66- DIA 2 y 3


Es precioso. Finalmente lo trajeron a la habitación (este es precisamente el día dos de Benjamín pero el día 1 de la experiencia paterna) y lo pudimos tener en nuestros brazos por más de un minuto. Es más grande de lo que pensábamos y pesa más de lo que los doctores imaginaban. Al mismo tiempo es tan frágil, tan indefenso pero también tan seguro. Mira alrededor como analizando todo, y sus padres somos tan extraños como los demás. Puede que reconozca nuestras voces, nuestro calor. «La sangre jala», dicen aquí, quizás sienta que es hueso de nuestros huesos y carne de nuestras carnes. Aún así, nos mira como diciendo: ¿ustedes quiénes son? Un día dirá: «Yo te conozco de antes, desde antes del ayer…» Pero hoy, hoy no.

Todas esas cosas combinadas, más otras más, son las que hacen esta experiencia tan rara. Empezando: no recuerdo la última vez que tuve tanto miedo por un proyecto, de hecho: generalmente el miedo me moviliza, pero aquí me siento como medio paralítico, como «¿y-ahora?» Si me pides que lo describa es la responsabilidad más abrumante que he tenido pero es tan hermoso que uno le da pa´lante. Eso es lo mismo que sentimos Noe y yo, pero otros lo han hecho ¿no? Además: es demasiado cool, es lo más cool que le pueda pasar a alguien, cool y freaky. Eso, es lo que hace la diferencia.


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