Significado de SEPULTURA Según La Biblia | Concepto y Definición

SEPULTURA Significado Bíblico

¿Qué Es SEPULTURA En La Biblia?

Debido por una parte al clima cálido de Palestina y por otra a que los cadáveres se consideraban ritualmente inmundos, los hebreos sepultaban a sus muertos lo más pronto posible, por lo general, dentro de las 24 horas posteriores al deceso (Deu 21:23). Permitir que un cuerpo entrara en estado de descomposición o que fuera profanado en el suelo era altamente deshonroso (1Re 14:10-14; 2Re 9:34-37) y se requería que cualquier cadáver que se hallara al costado del camino fuese sepultado (2Sa 21:10-14).
Aunque la Biblia no describe sistemáticamente las prácticas mortuorias de los hebreos, hay varios aspectos que se pueden recoger a partir de pasajes individuales. José cerró los ojos de su padre inmediatamente después de que Jacob muriera (Gén 46:4). El cuerpo de Jesús fue preparado para la sepultura ungiéndolo con ungüentos y especies aromáticas y envolviéndolo en una túnica de lino (Mar 16:1; Luc 24:1; Jua 19:39). Los brazos y las piernas del cuerpo de Lázaro fueron atados con vendas y la cara cubierta con un sudario (Jua 11:44). El cuerpo de Tabita fue lavado a fin de prepararlo para la sepultura (Hch 9:37).
Los muertos eran sepultados en cuevas, en tumbas cavadas en la roca o en la tierra. Lo deseable era ser sepultado en la tumba de la familia, y Sara (Gén 23:19), Abraham (Gén 25:9), Isaac, Rebeca, Lea (Gén 49:31) y Jacob (Gén 50:13) fueron todos sepultados en la cueva de Macpela al este de Hebrón. Los lugares de las sepulturas se marcaban con árboles (Gén 35:8), pilares (Gén 35:19-20) y pilas de piedras (Jos 7:26). La sepultura de los ricos y los políticamente poderosos a veces iba acompañada de accesorios lujosos, inclusive túnicas, joyas, muebles, armas y artesanías (1Sa 28:14; Isa 14:11; Eze 32:27).
En contraste con el amplio uso entre griegos y romanos, la cremación no se describe como una práctica normal en la Biblia. Los cuerpos se cremaban solo en casos excepcionales de descomposición luego de haber sido mutilados (1Sa 31:12) o ante la amenaza de una plaga. Aun en estos casos, la cremación era parcial a fin de conservar los huesos. El embalsamamiento se menciona solo en los relatos de la sepultura de Jacob y José (Gén 50:2-3; Gén 50:26) y esto sucede únicamente debido al entorno egipcio y los planes de trasladar los cuerpos. Aparentemente, la tarea de embalsamar era una práctica egipcia.
Cuando se completaban los preparativos para la sepultura, el cuerpo generalmente se colocaba en un féretro y se acarreaba hasta el lugar indicado en medio de una procesión de parientes, amigos y siervos (Amó 6:10). Dicha procesión llevaba a cabo el ritual del duelo que podía incluir cortarse el cabello o la barba, rasgarse las vestiduras y vestirse de cilicio, llorar en voz alta y agonizante, y colocarse polvo sobre la cabeza y sentarse sobre cenizas (2Sa 1:11-12; 2Sa 13:31; 2Sa 14:2; Isa 3:24; Isa 22:12; Jer 7:29; Eze 7:18; Joe 1:8). La práctica cananea de la laceración y la mutilación estaba prohibida en la Torá (Lev 19:27-28; Deu 14:1).
El período de duelo variaba según las circunstancias. El duelo por Jacob duró 70 días (Gén 50:3), mientras que en el caso de Aarón y Moisés se extendió durante 30 días (Núm 20:29; Deu 34:5-8). Las mujeres capturadas en la guerra tenían permitido hacer duelo durante un mes por la muerte de sus padres antes de casarse con sus captores (Deu 21:11-13).
La muerte de personas famosas daba lugar a lamentos poéticos. David se condolió por la muerte de Saúl y Jonatán (2Sa 1:17-27) y Jeremías se lamentó por la muerte de Josías (2Cr 35:25).
En Jer 9:17-18 y Amó 5:16 se hace referencia a los endechadores profesionales, y en Mat 9:23 se los menciona como “los que tocaban flauta”. En este último relato pareciera que Jesús los despidió en ocasión de sanar a la hija de un principal de la sinagoga. Es interesante observar que la reacción de Jesús ante la muerte de Lázaro fue comparativamente simple; lloró en la tumba (Jua 11:35-36).
Los ritos de duelo de los israelitas reflejan en parte la creencia de que la muerte era algo malo. Todo contacto con la muerte, ya sea por tocar un cadáver, los huesos de un cadáver, una tumba o una casa donde hubiera un cuerpo muerto, hacía que el israelita se tornara inmundo y necesitara ser purificado. Además de la tristeza personal, los ritos de los duelos reflejaban, por lo menos en cierta medida, la humillación del doliente debido al contacto necesariamente cercano con el cuerpo del muerto.

Joe Haag

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