¿Es necesario que le confiese mi pecado a mi esposa?

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El asunto de la confesión a la esposa y de la confesión a algún hermano en la fe, es de las cuestiones más difíciles de todo el curso de 60 días para la mayoría de hombres, y a la vez una de los obstáculos más serios para llegar a tener libertad plena en Cristo. La palabra de Dios dice claramente:

“El que encubre sus pecado no prosperará, mas el que los confiesa y se aparta alcanzará misericordia”. Prov. 28.13

En el ambiente cristiano evangélico, por oposición a la práctica de confesión auricular de la Iglesia Católica Romana (la práctica de confesar verbalmente a un sacerdote) siempre se ha desechado la confesión afirmando que solo a Dios debe confesarse el pecado, basándose en el Salmo 32:5 “Confesaré mis transgresiones a Jehová”.

Sin embargo, al analizar este asunto, debemos ser serios en todo lo que implica la confesión bíblica. Cuando confesamos nuestros pecados al Señor no le estamos contando nada que Él no conozca, ¿verdad? Él nos vio cometer la transgresión. Lo que hacemos al confesar es reconocer nuestra responsabilidad y nuestra culpa y suplicar perdón para recibirlo por la fe en el sacrificio de Cristo.

El asunto es que cuando hemos pecado de inmoralidad, hemos pecado contra nuestra esposa y a ella sí hay que notificarle y pedirle perdón. La confesión es algo terrible: yo recuerdo cuánto me costó decirle a mi esposa lo que había hecho, y aún me da ese escalofrío en la espalda, pero eventualmente el Señor recompensa esa humillación si aceptamos todas las consecuencias de nuestros pecados y confiamos en Su gracia.

La esposa también está siendo probada por Dios con todo esto, y ella puede que no pase esta prueba en victoria, pero si es creyente de verdad, el Señor le dará el auxilio oportuno y necesario. En cuanto a la confesión a alguien a quien podamos ver a los ojos y al que le pidamos que nos pida cuentas de vez en cuando, esto es un acto de humildad que comprueba que nuestro arrepentimiento es genuino. En mi caso, yo me había prometido a mí mismo, irme a la tumba con mis secretos. Pero el Señor eventualmente me capacitó y me mostró la urgencia de cumplir con sus instrucciones para poder perseverar en la libertad.

Los casos que hasta el momento conozco que han obviado esto de la confesión, eventualmente tropiezan de nuevo. Debemos enfatizar a los estudiante la necesidad de vivir honestamente delante del Señor para poder servirle con una conciencia limpia, de lo contrario nuestra ofrenda no es aceptada en el altar del Señor.

Espero que mi comentario te sea de alguna ayuda, y si necesitas que uno de nuestros mentores te ayude en un proceso para dejar el pecado sexual, contáctanos llenándo tus datos aquí, de manera confidencial.

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