Deuteronomio capitulo 20



Bendiciones hermanos.

Continuamos con la lectura del libro de Deuteronomio, hoy con el capitulo veinte que contiene un tema relacionado con las normas para la guerra el titulo es, leyes sobre la guerra.

Padre gracias por Cristo y por su muerte en la cruz, gracias por tu inmenso amor hacia nosotros, te pedimos que nos acompañes en la lectura de tu palabra que tu Espíritu este entre nosotros guiándonos para no desviarnos del camino recto que nos lleva a ti, te pedimos por este foro por el cual llevamos tu palabra, guárdanos de todo mal, te lo pedimos en el nombre de Jesús amen.

Deuteronomio
Capítulo 20


Leyes sobre la guerra


20:1 Cuando salgas a la guerra contra tus enemigos, si vieres caballos y carros, y un pueblo más grande que tú, no tengas temor de ellos, porque Jehová tu Dios está contigo, el cual te sacó de tierra de Egipto.


20:2 Y cuando os acerquéis para combatir, se pondrá en pie el sacerdote y hablará al pueblo,


20:3 y les dirá: Oye, Israel, vosotros os juntáis hoy en batalla contra vuestros enemigos; no desmaye vuestro corazón, no temáis, ni os azoréis, ni tampoco os desalentéis delante de ellos;


20:4 porque Jehová vuestro Dios va con vosotros, para pelear por vosotros contra vuestros enemigos, para salvaros.


20:5 Y los oficiales hablarán al pueblo, diciendo: ¿Quién ha edificado casa nueva, y no la ha estrenado? Vaya, y vuélvase a su casa, no sea que muera en la batalla, y algún otro la estrene.


20:6 ¿Y quién ha plantado viña, y no ha disfrutado de ella? Vaya, y vuélvase a su casa, no sea que muera en la batalla, y algún otro la disfrute.


20:7 ¿Y quién se ha desposado con mujer, y no la ha tomado? Vaya, y vuélvase a su casa, no sea que muera en la batalla, y algún otro la tome.


20:8 Y volverán los oficiales a hablar al pueblo, y dirán: ¿Quién es hombre medroso y pusilánime? Vaya, y vuélvase a su casa, y no apoque el corazón de sus hermanos, como el corazón suyo.


20:9 Y cuando los oficiales acaben de hablar al pueblo, entonces los capitanes del ejército tomarán el mando a la cabeza del pueblo.


20:10 Cuando te acerques a una ciudad para combatirla, le intimarás la paz.


20:11 Y si respondiere: Paz, y te abriere, todo el pueblo que en ella fuere hallado te será tributario, y te servirá.


20:12 Mas si no hiciere paz contigo, y emprendiere guerra contigo, entonces la sitiarás.


20:13 Luego que Jehová tu Dios la entregue en tu mano, herirás a todo varón suyo a filo de espada.


20:14 Solamente las mujeres y los niños, y los animales, y todo lo que haya en la ciudad, todo su botín tomarás para ti; y comerás del botín de tus enemigos, los cuales Jehová tu Dios te entregó.


20:15 Así harás a todas las ciudades que estén muy lejos de ti, que no sean de las ciudades de estas naciones.


20:16 Pero de las ciudades de estos pueblos que Jehová tu Dios te da por heredad, ninguna persona dejarás con vida,


20:17 sino que los destruirás completamente: al heteo, al amorreo, al cananeo, al ferezeo, al heveo y al jebuseo, como Jehová tu Dios te ha mandado;


20:18 para que no os enseñen a hacer según todas sus abominaciones que ellos han hecho para sus dioses, y pequéis contra Jehová vuestro Dios.


20:19 Cuando sities a alguna ciudad, peleando contra ella muchos días para tomarla, no destruirás sus árboles metiendo hacha en ellos, porque de ellos podrás comer; y no los talarás, porque el árbol del campo no es hombre para venir contra ti en el sitio.


20:20 Mas el árbol que sepas que no lleva fruto, podrás destruirlo y talarlo, para construir baluarte contra la ciudad que te hace la guerra, hasta sojuzgarla.



Notas al pie:


Deuteronomio 20:1 La fuerza de Israel no proviene de las armas sino de la presencia y del poder de Jehová. Véase Sal 20.7-8 n.

Deuteronomio 20:2 Acerca de la presencia de los sacerdotes y levitas en el campo de batalla, cf. Jos 6.4-21; 2 Cr 20.14-22.

Deuteronomio 20:6 Lv 19.23-25.

Deuteronomio 20:7 Dt 24.5.

Deuteronomio 20:9 Cf. Jue 7.3.

Deuteronomio 20:11 Jos 9.21; 16.10.

Deuteronomio 20:17 Destruirás completamente: Véase Ex 22.20 n.

Deuteronomio 20:19 Alusión a la costumbre de talar los árboles que crecían en los alrededores de la ciudad sitiada, con el fin de construir máquinas para el asedio. Esta prohibición trata de limitar la destrucción indiscriminada, característica de la guerra total.

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