Alicia es una niña que suele darse muy buenos consejos, ¡que luego no sigue! Su personalidad introvertida la hace jugar croquet consigo misma, pero concluye que de nada serviría pretender ser dos personas distintas. “¡Bastante trabajo tengo con ser una!” Sin embargo, no necesitamos ir a un mundo mágico para encontrar la locura más grande de todas: intentar ser dos personas a la vez.
¿No lo hacemos muchas veces? Somos una persona en casa, otra en el trabajo. Fingimos y nos ocultamos detrás de nuestras tarjetas de crédito o de nuestros títulos universitarios, pero rara vez mostramos a la persona real. Me parece que Alicia tiene razón. Concentrémonos en ser una sola persona; ¿para qué usar máscaras?
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