CONOCIDOS POR DIOS

“…como desconocidos, pero bien conocidos” 2Corintios 6:9

¿Qué importancia tendría el conocer a Dios sin que Él nos conociera? Tal vez la pregunta parece un poquito absurda, pero en el contexto de las sagradas escrituras, el tema trasluce una solemnidad indiscutible.
El apóstol Pedro nos enseña en su primera carta el concepto de Dios y su conocimiento anticipado o presciencia (1Pedro 1:2) Es decir, que Dios no solo nos ha conocido desde nuestro nacimiento, sino que desde antes de la fundación del mundo, y con un propósito específico. 
Recordemos al profeta Jeremías. “Antes que te formase en el vientre te conocí, y antes que nacieses te santifiqué, te di por profeta a las naciones” Jeremías 1:5
El que Dios nos conozca significa que estábamos en sus planes desde antes de todas las cosas o como bien lo llama la Biblia: “de antemano”. Jeremías era un “conocido de Dios” que fue santificado, osea, “apartado para Dios” y con una misión específica y definida por la decisión soberana y divina.

Lo que queramos ser delante de Dios no depende de nosotros sino de él. En vano podríamos decir: “Yo quiero ser Pastor, evangelista o diácono”. La decisión en esta elección no es nuestra sino que de Dios.

Pablo le dice a los Galatas: “Pero cuando agradó a Dios, que me apartó desde el vientre de mi madre, y me llamó por su gracia, revelar a su Hijo en mí, para que yo le predicase entre los gentiles” Galatas 1:15 – 16 
El ministerio de Pablo, no se debió a una decisión de él, sino que al propósito y agrado soberano de Dios, quien lo apartó antes que naciese para ser el apóstol de los gentiles.

Que hermoso es ponerse a pensar, que no importa que no seamos conocidos por los poderosos de este mundo, por personas influyentes, por personas afamadas o públicas; mientras seamos “bien conocidos” por Dios, todo lo demás no importa. Es la experiencia de los solitarios profetas del antiguo testamento que nunca tuvieron una participación protagonista, pero sin duda, estaban en el secreto de Dios.
Amados hermanos, el que seamos conocidos por Dios es lo más grande que nos puede haber sucedido. Recordemos que hay una gran muchedumbre que escuchará por parte de nuestro Señor Jesucristo aquella solemne declaración:

“Nunca os conocí; apartaos de mí, hacedores de maldad” (mateo 7:23)
Es por eso, que mas que decir que conocemos a Dios, digamos para su Gloria: “somos Conocidos por Dios” ¡Aleluya!

PEL2005

SOLO POR GRACIA 

Comentarios

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.