1 PEDRO ESTUDIO 5. SER SANTOS

1 PEDRO 1:14-21

14 Como hijos obedientes, no vivan conforme a los deseos que tenían antes de conocer a Dios. 15 Al contrario, vivan de una manera completamente santa, porque Dios, que los llamó, es santo; 16 pues la Escritura dice: «Sean ustedes santos, porque yo soy santo.»[e]

17 Si ustedes llaman «Padre» a Dios, que juzga a cada uno según sus hechos y sin parcialidad, deben mostrarle reverencia durante todo el tiempo que vivan en este mundo. 18 Pues Dios los ha rescatado a ustedes de la vida sin sentido que heredaron de sus antepasados; y ustedes saben muy bien que el costo de este rescate no se pagó con cosas corruptibles, como el oro o la plata, 19 sino con la sangre preciosa de Cristo, que fue ofrecido en sacrificio como un cordero sin defecto ni mancha.[f] 20 Cristo había sido destinado para esto desde antes que el mundo fuera creado, pero en estos tiempos últimos ha aparecido para bien de ustedes. 21 Por medio de Cristo, ustedes creen en Dios, el cual lo resucitó y lo glorificó; así que ustedes han puesto su fe y su esperanza en Dios.

Este pasaje tiene una idea central muy clara, el llamamiento a vivir una vida santa en imitación de Dios a quien nosotros invocamos o reconocemos como Padre. Alrededor de esta idea se construye el texto diciéndonos qué no debemos hacer, y la motivación o razón para ese estilo de vida caracterizado por la santidad.

Para nosotros, gente postmoderna viviendo en los albores de un nuevo milenio la palabra santidad suena rara y pasada de moda. Yo mismo, al pensar en ella vienen a mi mente los cuadros de los santos que tanto abundan en las iglesias católicas de mi país. Personas, hombres y mujeres, con cara de éxtasis, la mirada perdida y ajenos a este mundo, levitando varios centímetros por encima del suelo y huyendo del diablo, a menudo, representado en la tentación sexual ¡la madre de todas las tentaciones!

La palabra santo significa, en su origen, algo apartado, puesto aparte, separado y es un reflejo del carácter de Dios quien, según la Escritura es santo y, consecuentemente, la motivación para que nosotros seamos santos. Puesto aparte y separado de todo aquello que es malo, carente de integridad, carente de pureza. De todo aquello que, en términos prácticos para nosotros, no refleja a Jesús y su estilo de vida y, al mismo tiempo, una búsqueda consciente e intencional de todo aquello que hace que el carácter de Jesús se refleje en la forma en que vivo e interactuo con el mundo.

Finalmente, el pasaje habla de la motivación para hacerlo. Hemos sido rescatados, comprados, salvados de la forma en que vivíamos antes de ser seguidores de Jesús y lo hemos sido a gran precio, su sangre derramada por todos nosotros.

Un principio

Ser santo es, de forma práctica, imitar a Jesús.

Una pregunta

¿En qué medida tu vida refleja a Jesús?


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