30- ¡Merde!

Entre cafés y jugos de limón, conversaba con mi madre de primos, de amigos, de gente que formó parte importante en mi vida y que ya no vemos. Nunca pensamos que sería diferente a como imaginábamos, el futuro era brillante, lleno de aditivos y expectativas que las series de televisión y los «muñequitos» nos metían en la cabeza. «¿Qué vas a ser cuando seas grande?», era la piedra angular de nuestro existencialismo, y nuestro orgullo era disparar lo más alto que pudiésemos.

Vas creciendo y hay profesiones, matrimonios, éxito en los negocios. También muertos (esas son las noticias que duelen porque pensábamos vernos viejos, aunque los vivos no nos vemos), suicidios, drogas, en otros países, cárcel. ¿Quién lo pensaría cuando jugábamos al basquet, vitilla o cuando rompíamos la piñata? Somos extraños, el uno con el otro y somos extraños al futuro, porque en el presente que ahora es pasado el futuro no era como es… ahora.

¡Mierda!


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