La ley de Dios o el Azar (la suerte) / Dos cosmovisiones / El Bien o el Mal

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Sabemos que en este mundo hay dos grupos de gente: Los que siguen a Dios y los que no quieren saber nada de Él. Cada uno de estos dos grupos tiene ideas diferentes de cómo debemos vivir, si buscando la voluntad de Dios o buscando nuestra propia voluntad. ¿Cómo podemos saber que estamos en la verdad y no estamos engañados? ¿Quién lleva razón en esto?

A veces cuando oímos voces de gente que tiene ideas contrarias a la Fe, y que parece estar bien informados y ser inteligentes, podemos tener alguna duda sobre nuestras creencias. Muchos que no tienen carreras universitarias piensan que los que han estudiado ciencias avanzadas tienen más conocimientos de todo que los que no las tienen. Esto no es cierto y tenemos que tener mucho cuidado con lo que aceptamos de otros. Aquí entran las dos COSMOVISIONES, o sea, DOS puntos de vista diferentes.
¿Cómo se llega a tener otro punto de vista diferente al de la Fe en Dios? Hay varios motivos, pero el principal es el orgullo humano. Cada uno quiere hacer las cosas a su manera y no someterse a nadie, si puede evitarlo, esto incluye someterse a las leyes de Dios. El orgullo llega cuando pensamos que no necesitamos a Dios porque nosotros podemos tener lo que queremos sin contar con Él. “Yo tengo tal o cual carrera, por lo tanto, puedo valerme por mi mismo. Voy a ganar tal cantidad de dinero, me lo merezco pues soy inteligente y he trabajado mucho por ello”.
Esto lleva a muchos a considerarse superiores a otros por el hecho de tener más estudios, o más dinero, o más poder. Así es cómo se llega a tener esa cosmovisión atea, ese punto de vista que ha llegado a la conclusión que Dios no existe porque no pueden demostrarlo por medio de los que aprendieron en la universidad, o leyendo libros escritos por ateos.

Pero es muy fácil demostrar que estas personas están confundidas y engañadas. Ellos mismos se contradicen. Por ejemplo, dicen que Dios no existe y por lo tanto, las leyes de Dios tampoco existen.
Si Dios no existe, las leyes de Dios tampoco existen. Dios nos ha dejado Sus leyes en su Palabra, la Biblia, y para nosotros los creyentes las leyes de Dios son buenas, y justas. Sin embargo si no crees en Dios, no crees en sus Sus leyes, por lo que hay que concluir por lógica que para el ateo robar no es malo; mentir no es malo; violar no es malo; cometer adulterio no es malo, y matar no es malo. ¿Por qué va a ser malo? ¿Quién lo dice? ¿De dónde han salido esas leyes? Ahí el ateo se ve cogido en una trampa de la que no puede salir.

Sabemos de sobra que mentir, robar, violar, y matar son leyes que todos aceptamos por buenas. ¿Por qué? Porque todos reconocemos que aunque no se conozca la Ley de Dios de la Biblia, la misma Biblia nos enseña que las leyes de Dios están escritas en los corazones de las personas, y sus conciencias les enseña cuando algo es bueno o malo. Si hacemos bien a otros nos sentimos bien, pero si hacemos mal a otros nos sentimos muy mal. ¿De dónde ha salido la conciencia si Dios no existe ni tampoco existen sus leyes?

Romanos 2:14-16
“Porque cuando los gentiles que no tienen ley, hacen por naturaleza lo que es de la ley, éstos, aunque no tengan ley, son ley para sí mismos, mostrando la ley escrita en sus corazones, dando testimonio su conciencia, y acusándoles o defendiéndoles sus razonamientos, en el día en que Dios juzgará por Jesucristo los secretos de los hombres, conforme a mi evangelio”.
Palabras del apóstol Pablo.

Por tanto, cuando un ateo venga a decirnos que mentimos, o que somos hipócritas, etc. etc., no debemos dejar pasar la oportunidad de preguntarle quién dice que esas cosas son malas. ¿Son malas para él? ¿Por qué son malas, quién lo dice? ¿Acaso crees en el bien y el mal? ¿De dónde lo sacas? Cosas como estas son las que hay que preguntarles porque de hecho no tienen respuestas válidas sin contradecirse.

Algo para meditar y para recordar cuando oigamos a gente que habla en contra de Dios. Esta gente es muy peligrosa, y está haciendo todo lo posible por borrar el nombre de Dios del mundo en que vivimos. ¿Han oído la expresión “dejados de la mano de Dios”? Así estamos viendo a la sociedad hoy día.

No dejen de informarse para educar a sus hijos y nietos.


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