Que haya seguridad en tus palacios.
Y ahora, por mis hermanos y amigos, dire:
Que hay paz en ti.
Por el templo del Señor nuestro Dios,
procuraré tu bien.
No es mi caso ni la aplicación para mi vida personal, sin embargo, hay dos grandes principios que se desprenden de este poema y que puedo aplicar y ambos hacen eco en las palabras de Jesús.
El primero es ser un pacificador o buscador de la paz. El propio Jesús, a quien sigo, afirmó que los pacificadores serían reconocidos como hijos de Dios.
El segundo es hacer el bien, que implica buscar activamente el hacer bien a todos aquellos que lo necesitan. En la búsqueda del bien del otro reflejo el carácter de mi Dios que hace bien a todos sin distinción.
Dos aspectos, pues, a cultivar en mi carácter y vida, ser pacificador y buscar el bien de todos.
Buscando la paz y haciendo el bien reflejo el carácter de Dios.
Una oración
Por el conocimiento de las buenas noticias en Lituania.
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