Adoración es también oración

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Jesucristo dijo en el capítulo 4 del evangelio de Juan que la
adoración se debería hacer en espíritu y en verdad. El apóstol
Juan cuando escribió el libro de Revelación o Apocalipsis narra
sus experiencias y dice que él estaba en el espíritu. Hoy en día
la adoración en las iglesias todavía es un mito, en realidad
muchos conflictos son causados por las alabanzas y la adoración.

En realidad muchas veces adoramos a Dios en nuestra religiosidad
y en intelecto, pero menos en espíritu y en verdad. Nuestra
adoración está gobernada por el intelecto, los dogmas, las
costumbres, la doctrina y las enseñanzas denominacionales más que
por la verdad.

 

Yo me pregunto ¿cómo es que Jesus le hablo de esto a la
Samaritana?. Muchos líderes religiosos todavía dictan sus
comportamientos basados más en sus tradiciones y costumbres que
basados en la verdad. Pablo nos habla del culto racional que debe
ser ofrecerse a Dios como sacrificio vivo.

 

“Yo estaba en el Espíritu en el día del Señor, y oí
detrás de mí una gran voz como de trompeta”. Apocalipsis
1:10

 

“Y al instante yo estaba en el Espíritu; y he aquí,
un trono establecido en el cielo, y en el trono, uno sentado”.
Apocalipsis 1:10

 

I.-
Cruzando el abismo

 

Decimos que la biblia es nuestra regla de fe y practica, pero la
verdad es que en muchas iglesias domina la religiosidad, dominan
las doctrinas denominacionales, la manera intelectual y racional
de adorar al Rey de reyes y Señor de señores.

¿Pero porque no entramos a la dimensión del espíritu que narra la
biblia? ¿Que impide que tengamos una adoración en espíritu y en
verdad en las iglesias como la que Jesus enseñó?

 

No me mal entiendas, la denominación o la religión es buena, pero
no podemos anteponer barreras denominacionales y doctrinales a
una adoración digna y sincera, pero sobro todo bíblica para Dios.
Las doctrinas denominacionales están dictadas por hombres, pero
mas allá de la doctrina esta la verdad.

 ¡Las doctrinas no son perfectas! Son buenas, pero están
limitadas a la experiencia de los hombres y a la organización
religiosa. No te culpo, todos tenemos barreras que cruzar, pero
cuando se trata de adorar a nuestro Dios ¿cuál es la barrera que
debes cruzar? .

 

Independientemente de lo religioso, la barrera más grande es
nuestra naturaleza carnal. Siempre que nos acercamos a Dios, ya
sea en oración o adoración hay una barrera que nos impide entrar
en el espíritu:

 

 “Un abismo llama a otro a la voz de tus
cascadas”. Salmo 42:7

 

 

Un abismo en un lugar imposible de cruzar, es un inmenso
precipicio que separa un lugar de otro imposible de cruzar. ¿Te
das cuenta? Te paras al borde del precipicio y te espanta ese
abismo. En lo espiritual también puede ser verdad y es nuestra
condición carnal para poder experimentar y comunicarnos con Dios
de manera espiritual. Así pues la primera barrera que tenemos que
cruzar es pasar a esa dimensión espiritual. Es decir, de lo
carnal a lo espiritual, estando en nuestra naturaleza carnal,
para poder comunicarnos con Dios.

 

Jesus le dijo a Nicodemo que si no nacía de nuevo por medio del
agua y del Espíritu no podía entrar al reino de Dios. Con todo su
intelecto Nicodemo no entendió ni una gota de lo que Jesus dijo.
Vaya que Nicodemo era del Sanedrín, o sea de los 70 mejores
hombres fariseos, rabinos o maestros judíos de la época. ¡Era la
elite judía!.

