¿Positivo o verdadero; negativo, o falso?

¿Saben quién es esta mujer? Alejandra Stamateas, Pastora del Ministerio Presencia de Dios y esposa del Pastor Bernardo Stamateas. Esta supuesta Pastora, al igual que su esposo, tienen un blog donde allí la presencia de Dios no es bienvenida. Y no lo es, porque Jesucristo no trata con nuestra autoestima, sino con llevarnos al arrepentimiento para la salvación de nuestras almas.
¿Positivo o verdadero; negativo, o falso?
Existen hoy en día conceptos y aun palabras que no podemos encontrar en la Biblia, y sin embargo, actualmente llenan libros y libros en las estanterías de todas las librerías cristianas allí donde vayas. Positivo o negativo son dos sustantivos tan asombrosamente recurrentes en el medio eclesial, acompañados de acciones como pensar o confesar, que han llegado a inundarlo todo, y sin embargo no los podemos encontrar en ninguna parte en la Escritura. 


Muchos cristianos hoy en día han llegado a ser convencidos de que si mantienen un pensamiento “negativo” en sus mentes, y peor aún, si lo confiesan con su boca, eso les conllevará adversidad; algunos incluso lo llaman, maldición. Por pensamiento “negativo”, no se están refiriendo a algo sucio o pecaminoso, sino, a algo que no se desea, dando como ejemplo aquí, algo contrario al éxito o al bienestar. Por ejemplo, enseñan que si uno desea ser un “líder de éxito”, debería pensar y confesar que es un “líder de éxito”, y jamás pensar lo contrario, y menos decirlo con la boca. No deja de ser todo ello, un concepto secular, proveniente de la enseñanza de la metafísica. 


Dicho sea de paso, bíblicamente, no existe el concepto de “líder de éxito”, sino de fiel siervo (Mt. 24: 45). El problema de base en cuanto a esto, es que se ha llegado a tragar la píldora dorada de que lo positivo es lo bueno, y lo negativo es lo malo. Entonces, lo positivo es lo contrario a lo negativo, como los polos opuestos. Esto, hermanos, es un concepto orientalista – es el ying-yang – es dualismo, y nada tiene que ver con la enseñanza de las Escrituras.  


Para los seguidores de esa espuria filosofía, lo positivo sería lo bueno, lo exitoso, lo agradable, lo consolador y edificante, lo deseable, mientras que lo negativo sería, lo desagradable, lo malo, lo indeseable, lo fracasado, etc. Es un concepto muy cerrado y muy humano, pero no es de Dios.

La Biblia no nos habla de lo positivo, sino de lo verdadero; y no nos habla de lo negativo sino 
de lo falso. Pero como decimos, para los proponentes de ese concepto que emana del budismo, el éxito siempre es lo que la persona determina que sea. Paul Yonghi Cho de Seúl, Corea, es muy explícito al respecto: “Llenad vuestra mente de éxito y llegaréis al éxito…le pido a mi gente que nunca permitan que aniden pensamientos negativos en sus mentes, sino que piensen cosas positivas”. 


 Desde luego, el planteamiento de Cho, así como el similar de Castellanos del G12, Cash Luna, de Osteen, Hagin, Copeland y de cientos más, no es el bíblico. La pregunta que a priori nos hacemos es: “¿Qué o cuál es el éxito para el cristiano?”.   
La respuesta es sencilla. Si deseamos por un momento utilizar aquí ese sustantivo, el cual apenas vemos en la Palabra, el verdadero éxito para el verdadero cristiano, es el amar a Dios como cosa primera en su vida, y consecuentemente, hacer Su voluntad (Deut. 6: 5; Mt. 2: 37; 6: 10; 26: 42). Mi mente deberá ser llena de todo aquello que es la voluntad de Dios, y lo primero en la voluntad de Dios es amar a Cristo.  


Esto dista muy y mucho de todo planteamiento humanista, materialista y hedonista, donde 
intuitivamente uno busca lo positivo, es decir lo que siempre es conforme al gusto o al parecer del individuo, y por tanto agrada a su carne, y la Escritura no puede ser más clarita, hermanos: 


“Porque los que son de la carne piensan en las cosas de la carne; pero los que son del Espíritu, en las cosas del Espíritu. Porque el ocuparse de la carne es muerte, pero el ocuparse del Espíritu es vida y paz. Por cuanto los designios de la carne son enemistad contra Dios; porque no se sujetan a la ley de Dios, ni tampoco pueden; y los que viven según la carne no pueden agradar a Dios” (Romanos 8: 5-8)






Fragmentos del articulo «El Yoísmo, el positivismo, y la Cruz»
Por Miguel Rosell Carrillo, pastor de Centro Rey, Madrid, España 
http://www.centrorey.org/nuevo%20site/El%20Yoismo.pdf


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