Hoy en día ningún servicio es personal. Levantas el auricular, te contesta una máquina que te guía por todo el proceso «personalizado» sin que ningún ser humano sepa si llamaste o no. He pagado en cajas sin cajeros, ¡qué incómodo! Lo más chulo de todo es que cuando alguien humano levanta el teléfono o está en la caja, es tan inhumano que no sabes qué prefieres. ¡No, no, no! esto es lo más cool de todo: parece gustarnos… «¡Loco es la computadora! ¡Wow!» Es como si nos sentiésemos bien cuando se le quita el toque humano a las cosas o los servicios que recibimos.
Eso también influye a otro nivel: el toque personal es cada vez menos necesario, las máquinas imitan lo humano y los humanos pierden su humanidad porque… ¿por qué?
¿Qué tendremos que hacer para recuperar nuestra humanidad? ¿Arrebatarla? ¿Pelear por ella? ¿O darle nosotros un toque personal a todo lo que hacemos?
Bajo Licencia Creative Commons
Foto Cortesía de Thomas Hawk
Usado Con Permiso Bajo Licencia Creative Common
Deja una respuesta