19- Gracias, Pero: No, Gracias

Saga: «Maldito Mundo»

Uno puede pensar que entonces las protestas organizadas y las alternativas inteligentes en contra del sistema son la clave. Podría ser, pero el «mundo» ha sido tan astuto en absorber ese tipo de iniciativas que al menos que no hagas ciertos cambios en tu interior serás corrompido. Ejemplos de esto es la música «indi», un esfuerzo que, al principio pensaba darle un golpe al sistema corrompido de las casas disqueras. Lo transformaron en un «estilo musical» que debe ser vendido a través de las grandes casas de discos. Atar artistas a contratos infinitos con poco dinero, jugar con ellos como si fuesen piezas de monopolio («contratemos a este artista que tiene potencial y es mejor que este, pero no tiene imagen, nunca saquemos sus discos y así este sube, para cuando se libere de nuestro contrato ¡está muerto!»), más otras cosas inombrables. Hoy hay pocas películas «independientes», esas que se hacían con los propios peculios de los directores que no eran aceptados por Hollywood porque sus propuestas eran «muy raras». Ahora cada una de las productoras gigantes tienen un capítulo donde hacen «películas independientes» (Fox Searchlight Pictures, Sony Pictures Classic, etc.), ¡absorbidos los rebeldes! O los sindicalistas en este país, todos terminaron siendo absorbidos o comprados por la corrupción política.

Esto también hablé hace algunas decenas de post en algo que titulé: El Martirio de los Nuevos Profetas:
«… me he dado cuenta que esas cosas le han quemando a mucha gente el pecho por más de 150 años. ¿Por qué no se ha hecho nada? ¿Por qué no se le ha hecho caso? ¿Por qué la gente se recomienda los libros y las predicas de estos «profetas» como sus favoritos pero no les hacen caso? Porque antes se les aserraba, se les cortaba la cabeza, se impalaban… se quemaban en la hoguera, pero ahora, ahora se les hace «un favor»: se les publica, se les exalta, se les graba, se les hace famosos.

Caer en la categoría de Alejandro Sanz, Michael Jackson, Metallica y Vanessa Angulo, la categoría de los «famosos», es lo peor que le puede pasar a un profeta. Así que, twiteamos sus frases, las ponemos en facebook, en un blog, cuando predican en nuestras iglesias llegamos a cada emocionados y mojamos el asopao con nuestras lágrimas, pero nunca nos comprometemos con sus ideas. Porque su único mérito, lo único que ahora reciben como recompensa es ser: «FAMOSOS». Ahora pueden decir lo que sea, nadie los critica y si se les critica: se les defiende (pa´eso la gente de Relaciones Públicas y Publicidad), tampoco se les hace caso. Que vida triste, ¿no? Profetas de nadie. Aún así, la gracia de Dios ayuda a que su voz llegue a unos cuantos, unos cuantos que escuchan, a unos cuantos que les arde el pecho; y un día alguien tendrá el valor.»

Fama, dinero e incluso hacer que tú «alternativa» sea popular pero que no le haga daño al sistema son las armas más importantes. Puedes pensar que estoy en contra de que saques un disco, publiques un libro, o que saltes al estrellato en Hollywood. ¿Pero es posible que se haga todo eso sin perder el corazón? ¿Es posible que un contrato nos haga dar un mensaje sin que sea «editado»? ¿O necesitamos decir (en palabras de un amigo): «Gracias, pero no, gracias.»*? ¿Es posible influenciar para bien, ser luz en medio de los tantos intentos de absorción del mundo? Estoy haciendo preguntas honestas, sinceras. Porque estamos aquí, y aquí vivimos, ¿cómo ser luz sin ser «una cosa rara»? ¿Cómo no ser contaminado por lo popular, lo que se consume, el querer atraer y ser conocido?

*Estas son las recomendaciones de un amigo para cuando le ofrecen ayuda que al final hará daño: Gracias, pero no, gracias.


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