Yo valoro mucho como hombre, la transparencia en el matrimonio; cuando le he confesado a mi esposa las cosas en las que he fallado, ella ha sido fiel en apoyarme para reconstruir nuestra relación.
También conozco a muchos hombres que han buscado ser honestos, y le han confesado alguna infidelidad o pecado a su esposa, pero encuentran que ahora, existen muchas barreras entre ambos para recuperar la intimidad y poder tener relaciones sexuales sin temores o culpa. Quiero dar tres consejos a los hombres que quieren tener éxito en recuperar una sexualidad sana en su matrimonio.
El primer consejo es dejar una motivación egoísta para buscar intimidad sexual. Antes, el pecado se trataba acerca de hacer todo para ti mismo, ahora debes aprender a que la intimidad es un tiempo para dar sin reservas. Ahora ya no es tiempo de pensar en tu propia satisfacción, sino de pensar en la satisfacción de tu esposa. La Biblia dice en 1 Corintios 13:4-5 que el amor verdadero es paciente y bondadoso, no se comporta con rudeza, no es egoísta, no insiste en hacer las cosas a su manera, y no busca su propia satisfacción; no es rudo, no se enoja fácilmente, y no guarda rencor.
Para mostrar este tipo de amor, un hombre debe aprender a hacerle preguntas a ella: ¿Cómo se siente? ¿Con qué cosas se siente cómoda, y qué cosas la incomodan? ¿Cómo ha tomado ella su confesión? ¿Qué palabras la afirman como mujer y la hacen sentir deseada y atractiva? Si puedes demostrarle a ella que estás de regreso en pureza, para amarla y enfocarse en ella, tus acciones valdrán mucho más que las palabras que puedas darle.
Continuará.
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