Los astrónomos calificaron esta llamarada de clase М5 (en una escala de uno hasta diez). Las partículas pueden alcanzar la Tierra, aproximadamente, a partir de los tres días después de ser arrojadas al cosmos. En este caso podrían tener un fuerte impacto en la magnetosfera del planeta, ocasionando diversos efectos de la meteorología espacial. Entre ellos están las tormentas geomagnéticas, las averías de los equipos electrodomésticos y el deterioro de las condiciones de la difusión de las ondas radioeléctricas.

Últimamente, los especialistas advierten un aumento del número de llamaradas solares, ya que el astro se encuentra ahora en su fase activa y el pico de esta actividad se espera que ocurra en el año 2013, lo cual causa cierta preocupación a los expertos.