"¿Por qué Jesús tuvo que experimentar tanto sufrimiento?"

 Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has abandonado? 


Como agua he sido derramado; 

dislocados están todos mis huesos. 

Mi corazón se ha vuelto como cera, 

y se derrite en mis entrañas. 

Se ha secado mi vigor como una teja; 

la lengua se me pega al paladar. 

¡Me has hundido en el polvo de la muerte! 

Como perros de presa, me han rodeado; 

me ha cercado una banda de malvados; 

me han traspasado las manos y los pies. 

Puedo contar todos mis huesos; 

con satisfacción perversa 

la gente se detiene a mirarme. 

Se reparten entre ellos mis vestidos 

y sobre mi ropa echan suertes.

Pero tú, Señor, no te alejes; 
fuerza mía, ven pronto en mi auxilio. 
Libra mi vida de la espada, 
mi preciosa vida del poder de esos perros. 
Rescátame de la boca de los leones; 
sálvame de los cuernos de los toros.
Proclamaré tu *nombre a mis hermanos; 
en medio de la congregación te alabaré. (Salmo 22)

¿Porque sufrió el Señor Jesús? A nadie le gusta sufrir. Tampoco le «gustó» a Jesucristo. Sin embargo lo abrazó por amor. En el Huerto de los Olivos exclamó: «Padre mío, si es posible, que pase de mí esta copa, pero no sea como yo quiero, sino como quieras tú.» Mateo 26, 39. He aquí el inestimable valor del sufrimiento: abrazarlo libremente por amor, en unión con Jesucristo; Sufrir para ser fiel al camino del amor.

Jesús nos enseña a sufrir por amor. No hay nada mas valioso y que de mas fruto que el sufrimiento entregado al Padre unido al de Jesús. Por eso la cooperación con Dios en la salvación de la humanidad está al alcance de todos. Dios no necesita que hagamos grandes cosas según nuestra idea de lo que es grande. Lo que si quiere de nosotros es que le entreguemos nuestro corazón, nuestra vida, con todas sus situaciones de gozo pero también de sufrimiento. ¿Por qué es tan valioso el sufrimiento? Porque es el momento de mayor oportunidad de confiar y de unirnos a Jesús por amor. La mayor prueba del amor se da cuando se sufre por el amado. 

La más grande prueba de que Dios nos ama tal y como somos, es el sufrimiento del Señor Jesús.  Juan 3:16 dice: «Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo Unigénito, para que todo aquel que en Él cree, no se pierda, más TENGA VIDA ETERNA». Sin Cristo como nuestro único Salvador de nada sirve la fe que tengamos. El término «Cristiano» viene precisamente porque debemos creer en Jesús, quien sufrió por nosotros.  Pablo dice: «Más Dios muestra su amor para con nosotros, en que siendo aún pecadores, Cristo murió por nosotros» (Romanos 5:8).


Pedro, también dice: «Porque también Cristo padeció una sola vez por lo pecados… para llevarnos a Dios» (1ª Carta 3:18). arrepiéntete de llevar una vida sin Jesús y pon tu fe sincera en Cristo, quien sufrió la cruz por nuestros pecados. Díle a Dios: «Padre yo sé que tu amado hijo Jesucristo sufrió por darme el perdón de mis pecados, y pongo mi fe y mi confianza en ese sufrimiento». 
PAZ Y BIEN ¡¡¡

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