Etiqueta: Devocional Diario Kenneth Copeland
Sea Constante – Por Kenneth Copeland
Sea constante
Kenneth Copeland
Jesucristo es el mismo ayer, y hoy, y por los siglos.
– Hebreos 13:8
Hace algunos años, Dios habló al corazón de Gloria unas palabras que nunca olvidaré. Ella había estado pidiéndole que le...
Devocionales Cristianos – Péguele con la Piedra del Conocimiento
Péguele con la piedra del conocimiento
Kenneth Copeland
Jehová es mi pastor; nada me faltará. En lugares de delicados pastos me hará descansar; junto a aguas de reposo me pastorerá.
– Salmo 23:1-2
¿Alguna vez se ha puesto...
Devocional – Cuatro palabras que dan resultado
Devocional - Cuatro palabras que dan resultado
Kenneth Copeland
Por tanto, os digo que todo lo que pidiereis orando, creed que lo recibiréis, y os vendrá.
– Marcos 11:24
Creer: esa es la clave para todo en el...
Devocional Diario – La Palabra de Jesús es la palabra final – Kenneth Copeland
Devocional Diario - La Palabra de Jesús es la palabra final
Kenneth Copeland
Yo soy el Alfa y la Omega, principio y fin, dice el Señor, el que es y que era y que ha de...
Devocional – Cristo en usted – Kenneth Copeland
Kenneth Copeland
A quienes Dios quiso dar a conocer las riquezas de la gloria de este misterio entre los gentiles; que es Cristo en vosotros, la esperanza de gloria.– Colosenses 1:27
Hace algunos años, estaba orando en nu
Es necesario que usted crezca – Por Kenneth Copeland
¿Alguna vez ha estado en una habitación llena de niños: bebés llorando, pequeños gritando por juguetes y empujándose y quejándose para salirse con la suya? Es algo que podría mantenerlo muy ocupado, ¿no es cierto?
Cuando un grupo de niños espirituales se reúnen, sucede casi de la misma manera. Por supuesto, no hay nada malo en ser un niño espiritual. Todos comenzamos de esa forma. Cuando nacemos en el reino de Dios, somos parecidos a los niños recién nacidos. No somos muy fuertes ni estamos muy desarrollados. Tropezamos cuando
Jesús es nuestra única esperanza por Kenneth Copeland
Hace muchos años, Dios me dijo algo que ha marcado mi ministerio desde entonces, y fue lo siguiente: "La fe en Jesucristo es la única esperanza que cualquier persona en el mundo puede tener".
A la luz de lo que está sucediendo hoy a nuestro alrededor, la verdad de esas palabras es lamentablemente más dolorosa que nunca. Somos una generación que padece enfermedades que nadie puede sanar y que sufre problemas que nadie puede solucionar. Los éxitos pasajeros que podamos tener se ven rápidamente