Aprende a disfrutar de la presencia de Dios

 

Si algo nos ha robado el enemigo es precisamente esta bendición.
Allá en el huerto del Edén Adán y Eva perdieron esta bendición.
Adán y Eva se dieron cuenta que estaban desnudos ¿Y se
escondieron de qué?:

 

“Y oyeron la voz de Jehová Dios que se paseaba en el
huerto, al aire del día; y el hombre y su mujer se escondieron de
la presencia de Jehová Dios entre los árboles del huerto”.
Génesis 3:8

 

Cuando Adán y Eva dieron entrada al pecado, hubo en ellos una
muerte espiritual. Muerte significa separación. Cuando ellos
dieron entrada al pecado, el efecto del pecado fue que comenzaron
a ver cosas que antes no veían.

 

“Y Dios le dijo: ¿Quién te enseñó que estabas
desnudo? ¿Has comido del árbol de que yo te mandé no comieses?”.
Génesis 3:11

 

¿Crees tú que Dios no sabía ya que habían comido del árbol de la
ciencia del bien y del mal? ¿Cuál fue la reacción inmediata de
Adán y Eva? Ahora el bien y el mal entran por nuestros ojos, de
esa manera le damos entrada a nuestra mente y el bien y el mal
siempre están luchando en nuestro interior. Adán y Eva ahora
pudieron ver lo bueno y lo malo desde su punto de vista. Lo malo
comenzó a reinar ahora estaban avergonzados, más que desnudos,
porque desnudos ya estaban, pero sin avergonzarse.

 

La lucha entre el bien y el mal solo nos quita la bendición de
disfrutar la presencia de Dios. Cuando la biblia dice que sus
ojos fueron abiertos, se refiere a que comenzaron a ver las cosas
de diferente manera. Como le fallaron  a Dios ahora ellos
mismo se escondían de Dios y se avergonzaban. Sus cuerpos fueron
afectados, su tierra fue afectada, su trabajo, la armonía
familiar, el conflicto del mal contra el bien. Los ojos del
hombre y la mujer fueron abiertos para que se enfocaran en sí
mismo y no en la presencia de Dios.

Se empezaron a ver defectos entre ellos, se empezaron a ver feos,
se empezaron a ver diferentes, empezaron a ver el mal en ellos.
Ahora el enfoque estaba en ellos y no en Dios y las bendiciones
que poseían al estar en el huerto del Edén.

¿Quién te enseñó que estabas desnudo?

 

¿Quién te enseñó que estabas feo (a)? ¿Quién te enseñó que
estabas tonto (a)? ¿Quién te enseñó que estabas pobre? ¿Quién te
enseñó que no sirves para nada? ¿Quién te enseñó que te enfocaras
en ti? ¿Quién te enseñó que estabas maldito? ¿Quién te enseñó el
miedo? ¿Quién te enseñó la vergüenza? ¿Quién te enseñó a robar,
matar y destruir? ¿Quién te enseñó a tener envidia?

 

Dice la biblia que los ojos de ambos fueron abiertos, desde
entonces abrieron no solo sus ojos, si no su mente y su corazón a
lo malo. El enfoque de su visión estaba en lo malo y no en Dios.
La muerte o separación fue espiritual y perdieron la presencia de
Dios.

 

 

“Y oyeron la voz de Jehová Dios que se paseaba en el
huerto, al aire del día; y el hombre y su mujer se escondieron de
la presencia de Jehová Dios entre los árboles del huerto”.
Génesis 3:8

 

La tendencia natural del hombre por haber dado entrada al pecado
es esconderse de Dios. Dios no se esconde del hombre, Dios
siempre está al pendiente aun para ayudar al hombre, el mismo les
hizo túnicas o vestidos para tapar su desnudez. Ahora nos cuesta
entrar a la presencia de Dios, por naturaleza estamos en
conflicto con Dios. Nuestra mente y nuestros sentidos nos engañan
porque nuestra alianza fue con el pecado. Ahora la lucha es
contra nuestras dos naturalezas la carnal y la espiritual. El
conflicto es interno y se refleja en lo externo. La presencia de
Dios elimina el conflicto y su presencia rige nuestra vida y las
cosas se restablecen por su presencia.

 

“Y pondré enemistad entre ti y la mujer, y entre tu
simiente y la simiente suya; ésta te herirá en la cabeza, y tú le
herirás en el calcañar”. Génesis 3:15

 

Dios le dio permiso a la serpiente llamada Satanás de
lastimarnos, ahora el pecado nos golpea y nos lastima hasta matar
el cuerpo físico. Pero nosotros podemos lastimar su cabeza hasta
matarla.

 

 Cristo fue el pago de la reconciliación. El error fue
cometido por Adán, la maldición se dio, el pecado reino durante
miles de años. Pero entonces Jesus envió el rescate, el plan de
Satanás fue revelado y la relación con Dios fue restaurada.

 

 “Pues si por la transgresión de uno
solo reinó la muerte, mucho más reinarán en vida por uno solo,
Jesucristo, los que reciben la abundancia de la gracia y del don
de la justicia. Así que, como por la transgresión de uno vino la
condenación a todos los hombres, de la misma manera por la
justicia de uno vino a todos los hombres la justificación de
vida.  Porque así como por la desobediencia de un
hombre los muchos fueron constituidos pecadores, así también por
la obediencia de uno, los muchos serán constituidos justos”.
Romanos 5:17-19

 

La única diferencia es que disfrutar de la presencia de Dios
ahora nos cuesta. La biblia dice que todavía no están todas las
cosas restauradas mientras siga reinando el pecado y la gente no
acepte el pago a través de Jesucristo. Por lo tanto muchas de
estas maldiciones nos alcanzan. La creación fue afectada y muchos
de esos efectos nos alcanzan.

 

“Porque la creación fue sujetada a vanidad, no por su
propia voluntad, sino por causa del que la sujetó en esperanza;
porque también la creación misma será libertada de la esclavitud
de corrupción, a la libertad gloriosa de los hijos de Dios”.
Romanos 8:20-21

 

 Aunque no podemos cambiar el mundo y lo que nos rodea. Si
podemos cambiar nuestros pensamientos. Cristo es el hijo de Dios
que murió en la cruz como pago del rescate. Ahora tú y yo podemos
gozar de los beneficios de creer y tener fe en el sacrificio de
Jesus en la cruz. Ahora tal vez nos toca aprender a través del
sufrimiento que no se compara con la muerte de Jesus en la cruz.
Pero nunca podremos pagar este rescate que Jesus pago por
nosotros.

 

Es a través de la sangre de Cristo que tenemos entrada y
reconciliación con el Padre. La presencia de Dios ha sido
restaurada y ahora tenemos que conquistar muchas áreas de nuestra
vida que no solo nosotros hemos perdido pero nuestro padre Adán
perdió en el huerto del Edén. Conforme vamos permitiendo a Dios
que restaure todas las cosas en nuestra vida y nos ayuda a
conquistar el terreno pedido. Ahora solo nos toca permanecer
creyendo hasta que todas las cosas sean restauradas.

 

Mientas eso sucede aprende a disfrutar de la presencia de Dios,
en ella encontrar la razón y la explicación de muchas cosas que
no entendemos.

Bendiciones

 

Abdiel Salas

[email protected]

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