64- Concluyendo 02: No Le Creemos A Dios

Nuestro problema es que no le creemos a Dios. Y punto.
No estoy hablando del tipo de fe que genera sanidades o que te hace levitar, sino la fe para creerle a Dios en medio de este lugar. Creer que mi existencia depende de El y que no necesito vivir como un loco. Algunos sienten que han perdido la fe en que de alguna forma algo o que haya algo que se llame… Dios, mucho menos que tenga acción directa sobre las cosas que son y están, aquí y ahora.

Hay diferentes razones por las cuales uno siente que uno pierde su fe:
1- No era realmente nuestra, así que realmente no la «perdimos». En estas circunstancias pueden suceder una de varias cosas:
a) Nos vemos en medio de una causa que no queremos pelear, abrimos los ojos y empezamos a ver que creemos en cosas de las que no estamos seguros.
b) Vivimos frustrados porque no queremos empezar a buscar, explorar o desechar una fe auténtica y nuestra, un tratar de Dios con nosotros. Preferimos hasta alejarnos de Dios que cuestionar la fe que fue inculcada en nosotros (por diferentes razones). Y muchísima gente te dice: «lo que creías no era cierto, explora, busca»; aún así decides que no.

2- Nos vemos expuestos a situaciones a las que no nos veíamos expuesto antes:
cosas para las que nunca nos armamos de las razones por qué la creemos, y cuando se trata de elegir entre «creer en Dios que me prohibiría dejar esto o aquello o en cierto sentido pide pureza de mi parte» y «lo que quiero hacer en ese momento.» Esta es la razón por la que mucha gente al final de sus 20s o de sus «diecis» se aleja de Dios, se ve en el contexto de la universidad o por fin fuera de la burbuja y llega el tiempo de probar que lo que te dijeron toda tu vida era cierto. Como lo que experimentas te da placer, ¿cómo puede esto ser malo? y «por ahí María se va».

3- Llamamos «perder la fe» a salir de ciertas esctructuras que nosotros creamos y que no siempre tienen que ver con la fe: Solemos llamar «apartados»  a gente que no cabe en nuestros cánones de fe, y muchas veces no podemos separar a Dios de la iglesia o de la estructura. Entonces acusamos a la iglesia de hacer perder la fe, o decimos que perdió la fe el que no aporta a lo que nosotros entendemos como iglesia.

Ahora, debemos hacer diferencia entre FE EN EL EVANGELIO DE CRISTO y fe en un grupo de creencias que cada denominación o grupo considerado cristiano adopta, los últimos pueden ser desechados, cambiados, adaptados a la cultura y a la época actual. El primero siempre permanece igual. El último lo usamos como vehículo para facilitarnos vivir en comunidad con un grupo de creyentes, y esa comunidad necesita reglas, el primero es lo que nos da nuestra verdadera identidad como creyentes. Más allá de metodistas, pentecostales, o bautistas somos cristianos, aunque lamentablemente hay gente que son más metodistas, pentecostales o bautistas que cristianos.

Yo te invito a descubrir tu fe, el hecho de que puedas estar dudando o luchando no significa que estás alejándote de Dios, ¡al contrario! Puede ser que estés más cerca. Frederick Buechner decía: «Sea que tu fe es que HAY DIOS o que NO HAY DIOS, si no tienes ninguna duda estás jugando o dormido. Las dudas son las hormigas en los pantalones de la fe, te mantienen despierto y bailando.»

En momentos críticos de la iglesia fue la duda lo que llevó a hombres de Dios a hacer revolución, no la fe. Duda al «grupo de creencias, dogmas y doctrinas» que regulaban el sistema. Es muy probable que el lugar donde estás ahora necesite otro conocimiento, nuevas instrucciones, retarte más en tus conocimientos de Dios, empezar a practicar la fe que dices que tienes o que no tienes.


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