Como fluir en alabanza y oración

En los últimos meses el Señor me ha llevado a experimentar cosas
que yo no conocía, ni entendía y que en otro tiempo se me hacían
muy difíciles, si no es que imposibles. La oración tiene algo
particular especialmente cuando alguien se acerca a Dios, sabes
cuándo es una oración de corazón. Hay oraciones que nos conectan
con Dios y hay oraciones que se sienten vacías. No estoy juzgando
las oraciones de mis hermanos, solo quiere invitarte y a
motivarte a entrar al nivel de oración que habla la biblia. 
  

 

“De lo profundo, oh Jehová, a ti
clamo. 
Señor, oye mi
voz; estén atentos tus oídos a la voz de mi súplica”. Salmo
130:1-2

 

La oración no debe ser para impresionar a nadie, ni siquiera a
Dios podremos impresionar. Jesus cuando hablo de una oración
intima dijo:

 

“Pero tú, cuando te pongas a orar, entra en tu
cuarto, cierra la puerta y ora a tu Padre, que está en lo
secreto. Así tu Padre, que ve lo que se hace en secreto, te
recompensará”. Mateo 6:6

 

La oración íntima se aprende en lo íntimo, el orar desde el lugar
secreto tiene un significado muy especial. Quieras o no cualquier
lugar que este a la vista de las personas tiene la influencia de
esas personas. Imagínate que estas orando en tu iglesia y entra
el pastor o uno de los líderes, ese simple hecho tiene una
influencia en tu oración. Sin embargo la oración íntima donde
solo eres tú y Dios, no puede tener otra influencia que la
intimidad con él.

 

Este tipo de oración puede ser tan común que se hace un estilo de
oración en tu vida, es una conversación intima.

 

“De lo profundo, oh Jehová, a ti
clamo. 
Señor, oye mi
voz; estén atentos tus oídos a la voz de mi súplica”. Salmo
130:1-2

No importa el lugar en el que estés, puede ser un lugar público,
pero dentro de ti estas conversando con Dios. A Dios no lo puedes
engañar así que no puedes fingir fortaleza si por dentro te estás
derrumbando. Más adelante Jesus mismo les dice a sus discípulos
que no se preocupen o no dejen que la preocupación les robe esta
intimidad.

 

“Por tanto os digo: No os afanéis por vuestra vida,
qué habéis de comer o qué habéis de beber; ni por vuestro cuerpo,
qué habéis de vestir. ¿No es la vida más que el alimento, y el
cuerpo más que el vestido?” Mateo 6:25

 

El afán o ansiedad es una preocupación o un interés sobre ciertas
cosas que nos alejan de esta intimidad con Dios. Otra palabra que
se usa en el original “merimnaó”  es distracción.
Las distracciones nos desvían de acuerdo a Jesus, de las cosas
importantes. Jesus dice claramente:    

¿No es la vida más que el alimento, y el cuerpo más
que el vestido?

¿No es más importante estar conectado con la fuente de vida? ¿No
es más importante la vida que proviene del Padre? Pero las
preocupaciones o distracciones nos desvían de conectarnos con la
fuente de vida.

 

Para fluir en la alabanza y adoración hay que orar a Dios desde
lo profundo, desde nuestro interior, desde nuestro corazón. Dios
conoce todos los aspectos de nuestra vida, así que el si sabe
cuando tu oración es sincera y proviene desde tu interior. Hay
mil estorbos y motivos de preocupación, pero todos ellos deben
ser eliminados. Para concentrarte en la fuente de la vida.

 

En este tipo de alabanza y adoración no tienes miedo a
equivocarte porque Dios sabe todo y si te equivocas él sabe que
te equivocaste, ¿que preocupación puede haber en la presencia de
Dios?

 

Dios solo desea un corazón sincero que desee acercarse a él y
Dios responde a tus deseos de conocerle. El aprender a fluir en
la dirección del Espíritu es gradual entre mas lo practiques más
familiar y es una fluir dónde vas a encontrarte haciendo y
diciendo cosas que nunca planeaste.

Abre tu mente y tu corazón al fluir de Dios, cubre tu mente y tu
corazón con la sangre de Cristo. Ningún pensamiento extraño, ni
perturbación, ni preocupación te podrán desviar de lo que Dios
quiere hacer en tu vida. Puedes tener la seguridad que Dios está
contigo, te quiere usar y te quiere hablar par a bendecir a otras
personas.

 

Dios siga derramando de su amor en cada uno de sus hijos Dios
derrame de su Espíritu, fluya como un rio, un rio de alabanza y
adoración. ¡Esa será tu fortaleza!

 

Bendiciones

Abdiel Salas

 

[email protected]

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