En un mes será un año. Un año desde que lo vi por primera vez. Mientras escribo esto Benjamín está en mi oficina tumbando cosas, tratando de subirse a una mesita, y tiene 11 meses. Ya aplaude, canta (especialmente cuando está solo), dice papá y otras palabras más (en su idioma). Desde que nació fue como si mis ojos se abrieran. Cuando la enfermera me pasó al enano me sentí como Frodo cuando le dieron el anillo. De alguna forma al aceptar que desde ese instante sería padre, empecé una jornada voluntaria que me ha llevado a todo esto de «MalditoMundo».
¿Cómo voy a vivir aquí, ahora? Es mi pregunta favorita, la respuesta se ha hecho compleja porque no quiero vivir bajo los terminos de este mundo, se hace más compleja porque me encantaría enseñarle a mis hijos cómo vivir aquí y ahora sin que sean unos benditos «freaks». Yo podría ser un freak (algunos piensan que lo soy) pero sería muy difícil ver a mis hijos en crisis por posiciones que yo he tomado.
Es una jornada, intensa, aperísima, interesante, llena de preguntas, con no todas las respuestas, y aquí vamos. ¿Cómo vivo aquí-ahora? Algunos piensan que saben pero… no.
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