Significado de SANTO Según La Biblia | Concepto y Definición

SANTO Significado Bíblico

¿Qué Es SANTO En La Biblia?

El uso bíblico del término “santo” tiene que ver principalmente con que Dios separa del mundo lo que Él elige consagrar para sí. A medida que el plan redentor divino se iba develando en el AT, lo “santo” comenzó a ser asociado con el carácter del pueblo separado por Dios en cumplimiento de la ley revelada. Cuando se cumplió el tiempo para concretar la obra salvadora de Jesucristo, el pueblo redimido comenzó a ser conocido como “los santos”. La cruz lo hizo posible al inaugurar el cumplimiento de las enseñanzas preparatorias del AT sobre lo santo y abrir el camino para que el Espíritu Santo de Dios morara en Su pueblo.
La santidad singular de Dios como separación
Solo Dios es “magnífico en santidad” (Éxo 15:11; comp. 1Sa 2:2; Apo 15:4). Esa singularidad se enfatiza mediante la exclamación del serafín: “¡Santo, santo, santo!” (Isa 6:3; comp. Apo 4:8). Efectivamente, el título más frecuente que elige Isaías para Dios es “el Santo de Israel” (por ej. Isa 12:6; Isa 17:7; Isa 29:19; Isa 29:23; Isa 41:14; Isa 41:16; Isa 47:4; Isa 60:9). Pero la perfecta santidad de Dios (la total perfección de atributos tales como poder y bondad) produce humildad y hasta terror cuando se revela al hombre pecador (por ej. Isa 6:5; Luc 5:8; Apo 1:17).
Aquello que Dios separa para sí también se vuelve santo. Dichos objetos escogidos por Dios quedan separados del mundo. Por ej., el lugar santo en el tabernáculo y el templo está oculto de la vista de la gente, y en el “lugar santísimo” solo podía entrar el sumo sacerdote una vez al año con la sangre de la expiación y una nube de incienso para no caer muerto (Lev 16:1-34). Por eso, el privilegio de ser “pueblo santo para Jehová, tu Dios” (Deu 7:6; Deu 14:2; Deu 14:21; Deu 28:9) es una condición que conlleva una pesada carga de responsabilidad. Aquello que es santo no solo puede ser profanado (por ej. Lev 21:6; Lev 21:12; Lev 21:15) sino que además el contacto con lo santo transfiere santidad a lo profano (por ej. Eze 44:19; Eze 46:20; comp. Éxo 29:37; Éxo 30:29; 1Co 7:14).
El mandato ético de la santidad de Dios
El pueblo elegido de Dios, separado del mundo, está llamado a una vida ética en conformidad con la palabra revelada. El mandamiento es “sed santos; porque yo soy santo” (Lev 11:44-45; comp. Lev 19:2; Lev 20:26). Esta exigencia no queda abrogada por la venida de Cristo sino que debe hallar su cumplimiento en la comunidad cristiana (1Co 7:34; Efe 1:4; Col 1:22; 1Pe 1:16). Los cristianos deben perfeccionar la santidad en el temor de Dios (2Co 7:1). Si es necesario, Dios disciplina a los seguidores de Cristo para su propio bien a fin de que puedan “participar de su santidad” (Heb 12:10).
El cumplimiento definitivo de la santidad de Dios
David, temiendo que su pecado pudiera separarlo de Dios, ora diciendo: “…y no quites de mí tu santo espíritu” (Sal 51:11). No obstante, Juan el Bautista predijo que Jesús inauguraría una nueva era para el pueblo de Dios mediante el bautismo en el Espíritu Santo (Mat 3:11). La muerte expiatoria de Jesús, al cumplir con las legítimas exigencias de la justicia divina (Rom 3:21-26), hace posible esta relación íntima entre Él y Su pueblo. Tal como lo habían anunciado los escritos proféticos, Jesús, como el Santo verdadero, en Su muerte no experimenta corrupción (Sal 16:10; Hch 13:35). Por lo tanto, Su resurrección implica el logro de la salvación y la inauguración de la era del Espíritu Santo (Rom 1:4), donde los seguidores de Jesús son bautizados con el Espíritu de Dios (Hch 2:4). Esta promesa permanente para los creyentes de todas las generaciones (Hch 2:38-39) es el poder del Espíritu Santo para santificarlos (Rom 15:16).

Ted Cabal

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