¡Tres conclusiones! (me faltan dos post más de MalditoMundo, eso va a estar loquísimo… jejejejeje!)
Estaré viviendo en el MalditoMundo por el resto de mi vida en el MalditoMundo, así que debo proponerme el uso constante de la creatividad para no morir del corazón. En cierto sentido, un ejercicio continuo de darle «al César lo que es de César y a Dios lo que es de Dios.» (Mateo 22:21) debe ser puesto en marcha, porque aquí vivimos y aquí gritamos, de otra manera ¿cómo ser subversivos? ¿cómo ser contracultura?
La pregunta en este sentido debe ser: ¿Qué es de Dios que le estoy dando a César? (for dummies: César sería, en este caso, el espíritu que gobierna el MalditoMundo), ¿cómo puedo empezar a darle a Dios o a dedicar a Dios lo que le estoy dedicando a César? Esto suena más fácil de lo que es, pero para ponértelo de forma sencilla:
1- Empieza tratando de definir y de buscar qué es el Reino de Dios, y cuál debe ser mi participación activa en ese Reino (un buen comienzo es Mateo 5-7 o los post que escribí en Subversividad cuya esencia es el Sermón del Monte de Mateo 5-7, pero Mateo 5-7 es definitivamente el mejor comienzo), a partir de ahí desecha todo lo contrario.
2- Lleva esto a tu mente, piénsalo bien, repítelo mientras manejas, recítalo en el autobús camino al trabajo, a la universidad o al colegio (para radicales ortodoxos de ultraderecha nazi-evangélica: no creo que esto te salva, estoy hablando de cambiar mi manera de vivir que nada tiene que ver con salvación que es por gracia, pero que todo tiene que ver con agradecimiento y agradecimiento a Dios), escríbelo en tus paredes, y entonces:
3- Respóndete a ti mismo esta pregunta: ¿Cómo Voy a Vivir Aquí y Ahora?
4- Re-organiza tu vida alrededor de eso.
Unas últimas palabras antes de cerrar este post (sí, sí, tengo que irme porque tengo hambre y quiero café): ¡Basta de cristianismo estúpido! Ese de los zombis que siguen y hacen todo lo que el líder les dice, esos que se pasan de una congregación a otra creyendo una cosa sin saber que en la otra creen otra, ¡vamo´a pensar por el amor de Dios! El propósito es que ya no vivamos como estúpidos sino como gente de Dios, por eso nos resucitó.
¡Hora del café! Bye…
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