41- Le Provocateur

Mucha gente interpreta algunas de las cosas que escribo como provocación, un acto deliberado en el que reto a… ¿alguien? Pero, la verdad es que no escribo para provocar. No tengo que provocar porque el que provoca espera una respuesta, y generalmente esa respuesta es una clase de lucha. Y yo, yo no quiero pelear con nadie, no veo la razón para luchar contra otra persona.

Si trato de provocar a alguien es a mi mismo, porque lucho conmigo, por coherencia entre muchas otras cosas. Si lo que me provoca y me hace luchar provoca a otros, mírenlo como la bendición de dejar a un lado algunas migajas de lo que uno aprende mientras se reta y pide mentalmente más de uno mismo; y si es así: permítase luchar consigo mismo.