Voy a ir al grano: Este país no está así por causa de los políticos, este país está así por causa de nosotros. Somos egoístas, no nos importa lo que le pase a los otros, somos conformistas y somos corruptos. ¿Qué si somos corruptos? ¡Sí! Basta con vernos manejando por las calles de nuestro país: no respetamos, no cedemos, no ponemos luces direccionales, andamos a velocidades ilegales, sobornamos, etc… ¡Y eso es sólo el ejemplo de cuando manejamos!
Dicen por ahí que la gente tiene los gobernantes que merece, pues nuestros gobernantes se parecen mucho a nosotros. Si queremos ver el cambio y no tenemos el valor y el coraje que se necesita para defender nuestros derechos, ¡entonces demos el ejemplo! Dejemos de ser corruptos, seamos generosos con los que necesitan, lloremos y pongámonos al nivel de los que sufren, no aceptemos trabajos «botellas», no sobornemos. Uno a uno, uno a uno, poco a poco las cosas irán cambiando. Entonces tendremos todo el derecho de reclamar nuestros derechos. Pero el bendito egoísmo nos mantiene separados y solo nos importa lo que nos pase y lo que nos conviene a nosotros.
¡Este es el país donde crecerá mi hijo! Probablemente este también sea el país donde tus hijos crezcan, ¿no te da verguenza que no estás haciendo nada para que algo cambie? ¿no te da verguenza que tú eres tan parte del problema como los que de alguna forma se suponen deben resolverlo? Este es el país donde dentro de algunos años viviremos. ¿No quieres hacer algo? Mira hacia dentro de ti, sin piedad, admite tu corrupción, y ¡haz algo contigo! (por lo menos pon las direccionales si vas a doblar manejando).
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