Me ha sido muy difícil escribir estos días, aún en corto. Me encuentro entre ocupaciones no tan ocupadas, pero al mismo tiempo en un período muy interesante en mi lucha interna. Debo decir, antes de seguir, que es una buena lucha. Pero como Jacob con el ángel, cuando uno lucha con cosas que tienen que ver con Dios: sale cojo y con otro nombre. Algo bueno, considerando que el «Jacob» es un engañador.
Así que, esa es la meta. Ser otro. Dios me ha estado asesinando, creí que había terminado pero falta… «una poca». Estoy ansioso por ver en que termina todo esto, pero el fin no se ve venir, y tratar de ver el fin desespera el caminar. Mientras tanto disfruto a mi hijo, abrazo a Noe, y veo películas.
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