 

 

“Respondió Jesús: De cierto, de cierto te digo, que
el que no naciere de agua y del Espíritu, no puede entrar en el
reino de Dios”. Juan 3:5

  

 

Las barreras intelectuales de Nicodemo no le permitieron ir mas
allá y preguntarle a Jesus: ¿Qué significaba eso que él decía?.
Antes de preguntar, Nicodemo ya daba respuestas en lo natural. Lo
puedes ver en sus respuestas. Nicodemo todo lo razonada basado en
SU conocimiento de la ley y los profetas y sus costumbres
religiosas, no entendía el lenguaje espiritual de Jesus. ¡No se
diga su estatus social!. Siendo esto tan simple, Nicodemo no
entendía, Jesus simplemente se refería a dos cosas importantes en
lo espiritual:

 

a)      El bautismo en agua que es una
decisión de aceptar la limpieza de pecados de parte de Dios por
medio del arrepentimiento de los pecados. O sea una decisión de
cambiar de la vida actual a una vida nueva, siguiendo a Dios. De
esa manera consiente participar en el bautismo con agua, que
representa nacer a una nueva vida. ¡Nacer de nuevo es comenzar de
nuevo!. ¿Cuántos quieren comenzar de nuevo? ¿No es acaso esto una
decisión consciente de cambiar de vida? Arrepentirse en cambiar
de rumbo completamente ahora hacia Dios, eso es lo que representa
nacer del agua. Un deseo ardiente de cambiar y ser cambiado por
Dios.

 

 

b)      Nacer del Espíritu es aceptar y
reconocer la presencia del Espíritu Santo de Dios en nuestras
vidas. Reconocer que Dios es Espíritu y es la manera de
relacionarnos con Dios. Reconocer que tenemos su presencia,
reconocer que aceptamos y nos podemos relacionar o comunicar con
el Espíritu de Dios. ¡Es iniciar una nueva relación con Dios a
través de su Espíritu Santo!. Sin forzar lo que no veo o siento,
simplemente confiando en que hay Espíritu de Dios y que si yo le
permito, el estará activo en mi vida. Nacer a lo espiritual,
entendiendo el lenguaje espiritual.

 

 

 

Cuando nacemos físicamente nosotros no lo podemos decidir ¡nadie
decidió nacer por sí mismo!. Simplemente nacimos por voluntad de
Dios. Pero nacer en el agua y nacer en el Espíritu son una
decisión de cada persona. Por lo tanto para poder entrar y ver el
reino de Dios, debemos decidir creer y ser bautizados en agua
como una señal de creer en Dios. Más que un testimonio, es una
decisión de cambiar y permitirle a Dios cambiar nuestra vida.
Nacer en el Espíritu es dejarnos guiar por Dios por medio de su
Espíritu, dejarnos guiar a la verdad y por la verdad de la
palabra de Dios.

 

Por simple que parezca esta es una barrera enorme, este un abismo
enorme que debemos cruzar. Aquellos que llevan una vida de
oración conocen la barrera de cruzar del intelecto a lo
espiritual. Hay cristianos que oran cinco horas, de las cuales
dos horas son para que muera el intelecto y poder entrar en el
espíritu. Hay personas que nunca han orado más de quince minutos
y nunca llegaran a estos y otros límites de la oración. Hay
personas que oran dos minutos e inmediatamente cruzan la barrera
de lo racional e intelectual a lo puramente espiritual.
¡Simplemente porque conocen el camino a seguir!.

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II.-
Entrando en el reino

 

¿Queremos ver el reino de Dios en la adoración? ¿Queremos vivir
en el reino de Dios a través de la adoración? Cada momento de
alabanza y cada momento de adoración, es una oportunidad para
entrar y conocer más el corazón de Dios. Cada canto cuando sale
del corazón es una oración a Dios. ¡Nos acerca más a él!. Podemos
hablar con él, ¡Nos permite experimentar su corazón!. Podemos
sentir su frescura y gozar de su presencia real. Podemos entonces
experimentar la realidad de lo espiritual. Entonces recibimos de
las bendiciones espirituales en gloria.

 

Cuando adoramos en espíritu y en verdad entramos en la dimensión
de lo espiritual y dejamos atrás nuestro intelecto. Ya no hay
razonamiento, simplemente hablamos con Dios y el nos habla a
nuestro espíritu. Entendemos cosas que jamás entenderíamos en el
intelecto. Entonces el Espíritu de Dios nos habla y nos enseña.

