Significado de TERREMOTO Según La Biblia | Concepto y Definición

TERREMOTO Significado Bíblico

¿Qué Es TERREMOTO En La Biblia?

Sacudimiento o temblor de la tierra debido a la actividad volcánica o, con mayor frecuencia, al movimiento de la corteza terrestre. Los terremotos severos producen efectos colaterales tales como fuerte estruendo (Eze 3:12-13), grietas en la corteza terrestre (Núm 16:32) y fuego (Apo 8:5). Palestina sufre dos o tres temblores importantes cada siglo, y dos a seis de menor intensidad cada año. Los principales epicentros de Palestina son la Alta Galilea, cerca de la aldea bíblica de Siquem (Nablus) y las inmediaciones de Lida sobre la ladera occidental de los montes de Judá. Los centros secundarios de temblores se encuentran en el Valle del Jordán, en Jericó y en Tiberias.
La Biblia menciona un terremoto durante el reinado de Uzías (Amó 1:1; Zac 14:5). Las profecías de Amós están fechadas dos años antes de ese cataclismo. La fecha exacta de este acontecimiento no se ha establecido de manera que conforme a todos. La mayoría acepta como fecha probable entre el 767 y el 742 a.C.
En muchas oportunidades, el juicio o visitación de Dios se describe usando las imágenes de un terremoto (Sal 18:7; Isa 29:6; Nah 1:5; Apo 6:12; Apo 8:5; Apo 11:13; Apo 16:18), y a menudo se toma como señal del fin de los tiempos (Mat 24:7; Mat 24:29). Con mucha frecuencia, un terremoto es señal de la presencia de Dios o de la revelación de Su Persona (1Re 19:11-12; Sal 29:8; Eze 38:19-20; Joe 2:10; Joe 3:16; Hch 4:31; Apo 11:19). En ocasiones se describe al universo completo como si Dios lo estuviera sacudiendo (Isa 13:13; Isa 24:17-20; Joe 3:16; Hag 2:6-7; Mat 24:29; Heb 12:26-27; Apo 6:12; Apo 8:5).
Si bien los terremotos habitualmente se consideraban algo de lo cual había que escapar (Isa 2:19; Isa 2:21), también podían ser utilizados por Dios con un buen propósito (Hch 16:26). La tierra tembló irritada por la muerte de Jesús (Mat 27:51-54), y se sacudió para desplazar la piedra de la tumba de Jesús (Mat 28:2). Aquellos que aman a Dios y le son fieles no tienen por qué temerles a los temblores de la tierra (Sal 46:2-3).

Phil Logan

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