DIARIO DE UNA TRANSFORMACIÓN

1 Juan 2:6 «El que dice que permanece en Él debe andar como el anduvo»

«El que habita al abrigo del Altísimo Morará bajo la sombra del Omnipotente».Salmo 91:1

Es muy fácil, para vivir en la presencia de Dios, la conducta es la encargada entonces de respetar la omnipresencia de Dios para poder caminar bajo la sombra de su omnipotencia. Caminar en su presencia, es aceptar su omnipresencia, aceptar, sentir que donde quiera que estés, hagas lo que hagas, pienses lo pienses, actúes como actúes, Dios esta a tu lado y esta observando, escuchando todo lo que haces y dices, no podemos pretender su omnipotencia, sin aceptar su omnipresencia.

Ahora bien, no puedo pretender vivir bajo la sombra de su omnipotencia, de ese poder, sin antes caminar en la presencia (omnipresencia) de Dios, debo antes aceptar la presencia constante de Dios, para poder luego gozar de su omnipotencia, caminar en su omnipresencia es darme cuenta que esta todo el tiempo a mi lado, que mira todo lo que hago, todo lo que pienso, que no hay nada que pueda ocultarle, y entonces comenzar a actuar para su agrado.

Caminar en su presencia es hacer una revisión continua de lo que hacemos a cada instante, preguntarnos si agrada a Dios o no, si lo honra o no, y entonces hacer solo hacer aquello que le agrada, creo que el espíritu Santo es el encargado de señalarnos lo que a Dios le gusta, es esa vocecita que te dice todo el día, “no hagas esto, haz aquello” esa que uno no escucha y decide por el contrario dejarse llevar por el instinto y solo satisfacer nuestras necesidades corporales, anteponiendo a lo que agrada a Dios, que no es otra cosa que lo que nuestro Espíritu desea.

No se puede pretender «morar» bajo su sombra sin antes haber depurado nuestra conducta, si mientes, si robas, si debes, si injurias, si murmuras, si te das gusto en todo, si no perdonas, si eres egoísta, ¿como vas a morar bajo su sombra? primero acepta a Dios Padre, su presencia continua, respétalo con tu conducta, honralo y luego, solo así, moraras bajo su omnipotencia.

Pídele a Dios que te ayude a transformarte, no vasta con convertirnos a Jesús, hay que transformarnos y andar como el anduvo: 1 Juan 2:6 «El que dice que permanece en Él debe andar como el anduvo»

Purificame con hisopo, y seré limpio;

Lávame, y seré más blanco que la nieve.

Hazme oír gozo y alegría,

Y se recrearán los huesos que has abatido.

Esconde tu rostro de mis pecados,

Y borra todas mis maldades.

Crea en mí, oh Dios, un corazón limpio,

Y renueva un espíritu recto dentro de mí.

No me eches de delante de ti,

Y no quites de mí tu santo Espíritu.

Salmo 51: 7-11


PAZ Y BIEN ¡¡¡


Comentarios

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.