpo y alma (Rom 8:11). La Biblia confirma la creación del cuerpo por obra de Dios como parte integral de la existencia humana, así como sucede con la resurrección corporal de los muertos (Jua 6:39). Los propósitos de Dios no terminan al restaurar a la humanidad a algún estado preexistente sino al redimir el cosmos material convirtiéndolo en una gloriosa nueva creación (2Pe 3:13).

Russell D. Moore

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