 

Estando en el Espíritu es como he aprendido más de Dios que de
ninguna manera. Leo la palabra pero el Espíritu de Dios me
ministra. Puedo leer la biblia ¿pero quien me la explica?. ¡Puedo
orar pero ni siquiera se orar!. Pero estando en el Espíritu él me
enseña, él me explica, el me guía y ahora entiendo cosas que
jamás entendía. ¡Porque Dios me dirige!

 

Cuando estaba el tabernáculo de Moisés había un lugar llamado el
lugar santo. Precisamente en medio del tabernáculo y antes de
entrar al lugar santísimo. Antes de entrar al lugar santo por
otra parte estaba el atrio, el atrio era el lugar visible por
todos y para todos. En el atrio todo se podía ver a la vista
natural con solo unas barreras a mediana altura pero descubierta
por arriba, sin techo. El lugar santo era un lugar cerrado y
techado donde estaba además del candelero, la mesa de los doce
panes sin levadura y el altar de incienso.

 

La biblia dice que el incienso representa las oraciones de los
santos, el candelero es el Espíritu Santo alumbrando a su palabra
para poder entender. El pan es la comida espiritual sin levadura,
sin intelecto, sin razonamiento, sin contaminación de nuestro
pecado, sin la contaminación de lo carnal. Esta comida nos
permite entrar al lugar santísimo.

 

Por ejemplo, si yo voy a la biblia y no permito que se purifique
y que se alumbre mi corazón para entender la palabra, entonces
interpreto la palabra a la luz de mi conciencia de pecado. Mas
sin embargo cuando conozco y aplico la verdad a mi vida iluminada
por el Espíritu Santo, es entonces que puedo entrar, tomar,
aprender y digerir de un alimento diferente. ¡Sin levadura!

 

Las cosas espirituales son imposibles de entender sin la luz del
Espíritu Santo. Mas sin embargo cuando el Espíritu de Dios habla
a nuestros corazones es cuando podemos entender las cosas ocultas
de Dios y Dios se revela más claramente a nuestras vidas.

 

“Y nosotros no hemos recibido el espíritu del mundo,
sino el Espíritu que proviene de Dios, para que sepamos lo que
Dios nos ha concedido, lo cual también hablamos, no con palabras
enseñadas por sabiduría humana, sino con las que enseña el
Espíritu, acomodando lo espiritual a lo espiritual. Pero el
hombre natural no percibe las cosas que son del Espíritu de Dios,
porque para él son locura, y no las puede entender, porque se han
de discernir espiritualmente”. 1 Corintios 2:14

 

Invitación:

 

Hoy yo te invito para que cruces la barrera del intelecto, tal
vez tú como Nicodemo ya estas cansado de la religión, estas
hambriento de Dios pero no sabes cómo buscar. Nicodemo rompió
algunas barreras pero no todas, vino con vergüenza por que vino a
Jesus de noche. Razonó demasiado, tanto que no pudo simplemente
aceptar las enseñanzas de Jesus y probar sus enseñanzas.

Pero tú has sido guiado a esta página de internet para aprender
del Espíritu de Dios, que está obrando en las personas sensibles
a la voz del Espíritu Santo. ¡Personas hambrientas del pan sin
levadura!. El Espíritu de Dios está rompiendo ese abismo que hay
entre lo natural y lo espiritual. Tú también cruza esa barrera
hoy y decide entrar en el reino de los cielos, donde la
adoración, donde la alabanza, donde la oración se hacen en
espíritu, en el Espíritu Santo y basados en la verdad.

 

Ahora no te preocupes por correr y tratar de entender todas las
cosas en un instante, deja que el Espíritu de Dios te vaya
guiando a lugares más profundos poco a poco. Sin miedo y sin
apresurar tu paso porque Dios tiene toda tu vida es sus manos y
te va llevando de la mano. Has hecho lo más importante, ponerte
en el camino hacia una vida llena de Dios por medio de la
adoración a Dios.

 

Te mando saludos y bendiciones en el nombre de Jesus.

Escríbeme para cualquier comentario;

Abdiel Salas

abdielsalas@live.com

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